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Llamada de atención para los demócratas

ARTURO SARUKHÁN

Con el retiro de Kamala Harris, la primaria demócrata una vez más mostró que la fortaleza de una candidatura no está determinada por cuestiones de raza o género. Barack Obama ciertamente ganó la presidencia dos veces y docenas de mujeres ganaron escaños en la Cámara de Representantes en distritos bisagra en las elecciones intermedias de 2018. Pero ello no significa que todos los precandidatos demócratas sean hoy igualmente elegibles. Hillary Clinton es prueba fehaciente de ello. Algunos son ideológicamente más extremos; otros no conectan emocionalmente con votantes. En pocas palabras, y a pesar de que sea una perogrullada, hay buenos candidatos y hay malos candidatos, y hoy el presidente Donald Trump -con una economía pujante y con datos del fin de semana atemperando el temor de una desaceleración- no es lo suficientemente impopular o débil como para que los demócratas puedan darse el lujo de una mala candidatura en 2020.

Estamos a 54 días de que arranquen las primarias del partido. Si en 2020 Trump no compitiese contra demócrata alguno y la elección fuese un referéndum sobre él, perdería. El dilema es que los demócratas tienen que postular a uno de los 15 aspirantes, en una primaria volátil que podría convertirse en un maratón, con ninguno de ellos claramente al frente. Y varios podrían obtener triunfos aislados en distintas primarias al inicio del proceso, atomizando el voto, exponiendo y profundizando las fisuras del partido y llegando posiblemente a la convención del partido en julio sin un ganador. En días recientes se han publicado encuestas a nivel estatal que debieran ser una luz roja parpadeante para los demócratas. En los seis estados más competitivos que en 2016 se inclinaron por el GOP en el Colegio Electoral, Trump va detrás de Joe Biden por un promedio de tres puntos entre votantes registrados, dentro del margen de error; Trump le lleva a Elizabeth Warren dos puntos de ventaja, el mismo margen que su victoria sobre Clinton en esos mismos estados hace tres años. Las encuestas también muestran que Bernie Sanders está empatado con el presidente entre los votantes registrados, pero por detrás de él entre votantes potenciales. Biden se mantiene, con todo y sus trastabilleos, a la cabeza de votantes registrados y votantes potenciales. Warren y Sanders, en cambio, pierden algunos segmentos del voto a favor de Clinton y no parecen estar convenciendo a los independientes que votaron por Trump en los cinco estados que serán determinantes en 2020. ¿Quién apoya a Biden pero no a Warren o Sanders? Casi tres cuartas partes de esos votantes dicen que "preferirían un demócrata que prometa encontrar terreno común con los republicanos en lugar de uno que prometa luchar por una audaz agenda progresista". De los votantes que apoyan a Biden pero no a Warren, 52% está de acuerdo con la declaración de que la senadora está demasiado escorada a la izquierda "para que se sientan cómodos apoyándola para presidente, mientras que 26% no está de acuerdo." Suenan como muchos republicanos opuestos a Trump e independientes moderados, que son los que necesita el Partido Demócrata para ganar esos estados bisagra en el Colegio Electoral. Esto no quiere decir que Biden es el único candidato que puede atraer la coalición de votantes que el partido requiere para ganar el Colegio Electoral; Pete Buttigieg empieza a mostrar tracción. Y es irrefutable que Biden cascabelea peligrosamente y que tiene una mandíbula de cristal. Esto es particularmente peligroso en una elección que estará marinada en mendacidad: mentiras grandotas y chiquitas; pseudohechos, datos alternativos y falsedades; distorsión y desinformación; y malas artes digitales a escala industrial.

Lo que hoy sigue definiendo la carrera demócrata es la ausencia de un candidato que realmente haya capturado la imaginación de los votantes. Más allá de si los demócratas van con una revolución o una reforma y si lo hacen a lomos de la base o bisagra, las encuestas estatales recientes -que difieren dramáticamente de las encuestas nacionales- son las que deberían informar a los votantes demócratas cara a las primarias. Y el mensaje de aquellas es claro: no pueden nominar a un candidato menos atractivo que Clinton en los estados bisagra clave, o perderán. Punto.

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Escrito en: Editorial Arturo Sarukhan

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