Una tendencia natural de la gente durante la época navideña es regalar algo de valor material que signifique estima y afecto. Sin embargo, un regalo no tiene que ser algo necesariamente material, sino también experiencial o emocional.
Una de las tradiciones de la celebración navideña es el ritual de dar regalos, la cual es asociada con el nacimiento de Jesucristo. Como parte del proceso, una gran mayoría invierte algo de su tiempo y dinero en la búsqueda de algo que represente, gratitud, interés, aprecio, cariño, etc., particularmente hacia aquellos quienes estimamos, o forma parte de nuestras vidas. Hacer regalos es una característica muy humana y forma de expresar afecto, y es una costumbre de casi todas las culturas del mundo. Su intención es transmitir un mensaje positivo de reconocimiento y estima. Un regalo puede ser una experiencia de valor simbólico y emocional, y la idea de darlo, independientemente de la disponibilidad de recursos materiales, es parte de la esencia de regalar. Recuerdo el caso de mi suegro quien decía a sus hijos y nietos: "el mejor regalo navideño para mi es su seguridad física y bienestar cada vez que los veo." A simple vista la expresión parece superficial, pero Don Arturo era sincero en la comunicación de su aprecio y agradecimiento.
Se cree que la tradición de regalar es muy antigua, quizá desde la época prehistórica. Los regalos se dan por una variedad de ocasiones y celebraciones como manera de manifestarnos, por ejemplo, para decir gracias, cumpleaños, aniversarios, muestra de amistad o afecto, etc., sin embargo, dependiendo de las costumbres de la gente, los regalos durante la celebración de la navidad generalmente tiene un valor especial. Detrás de la idea y conducta de regalar regularmente existe la buena intención de conectarse con otras personas, con la esperanza de que la persona que recibe el regalo comparta la conexión. Es decir, frecuentemente existe el deseo o la expectativa de reciprocidad cuando regalamos. No obstante, existen también conductas altruistas en donde alguien se interesa por el bienestar de otros y regala sin esperar nada como respuesta. En estos casos la simple experiencia de dar provee una buena sensación de satisfacción consigo mismo. Regalar tiene que ver con el sentirnos muy bien al ver otros sentirse bien también, lo que facilita un estado mental positivo, además de promover conexiones sociales satisfactorias.
De acuerdo a los autores consultados la idea de que entre más grande, sofisticado, y costoso el regalo más intensa la expresión de aprecio, no siempre es correcta. Un regalo "experiencial," como en el caso de Don Arturo, puede tener un impacto emocional más evocador ya que implica una vivencia, por consiguiente, más significante que una posesión material. Muchos prefieren alguna experiencia o vivencia más que algo material (lo cual puede tener una duración temporal), por ejemplo, disfrutar una cena, ir al cine o un concierto de música, salir de paseo a algún lugar de interés, etc. Es decir, alguna experiencia que quedará en la memoria, quizá por mucho tiempo.
Otro aspecto de regalar en navidad es la modalidad de la entrega. Dependiendo de las circunstancias, cuando una persona no expresa el aprecio directamente, tampoco el regalo lo va a lograr. La realidad es que los regalos no son los que expresan el afecto, sino la gente que lo manifiesta. Cierto, con frecuencia los factores lugar y distancia no permiten que esto sea posible, pero siempre existe la diferencia entre regalar directamente, o por otro medio. En algunos casos de regalos "a distancia," la persona que regala trata de reducir culpa por no poder hacerse presente, o sea, utilizar el regalo como substituto.
En casos menos frecuentes, los regalos pueden traer sentimientos negativos para ambos, el que da y el que recibe, debido a que la dádiva es mucho menos, o mucho más de lo que se esperaba. En este tipo de situaciones una persona puede resentirse porque el regalo provoca una sensación de "sentirse devaluado" al darse cuenta que no se gastó lo suficiente. Por otro lado, también puede darse el caso de incomodidad debido a que se gastó en exceso si la relación no es cercana. Otro aspecto importante de los regalos es la comercialización agresiva debido a la temporada navideña, la cual se enfoca a la estimulación de los consumidores hacia una "navidad ideal" para animar la compra de productos a regalar.
Lo más sensato durante esta época de bienestar y júbilo es enfocarse en el verdadero significado de la navidad, lo cual quiere decir diferentes cosas dependiendo de la cultura y necesidades de cada persona o familia. La esencia de los regalos es transmitir un mensaje positivo de reconocimiento, gratitud, aprecio y cariño, sea de tipo material o experiencial. Feliz Navidad, y gracias por su interés en esta columna.