Julio Carrillo Gaucín, párroco de la Catedral de Santa María de Guadalupe, explicó que los santos son personas a imitar e intercesores pero finalmente el milagro viene de Dios, por lo que pidió no atribuirle los milagros a los santos. (EL SIGLO DE TORREÓN)
La celebración de San Judas Tadeo es de las más populares entre los laguneros, y no hace distingos en estratos sociales, pues las reliquias se presentan igual en colonias de alta marginación como en sectores residenciales, pero la Iglesia hace un llamado a darle su justo lugar que merecen dentro de la veneración y no un culto que es exclusivo de Dios.
Julio Carrillo Gaucín, párroco de la Catedral de Santa María de Guadalupe, explicó que los santos son personas a imitar e intercesores pero finalmente el milagro viene de Dios, por lo que pidió no atribuirle los milagros a los santos.
"Ver en los apóstoles las piedras donde Cristo cimentó la Iglesia, ellos fueron enviados por Cristo a continuar su misión y gracias a ellos la Iglesia creció y fue fecunda, sobre todo en los ambientes paganos, donde no se conocía realmente a Dios, invitar a toda la gente a que, a estas devociones tan bonitas, le demos el justo valor, siempre teniendo en cuenta que el milagro hay que pedirlo a Dios, que los santos son intercesores", expresó.
Señaló que los fieles pueden sentir admiración por los santos, que son personajes modelos a imitar por sus acciones y su unión tan cercana a Jesús, por que, al tener este amor por ellos, se puede tener un conocimiento mayor y profundo de Cristo.
"Milagro solamente Dios, los santos serán siempre intercesores pero quien hace el milagro es Dios, por eso no hay que quitarle el lugar que merece para atribuírselo a los santos", expuso.