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Ofrece objetos que guardan recuerdos

Hiram Hernández se dedica a la compra y venta de antigüedades en Gómez Palacio

Historia. El negocio se encuentra dentro de una antigua casa gomezpalatina que data de 1929. (EL SIGLO DE TORREÓN)

Historia. El negocio se encuentra dentro de una antigua casa gomezpalatina que data de 1929. (EL SIGLO DE TORREÓN)

SAÚL RODRÍGUEZ

Era el año 2003 e Hiram Hernández comenzó a atender un negocio de antigüedades en el centro de Gómez Palacio. El refugio de estos objetos toma forma de una vieja casona construida en 1929 sobre la avenida Hidalgo. Al entrar reciben cámaras fotográficas, ropa, portaretratos, muebles, libros y algunos discos de acetato de música clásica, muchos de ellos aún en su empaque original.

Hiram cuenta que la historia de su negocio comenzó a partir de que golpeó la crisis por el ataque a las Torres Gemelas, cuando la industria maquiladora se vio afectada y tuvo que cerrar algunas de sus plantas en La Laguna.

"Fue un tiempo en el que nos quedamos sin trabajo. En ese tiempo de las maquiladores, después del atentado del 11 de septiembre, empezó a escasear el trabajo, empezó la guerra con Irak. Y esto inicia para completar nuestro gasto".

Hiram se percató de que su negocio arrancaba su motor en la curiosidad de la gente. Sus clientes se animaban a preguntar por objetos viejos. Amigos y familiares comenzaron a ofrecerles algunos resquicios de sus patrimonios.

"Como comento, tengo 16 años. Al principio me iba muy bien. La primera crisis económica que tuve fue entre 2008 y 2010, cuando empezó todo lo que fue la inseguridad.

CRISIS Y ACTUALIDAD

En la época en que la violencia azotó con toda su fuerza a La Laguna, Hiram escuchó cómo muchos de sus clientes habían perdido sus negocios, sus trabajos, incluso cómo tendrían que abandonar la región. Las ventas irremediablemente bajaron.

"Al principio vi este trabajo como una necesidad, pero después me gustó mucho porque he encontrado muchas cosas. No tengo un giro específico, pero sí he visto cosas antiguas, sí he visto cosas bonitas, cosas que tenían valor. La verdad me siento muy contento con esta actividad […] Me gusta mucho cuando me dicen que vaya a una casa. Es como qué me voy a encontrar, qué me voy a traer. Eso me gusta mucho. Ver libros antiguos. Encontrar tesoros".

Actualmente, la actividad en ese tipo de establecimientos se mantiene en un ritmo tranquilo. El Internet, las aplicaciones y las nuevas tecnologías han propiciado que algunos clientes prefieran conseguir antigüedades a través de las redes.

"Sí se han desplazado las cosas muy lentas. Hay mucha competencia, hay mucha gente que también se dedica a lo mismo. Pero en ese entonces yo fui la primera persona aquí en Gómez que puso un negocio así. En Torreón sí existían algunas personas y, bueno, tengo una casa antigua y como que da pié a todo".

Aun así, Hiram Hernández es buscado por sus mismos clientes para ofrecerle sus viejos objetos que ya no necesitan, o bien, estorban o ya no son contemplados en una mudanza. Incluso le toco asistir a la venta de muebles que tuvo el Chalet Gorosave.

"Es muy triste ver las casas de los papás cuando fallecen, cómo una casa familiar se desbarata. Es muy triste ver los recuerdos de 've, esto era de mi papá pero ya no lo puedo tener', pero a otra persona le sirve".

Hiram menciona que en periodos hay clientes que lo visitan muy seguido, que en veces se retiran porque se llenan de tanto objeto. Recuerda mucho a un matrimonio que lo visitó para amueblar su casa y que tuvieron esa reacción después.

"Estas tiendas sirven precisamente para rescatar lo que se tiene olvidado. Por ejemplo, hay mucha gente que viene, ve artículos y dice: 'Es que mi papá tenía esto, mi abuelita tenía esto, mi mamá tenía ese ropero. Y también se dan cuenta, no saben dónde quedaron sus cosas personales […] Al ver los objetos, hay personas que se acuerdan de su infancia".

Esto último le sucedió recientemente con un cliente, cuya madre había perdido sus objetos en el temblor de Ciudad de México ocurrido en 2017.

"Era una bombonera, me la compraron de Ciudad de México. Me habla el que me la compró y me dice: 'Es que mi mamá perdió su departamento ahora en el 2017 y se va a poner muy feliz porque ya le recuperé su bombonera que perdió en el terremoto'. Entonces, las personas recuperan recuerdos a partir de estas casas de antigüedades", finalizó.

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