
Producción. Aunque por ahora lo mantiene cautivo el género del cuento, también trabaja en la hechura de una novela. (CORTESÍA)
Dicen que para escribir hay que leer, y fue justamente la disciplina de la lectura, que adquirió como un remedio a su hiperactividad, la que fue encarrilando a Víctor Hugo Medina Márquez a los caminos de la literatura.
Repasando las aventuras de los cuentos de Julio Verne, Víctor Hugo observó una posibilidad para describir sus propios mundos y para hacer hablar a sus personajes. Hoy tiene 26 años de edad y la publicación del libro La mujer de Jade y otros cuentos en puerta.
Su obra recientemente fue seleccionada dentro de la convocatoria Primera Piedra y Canto rodado que lanzó la Secretaría de Cultura de Coahuila con el objetivo de publicar material literario con esencia coahuilense el siguiente año.
El joven escritor expresó que resulta alentador que su obra fuera elegida para ser publicada, "porque no es nada más una publicación de autor o que yo saco, sino que fue seleccionada, eso quiere decir que tiene cierto mérito, que tiene cierto valor lo que tú escribes y normalmente eso te alienta y te motiva para seguir escribiendo".
SOBRE EL LIBRO
Víctor Hugo compartió que su compendió esta compuesto por 15 cuentos y que se divide en tres partes: Resonancias, Abismos y Aplicaciones.
Sobre las temáticas que aborda, el también docente explicó "las temáticas principales o al menos lo que gira en la mayoría de los cuentos, es que son personajes solitarios o qué se sienten solos. Que están insatisfechos con su rutina con la cotidianidad en la que viven [...]también en la mayoría de todos los cuentos hay una relación amorosa entre algunos de los personajes, una relación de pareja".
Sobre su estilo literario, comentó que trata de que sea directo, "sin divagar demasiado, pero sí buscar que sea muy cercano a lo poético. También soy lector de la poesía, me gusta, que aunque yo soy narrador y escribo narrativa, pues creo que mi narrativa no esta exenta de esto, sino que busca justamente que sea muy sonoro y muy cercano a la poesía".
Así mismo comparte que su labor como docente se le cuela en su papel como escritor, pues cada que se enfrenta a la hoja en blanco no puede dejar de lado lo estricto de la academia y del buen uso del lenguaje. "Porque las materias que imparto son literatura, redacción, gramática; entonces este contacto con el lenguaje también formal porque el escribir a veces se aleja un poco de esto pero bueno la academia no, entonces esto contacto formal fuera del lenguaje también me enriquece bastante para tener esas dos visiones de lo académico, pero también del lado creativo de la escritura.