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La carta pastoral 'Danos hoy el agua de cada día'

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Muy queridos hermanos y hermanas: De visita a la comunidad de Villa O'Higgins, mi auto tenía sed. Saciar esta sed me costó $ 850 (pesos) cada litro de gasolina. Yo también tenía sed. $ 900 me costó cada litro de agua. No quedé tranquilo. En el reino de las aguas puras y cristalinas, de las nieves eternas, de las cascadas de gracia, de los ríos majestuosos, como es Aysén, en que se puede tomar el agua más pura del planeta, y gratis, el agua embotellada es más cara que la gasolina, que la leche, que un kilo de pan. Y como estallidos de fuegos artificiales se me llenó la mente de "por qués". Y fui buscando, y preguntando, y observando, y pensando, y dialogando... Fue otro motivo más para escribir esta carta pastoral, la primera en mis 8 años de servicio episcopal en la región de Aysén de la Patagonia.

Así comienza la carta pastoral "Danos hoy el agua de cada día", de Monseñor Luis Infanti, obispo vicario apostólico de Aysén, extremo sur de Chile, dada a conocer el 26 de agosto de 2008, y a quien conocimos en mayo de 2010 con motivo de su visita a Temacapulín, cuando éste pueblo ancestral de Los Altos de Jalisco, comenzaba a sentirse en peligro de quedar sin vida bajo el agua del proyecto de la presa El Zapotillo, hoy suspendido pero latente.

Me he enterado que aquí saben de la carta pastoral -dijo en aquella ocasión. Y recordó fragmentos.

-Me di cuenta que el agua, la hermana agua, junto a la hermana tierra, son tan esenciales a nuestra vida de cada día, que sin ellas estaríamos atrapados por los tentáculos de la muerte. A través del tema del agua fui descubriendo cómo se entrelazan profundos motivos e intereses sociales, éticos, políticos, religiosos, culturales, económicos. Pude entender el rumbo que tiene la historia de nuestra humanidad, las políticas económicas en un mundo globalizado, la vocación y la misión del ser humano en esta tierra, el urgente y profético papel del cristiano en su responsabilidad de ser instrumento de Dios para luchar y construir un mundo en armonía, paz, justicia, solidaridad y equidad. En fin, fui descubriendo la íntima relación que debía haber entre el ser humano y Dios, entre el ser humano y los bienes de su creación.

-En cada rincón de la inmensa Patagonia uno descubre la huella de un Dios creador, la grandiosidad de la belleza y del misterio que nos envuelve y sobrepasa, en los colores, los silencios, los olores, las aguas y el bosque, el viento y los animales, los ventisqueros y el arcoiris; y por tanto, en profunda y solemne alabanza, nos sentimos responsables de su protección y preservación.

-Patagonia es contemplación y alabanza. Es vida exuberante. Es gozo por vivir en una reserva de vida. Es responsabilidad, lucha y esfuerzo, es amor y sabiduría, paz y fiesta, es futuro y oración. Al reconocer esta realidad, queremos expresarnos para que este rincón del planeta no sea herido y carcomido por el afán de lucro, de explotación y destrucción que el "dulce consumismo" quisiera atrapar.

-¿Logrará la espiritualidad del tercer milenio convertir al ser humano en un sabio y responsable conviviente con el manto de la naturaleza que amorosamente lo envuelve? ¿Seguirá actuando como acérrimo enemigo de la hermana tierra, de la hermana agua, del hermano aire, y del hermano hombre y mujer de esta tierra, convirtiéndola en un valle de lágrimas?

En aquellos días, el obispo Infanti era parte de la campaña "Patagonia sin represas" -después triunfante- y visitaba México en el marco de la exposición fotográfica "Agua, Ríos y Pueblos" organizada por el Premio Goldman de Medio Ambiente Pedro Arrojo.

Dijo el obispo a los pobladores de Temaca: ¿Qué valor tiene la sabiduría del pueblo? Es esencial hacer sentir su voz, su fuerza, su poder, a través de mucha unidad. Hacer valer sus derechos, sus tradiciones, el valor de su tierra por lo que es y ha sido para su pueblo, no por el valor que le quieren dar los que quieren invadirla para destruirla. Es importante que frente a cualquier proyecto que amenaza su lugar exijan proyectos alternativos, porque los hay. Hay que exigirle a los políticos que hagan su deber, que realicen su compromiso con su pueblo.

-Que esta lucha siga hasta que sientan que son respetados sus derechos. Y aún a los que decaen, que ustedes puedan animarlos por el camino.

Hoy, Temaca vive. Y la carta pastoral "Danos hoy el agua de cada día", sus 89 páginas, llega a pueblos tan distantes, como los de La Laguna.

@kardenche

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