Columnas Social

LEONORA CARRINGTON

Muy dentro de lo surreal

Dr. Leonel Rodríguez R.

Es la segunda ocasión que visito Xilitla, S.L.P., Pueblo Mágico nominado como tal el año del 2011 después de cumplir con una serie de requisitos que dejaron satisfechos al Comité de Pueblos Mágicos de la Secretaría de Turismo Federal con sede en la Ciudad de México. Los atractivos turísticos con los que cuenta Xilitla son numerosos, uno de ellos el estar situado dentro de una área natural que la engloba en una vegetación exuberante que se conoce como la Huasteca Potosina, con lo que hace de este Pueblo Mágico resaltar sus atractivos naturales y los que a través de los años han llevado a cabo a través de la mano del hombre que en mucho han trabajado para dotarla de hoteles hasta de cinco estrellas, para la grata estancia del turismo nacional y extranjero y como en la primera ocasión nos hospedamos en el Hotel Aurora, un cómodo y atractivo hotel ubicado muy cerca del Centro Histórico propiedad de la señora María Elena González Rubio, quién la recordé y me recordó de inmediato aun cuando ya habían transcurrido varios años; en esa época Representante de Xilitla como Pueblo Mágico; no podré olvidar que al dejar el hotel me obsequia un ejemplar del hermoso libro biográfico dedicado a Eduard James mismo que no hace mucho tiempo regalé a uno de mis nietos, el ya joven Diego Rodríguez Ortiz con la promesa, de no tan solo de leerlo, sino también de visitar algún día este hermoso lugar. Y qué decir de los restaurantes que ofrecen, tanto la comida regional, nacional como extranjera. En cuanto atractivos turísticos no se quedan tan atrás. Es conocida por el jardín Las Pozas, creado por el artista inglés Edward James. Se ubica en un bosque tropical y cuenta con altísimas esculturas entre pozas y cascadas. En el centro, la Iglesia de San Agustín que por muchos siglos fue convento construido por misioneros agustinianos en el siglo XVI. En las afueras de la ciudad el sótano de las golondrinas o vencejos, que aun cuando pertenece a otro municipio su cercanía con Xilitla hace que muchos turistas salgamos de este lugar; así como recorridos turísticos que ofrecen para conocer las haciendas cafetaleras y degustar del exquisito sabor del café que se produce en la región en cuanto, y de reciente creación, ubicado por la calle Corregidora No. 103, El Museo Leonora Carrington. que guarda en su interior tan solo una parte de sus impresionantes pinturas y esculturas surrealistas que tanto prestigio ganó en el mundo entero. Se menciona que la otra parte de su extensa obra forman parte de otro museo con su mismo nombre que se ubica en la ciudad capital de San Luis Potosí, todas ellas donadas por sus descendientes. He aquí una síntesis de su interesante obra que llegó a realizar a través de 94 años de existencia.

Nació el 6 de abril de 1917 en Clayton Green, una aristocrática mansión del pueblo, en Lancashire, Inglaterra. Tres años más tarde su familia se trasladaría a Crookhey Hall, un castillo neogótico rodeado de inmensos jardines y bosques que Leonora inmortalizo en obras como Green Tea.

Aunque se educó en el Convento del Santo Sepulcro, en la ciudad de Chelmsford, donde estuvo encarcelado Oscar Wilde, no siguió las pautas educativas de las señoritas de la alta sociedad destinadas al mercado del matrimonio, sino que leía vorazmente y participaba en las charlas que sobre diversos temas organizaban en su casa los jesuitas del colegio de sus hermanos en Shonyhurst. Su mundo imaginario estaba lleno de gnomos, duendes, gigantes y fantasmas, producto de su educación irlandesa y del contacto con la mitología celta. Desde una edad muy temprana empezó a entrar en contacto con su propio mundo natural que para otros era sobrenatural, y a tener visiones y experiencias con espíritus y fantasmas, lo que le valió la expulsión del Santo Sepulcro y su paso por un sinfín de escuelas, pues detestaba la educación convencional y se aburría mortalmente. Fue enviada a una escuela de jovencitas, Miss Penrose School for Girls, de Florencia. Allí se empapó, durante ocho meses del arte de los museos florentinos. Después fue enviada a París para estudiar en una "finishing school", una escuela privada de modales para señoritas, de donde también fue expulsada y recalando finalmente en la casa de un profesor de arte, apellidado Simón, quien le enseñó a dibujar de manera realista.

En 1936 ingresó en la academia Ozenfant de arte, en la ciudad de Londres. Al año siguiente conoció a quien la introdujo indirectamente en el movimiento surrealista: el pintor alemán Max Ernst, a quien volvió a encontrar en un viaje a París y con quien no tardó en establecer una relación sentimental. Durante su estancia en esa ciudad entró en contacto con el movimiento surrealista y convivió con personajes notables del movimiento como Joan Miró y André Breton, así como con otros pintores que se reunían alrededor de la mesa del Café Les Deux Magots, como por ejemplo el pintor Pablo Picasso y Salvador Dalí.

En 1938 escribió una obra de cuentos titulada La casa del miedo y participó junto con Max Ernst en la Exposición Internacional de Surrealismo en París y Ámsterdam.

Previamente a la ocupación nazi de Francia, varios de los pintores del movimiento surrealista, incluida Leonora Carrington, se volvieron colaboradores activos del Freier Künstlerbund, movimiento subterráneo de intelectuales antifascistas.

Leonora Carrington tenía solo 20 años cuando conoció a Max Ernst en Londres. Entonces el pintor ya contaba con 47 años y con bastante fama como surrealista. La gran diferencia de edad, el hecho de que Ernst además estaba casado, así como sus posiciones surrealistas radicales hacían que esta relación no contara con la anuencia del padre de Leonora. A pesar de ello, la pareja se reencontró en París y pronto se fueron a vivir a la provincia, al poblado de Saint-Martin-d'Ardèche, en una casa de campo que adquirieron en 1938. Hasta hoy se conserva en la fachada de esta casa un relieve que representa a la pareja y su juego de roles: «Loplop», el álter ego de Max Ernst, un animal alado fabuloso entre pájaro y estrella de mar y su «Desposada del Viento».

La vida tranquila y feliz de la pareja en este sitio duró solo un año. En septiembre de 1939, al igual que muchos otros alemanes y austriacos residentes en Francia, Max Ernst, identificado como residente extranjero proveniente de país hostil fue arrestado. Tras su detención e internamiento en el campo de Les Milles, Leonora sufrió una desestabilización psíquica.

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