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Circunstancias

Las preocupaciones en la edad avanzada

Mtro. Francisco Pineda

Las preocupaciones son reacciones esencialmente humanas y todos somos susceptibles a experimentarlas. En la gente de edad avanzada en particular las preocupaciones afectan su condición mental y física, lo que puede crear problemas de salud, y en la calidad de vida en general.

Una preocupación es un estado mental en donde existen pensamientos persistentes sobre algo que aún no ha ocurrido y que mantiene a una persona distraída y pesimista con cierta frecuencia. Una persona que vive preocupada percibe su entorno con amenazas o peligros, por ejemplo, en el trabajo, seguridad financiera, el gobierno, la casa, etc., por lo tanto, constantemente piensa en como controlar estas situaciones en el futuro. La preocupaciones normalmente son manifestadas en la forma de intranquilidad, problemas en el dormir, tensión muscular, cambios temperamentales y de estado de ánimo, entre otros signos conductuales y físicos. Personas que se preocupan demasiado y con frecuencia, tienen expectativas altas sobre sí mismos ya que están acostumbrados a ser productivos y perfeccionistas en sus cosas. A veces asumen que tienen que "salir al rescate" de aquellos por quienes sienten responsabilidad de proteger, por ejemplo, los padres, los hijos, la pareja, amistades, y otros familiares. Muchos de ellos creen que las personas bajo su cuidado no son capaces de resolver sus propios problemas por consiguiente el/ella es la que los debe de resolver.

Dependiendo del carácter de una persona y las influencias del medio ambiente, algunos son más vulnerables que otros, y estos dos elementos definen no solo la cantidad de los episodios de preocupación, sino también la intensidad de estas. Otros ven las preocupaciones en forma positiva ya que en algunos casos, el preocuparse como reacción automática al estrés, puede ser de ayuda en el manejo de problemas o situaciones difíciles. El problema surge cuando las preocupaciones son abrumadoras y generan conflictos interpersonales, o funcionamiento laboral y social deficiente. Otro factor de importancia puede ser la etapa de desarrollo en que se encuentra la persona, por ejemplo, la adolescencia, la etapa adulta, o la edad avanzada; y los eventos o celebraciones que ocurren en diferentes épocas del año. Una de estas épocas podría ser las fiestas de diciembre. Precisamente las preocupaciones en la gente de edad avanzada es el punto de interés de este artículo.

De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, p. 222) en casos extremos, en donde alguien no tiene control sobre las preocupaciones, y como resultado se encuentra inquieto e irritado, padece insomnio, tiene dificultades para concentrarse, está tenso, se fatiga fácilmente, y la condición se presenta frecuentemente por varios meses sin la presencia de una enfermedad física, o condición medica, podemos estar hablando de un trastorno de ansiedad generalizada. Es decir, cuando la preocupación es excesiva es muy posible que se trate de una condición patológica. Según la Asociación Americana de Psiquiatría Geriátrica, uno de los grupos más vulnerables, son las personas de edad avanzada. En estos casos enfermedades físicas y crónicas con limitaciones funcionales, abuso de alcohol y/o drogas, socialización limitada, pérdida reciente de un ser querido, o alguna experiencia traumática en el pasado, pueden desencadenar un trastorno de ansiedad generalizada.

Los doctores A. Mizuno y C. Andreescu, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, escribieron sobre la ansiedad en la gente mayor en un artículo reciente (Anxiety in Late Life, otoño 2019, Synergies,). Según este artículo la preocupación severa está asociada con problemas cardiovasculares y un empeoramiento en funciones cognitivas. Además, con frecuencia la condición no es diagnosticada apropiadamente, consecuentemente el tratamiento no siempre es adecuado. También afirman que la ansiedad provocada por la preocupación excesiva puede estar acompañada de demencia, y depresión clínica, lo cual provoca deficiencias en la calidad de vida, y puede incrementar el riesgo de ideas suicidas.

Muchas veces las preocupaciones en la gente de edad avanzada pasan desapercibidas porque son consideradas "normales" debido a la edad, y porque ellos mismos subestiman la condición. Sin embargo, las preocupaciones severas y persistentes puede ser problemas de salud mental que pueden terminar en problemas médicos serios, y discapacidades que impactan en la calidad de vida. Una evaluación efectiva por un psiquiatra y/o un psicólogo clínico es recomendable debido a la posibilidad de tratamiento con medicinas, psicoterapia, e intervenciones para reducir stress. Si esta condición le parece familiar en alguien quien conoce, o en usted mismo, vale la pena buscar u ofrecer apoyo. Gracias por su interés en esta columna.

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