Me encontraba en casa cuando faltaban algunos minutos para abrir la clínica en la mañana cuando escuché timbrar el teléfono, se trataba de una consulta de urgencia, un matrimonio llevaba a su perrita enferma y se encontraban afuera del consultorio, afortunadamente me encontraba de vacaciones en la escuela, así que en unos minutos estaba revisando a mi paciente.
Se trataba de "Maggui", una perrita Schnauzer miniatura de dos años de edad, era la primera vez que la atendía, sus dueños un matrimonio joven los acompañaba la hermana de la señora, clienta de años, se veían muy preocupados, habían pasado la noche en vela al ver a su mascota enferma. Venían de la ciudad de Guadalajara a pasar la Navidad a nuestra ciudad.
Antes de empezar con el historial clínico, inmediatamente me dijeron que al parecer había ingerido veneno para ratones, aunque no estaban seguros ya que habían recogido el que esparcieron en el jardín un día antes, pregunté sobre los síntomas y algunas manifestaciones de la perrita, mientras le tomaba la temperatura, noté que venía en estado de shoock, presentaba hipotermia, deshidratación y temblores, al decirme que había tenido varios cuadros de hematemesis (vómitos sanguinolentos), inmediatamente me imaginé lo peor, la semana pasado habíamos tenido el caso de un poodle que desafortunadamente había fallecido, presentaba los mismos síntomas y la intoxicación había sido también por veneno para ratones, por desgracia se trataba del mismo tipo, provoca una intensa hemorragia interna y mueren por shook hipovulémico, la presentación del veneno viene en forma de pequeños pellets y son muy palatables o de buen sabor para las mascotas.
Inmediatamente aplique antihemorrágicos vía intravenosa, expliqué a sus dueños a qué nos enfrentábamos y lo delicado de la salud de "Maggui", teníamos el factor tiempo en contra, habían pasado once horas de la ingesta del veneno y se había absorbido el tóxico en su totalidad, un lavado gástrico no resultaría de gran ayuda por el tiempo transcurrido.
Como es normal la reacción de sus dueños era de dolor e impotencia, en seguida vinieron las preguntas difíciles para nosotros los veterinarios. ¿Con esa inyección se va aliviar? ¡No se va a morir verdad doctor!
En ocasiones sentimos los veterinarios que el dueño espera que hagamos prodigios, pero no es posible, ni siquiera decir una mentira piadosa, ya que las falsas esperanzas provocaría más dolor en un desenlace fatal, sabemos de la angustia y el dolor por lo que pasan sus dueños, así que tratamos de ser lo más objetivos y explicamos en qué consiste la enfermedad y sus consecuencias, así como los medicamentos y cuidados que aplicamos para contrarrestar las causas de la intoxicación.
Les permití a los dueños de "Maggui" permanecer en la clínica mientras aplicaba el suero y los medicamentos que utilizamos en estos casos, explicando el efecto de cada uno de ellos, una vez más la hematemesis se presentó en ese preciso momento en que aplicábamos la medicina, pasaron unos minutos y cuando se estabilizó la introduje en una jaula junto con la sonda intravenosa.
Es todo lo que vamos hacer por el momento, les dije, ya realizamos lo que corresponde en estos casos, solo resta esperar a que su organismo reaccione, "Maggui" es una perrita joven y ha sido muy sana por lo que cuentan, ella sabe que la están cuidando y que se preocupan mucho por ella, tengan la seguridad que va a ser todo lo posible por sobrevivir para ustedes.
Se quedará internada, les dije que pasaran antes de las ocho de la noche para ver su evolución, le hablaron con gran con gran ternura y se despidieron de ella derramando algunas lágrimas. No pasaron treinta minutos de que se habían ido sus dueños, cuando presentó otro acceso de vómito sanguinolento.
"Maggui" que no había dormido en toda la noche, permaneció tranquila y por primera vez se le notó relajada, alguien dirá que los perros no expresan su estado de ánimo como nosotros, pero noté que cambió totalmente su semblante, el suero, analgésicos, antiespasmódicos, antihemorrágicos y otros medicamentos empezaron actuar.
Que importante es quitar el sufrimiento a nuestros pacientes en cualquier tipo de malestar, aún y no sea grave la enfermedad, y con mayor razón cuando está su vida en riesgo, pues con el solo hecho de sufrir puede ser causa de muerte.
Pasaron las horas y al volver aplicar los medicamentos, "Maggui" ni se inmutó, seguía durmiendo profundamente. No pudieron resistir los dueños ver a su perrita hasta la noche, así que fueron a visitarle a medio día y les dio gusto verla más tranquila, sin dar falsas esperanzas les dijimos que se encontraba estable y había algo de recuperación. Al pasar a verla en la noche, su temperatura se había normalizado y lo mejor de todo que no había presentado vómito alguno desde la mañana, le volví administrar los medicamentos, me insistían en llevársela, y pensé, que mejor que estar bajo el cuidado de sus seres queridos las veinticuatro horas y en estos casos la mejor medicina es el amor de sus dueños, accedí en que se la llevaran a casa, había reaccionado "Maggui" de maravilla, les dio tal gusto que casi creo que les adelanté el regalo de navidad, hice una lista de cuidados, de medicamentos y de una dieta especial, les dije que me gustaría verla al día siguiente para la última aplicación de medicamentos parenterales.
Al día siguiente 24 de diciembre, llegaron muy contentos y de parte de "Maggui", hasta un obsequio para su veterinario, según ellos le había salvado la vida a su querida mascota, al checar a la perrita se le veía formidable, como si no hubiese pasado el calvario del día anterior, les di algunas indicaciones sobre los medicamentos y cuidados.
Al despedirse no dejaban de agradecer una vez más lo que cualquier veterinario hubiese hecho en mi lugar.
De una cosa estaba seguro y no me había equivocado, "Maggui" había hecho todo lo posible por sobrevivir, sabía perfectamente que ocupaba un lugar muy especial en la familia, y qué mejor regalo a sus dueños que … ¡Volver a casa en Navidad!
