Ayudar a otros conlleva tiempo y energía, y nos puede alejar de otros compromisos como la familia, diversión, etc. ¿Qué motiva a mucha gente a esta conducta altruista? Aspectos materiales o de remuneración no lo son porque su participación es voluntaria, de hecho, algunos de ellos utilizan sus propios recursos económicos. Un elemento esencial de una persona para ayudar a otros es la empatía. Empatía es la capacidad que nos permite entender o sentir lo que otra persona puede estar pasando en situaciones difíciles.
Una gran mayoría hemos observado que los medios de comunicación frecuentemente publican noticias e imágenes de actos violentos, al grado de que muchos nos estamos insensibilizando sin darnos cuenta. En muchos de los casos las agencias de noticias tienen la obligación de reportarlo porque desafortunadamente esa es la realidad en que se vive. En otros casos, por ejemplo, en las redes sociales, quizás existen motivos sensacionalistas, atracción hacia acontecimientos desagradables, o simplemente la intención es compartir "sucesos de la vida real" porque la gente ya esta cansada y atemorizada de la inseguridad en el medio ambiente.
Cualquiera que sea la situación, es notable no se ve progreso en el control de esta violencia a pesar de las promesas de gobiernos. No porque no quieran necesariamente, sino porque el crimen organizado quizás es mas poderoso, o porque las administraciones gubernamentales no tienen la capacidad técnica, o los recursos para abatir la violencia e inseguridad. No obstante, también existe un sector de la población que tiene una inclinación genuina a mejorar la formación y nivel cultural de la sociedad. Me refiero a individuos y grupos sociales que actúan con la intención de ayudar a otros. O sea, gente que siente compasión por el dolor y necesidades de otros.
Con frecuencia, sabemos de situaciones donde una persona arriesga su vida por salvar la vida de otros. Recuerdo el caso del terremoto que causó muertes y destrucción en la región cerca de la Ciudad de México en septiembre del 2017 en donde casi 400 personas perecieron. Muchos voluntarios dieron su tiempo personal y se expusieron a los riesgos de un accidente por ayudar en el rescate de víctimas que aún estaban atrapadas bajo los escombros de los edificios destruidos. Compasión y conducta altruista se notó claramente en todos esos voluntarios. Este desastre natural mostró que existen personas quienes, en forma voluntaria, deciden actuar con la convicción firme de dar a una comunidad necesitada sin recibir nada a cambio. Igualmente existen muchos casos de personas que voluntariamente ofrecen su tiempo y esfuerzo para ayudar a otros con algún tipo de desventaja, por ejemplo, en asilos para ancianos, hospitales, hospicios, etc.
La revista National Geographic (enero 2018) presenta un artículo sobre la empatía, y sugiere que la necesidad de ayudar a otros es producto de la evolución humana debido a que la cooperación entre miembros de grupos prehistóricos era esencial para la supervivencia, y posiblemente reside en nuestro ADN. La capacidad de empatía reside en nuestros cerebros de manera innata. Por consiguiente, todos nacemos con la capacidad de ser empáticos y puede ser modificada o moldeada por la influencia del medio ambiente desde el inicio de nuestro desarrollo. Esto es, podemos ser adiestrados a ser amables y generosos hacia otros, incluyendo animales.
Lea Winerman, staff de la Asociación Americana de Psicología en su artículo "Ayudando a Otros, Ayuda a Nosotros Mismos" (2006), sugiere que la gente tiende a ayudar a otros debido a valores humanitarios, generalmente inspirados por principios morales o creencias religiosas. Otras veces trabajar como voluntario ayuda a la autoestima y desarrollo personal. También, puede ayudar a entender otros grupos o culturas, por ejemplo, gente de la tercera edad, discapacitados, ciertos grupos étnicos, niños o jóvenes con necesidad de apoyo etc. Otras perspectivas sugieren que la inclinación a ayudar a otros tiene motivos egoístas, es decir, que existen razones personales para sentirse mejor o ayudarse a uno mismo. En ciertas ocasiones, podemos ser selectivos en nuestra manera de ayudar a otros debido a razones de identidad. Por ejemplo, podemos ayudar a un grupo o persona "A", pero no a un grupo o persona "B" debido a razones políticas, religiosas, sociales, etc.
La empatía es una cualidad humana, y genera compasión. Y esta compasión no sólo produce conductas bondadosas, sino también reduce la posibilidad de conducta antisocial o cruel. Inculcar en la gente, ya sea en el ambiente familiar, en las escuelas, en el trabajo u otras organizaciones sociales sobre la importancia de ayudar a otros necesitados de apoyo, podría ser un remedio a muchos problemas sociales de la actualidad. Gracias por su interés en este artículo.