Columnas Social

Circunstancias

Un fenómeno llamado realidad

Mtro. Francisco Pineda

Puede suceder en cualquier circunstancia: en el hogar, en la política, en la escuela, en la iglesia, en el supermercado, etc. Una persona puede tener un entendimiento de la realidad, diferente a la realidad que otros perciben. Nuestras percepciones no necesariamente reflejan una realidad universal.

Estamos viviendo una época donde la población de varias naciones ha mostrado cambios a nivel sociocultural debido en parte a la evolución intelectual de las nuevas generaciones, los avances tecnológicos, la fluidez de la comunicación a través de diferentes medios, y particularmente la naturaleza de liderazgos y gobiernos caracterizados por direcciones políticas inciertas, independientemente de tratarse de un país desarrollado, subdesarrollado, o en vías de desarrollo. Cambios que han moldeado la manera en como percibimos nuestra realidad debido a que juzgamos nuestro alrededor de acuerdo a factores culturales con los cuales fuimos formados desde edad temprana, incluyendo experiencias personales, adquisición de conocimiento, motivaciones, y quizás, predisposiciones genéticas.

Una percepción es una impresión mental, o manera de entender algo. Una realidad es el estado de las cosas tal y como son objetivamente. Entonces, la percepción de una realidad consiste en la interpretación de lo que vemos en nuestro ambiente. Nuestra percepción funciona como "un lente" a través del cual entendemos nuestra realidad. El reto es que ese lente transmita la realidad de acuerdo a la gran mayoría, y no de manera errática. Es muy entendible que una persona con alguna enfermedad mental, como la esquizofrenia, perciba la realidad de forma distorsionada o ilusoria debido a la experiencia de alucinaciones y delirios durante un episodio psicótico. Igualmente es de esperarse que una persona considerada "normal" perciba su realidad similar al grueso de la población. Desafortunadamente no siempre las cosas son así, ya que el lente con el que percibimos nuestro ambiente está influido por una variedad de conceptos y juicios.

La importancia de entender la incongruencia entre la percepción de un individuo y la realidad de otros radica en la posible prevención de conflictos sociales, especialmente si la divergencia es muy marcada. Usemos como ejemplo la situación sociopolítica que se vive actualmente en México y los Estados Unidos debido a sus líderes y partidos políticos en el poder. El clima político prevaleciente en ambos países ha acentuado una división social que en muchos casos ha sido hostil y agresiva, y abiertamente irrespetuosa. Las disputas agresivas entre los gobiernos y la prensa oficial son muy notables. Las criticas en foros abiertos y los diferentes medios de comunicación, particularmente en las redes sociales, no son transmitidas diplomáticamente y civilizada, sino en forma de burlas y denigraciones personales. Cierto, la libertad de expresión es un derecho que todos debemos ejercer y gozar en cualquier parte del planeta, pero se ha estado abusando de ella al manifestarla en forma malévola. En algunos casos extremos las protestas públicas son caracterizadas por odio y violencia.

El problema con las marcadas diferencias y confrontaciones entre grupos de una misma sociedad, las cuales perciben su realidad social de manera muy diferente, es que enfatizan divisiones de clases sociales y filosofías políticas, provoca confrontaciones, genera desintegración de instituciones sociales esenciales para un desarrollo humano (salud, educación, etc.), y degeneración de tipo cívico-cultural y socioeconómica. Problemas muy serios como la delincuencia, la corrupción, la violencia, la pobreza, la drogadicción, el retroceso educativo, entre otras debilidades de tipo endémico, deben de permanecer en alta prioridad. Pero la pérdida de tiempo y energía debido a las diferencias en la percepción de su realidad política y social se está convirtiendo en verdaderos obstáculos. Creo que esto es precisamente lo que se está viviendo en ambos países. Un aspecto interesante que observo en ambas sociedades es la discrepancia entre los que tienen y los que no tienen socioeconómicamente hablando, lo cual se está transformando en un conflicto social debido al temor a perder lo que se ha obtenido con sacrificio, o de aprovechar una oportunidad de obtener lo que no se ha tenido por diversas razones. Conflictos muy válidos para ambos grupos debido a la necesidad de salir adelante, o sobrevivir.

Estoy de acuerdo en ser firmes con nuestras convicciones y creencias, pero también no supongamos que la percepción de nuestra realidad es la única realidad, ya que es posible tener algunas distorsiones o presuposiciones en esas percepciones. Lo complicado es que para reconocerlas se requiere de la virtud de aceptar limitaciones y debilidades, y obrar de acuerdo a ellas. Gracias por su interés en esta columna.

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