Ser mexicano es algo más que un grito. Por principio de cuentas, debiéramos de conocer de lo que estamos hechos. Una versión es el libro de Vasconcelos el hombre cósmico, o el de Samuel Ramos, o los análisis de Octavio Paz en el laberinto de la soledad y de posdata. También Carlos Fuentes nos analiza en el espejo enterrado; por ahí, seguramente hay muchos análisis sobre nuestro ser cultural.
El rompecabezas se complica cuando miramos a nuestros ancestros y nos damos cuenta de que sabemos poco sobre ellos. Hay que mirar los libros de quienes escriben de las grandes culturas que nos precedieron; Eduardo Matos Moctezuma, el padre Garibay, Beatriz de la Fuente, Piña Chan, Miguel León Portilla. Hay muchos autores Más. El instituto nacional de antropología editó un estudio completo de las culturas antiguas en cuatro volúmenes. Existen estudios sobre los mayas.
Deberíamos de entrarle a la colonia. Un coahuilense fue apasionado de este tema: Dn. Artemio del Valle Arizpe, y hay escritores que defendieron lo español y por lo mismo no fueron muy bien aceptados pero que sin embargo es imprescindible leer como Carlos Pereyra. (Siempre me pregunté porque mi escuela se llamaba así, hasta que encontré sus libros.) De la colonia, sólo tienemos la referencia de Sor Juana.
Del conflictivo siglo XIX hay mucho que leer; sobre todo de la reforma y del porfiriato, en pro y en contra; para entrar al XX con los idealismos de los olvidados Flores Magón y de lleno entregarnos a la revolución mexicana, con sus grandes novelas y las biografías interminables de los grandes personajes que a diario salen a relucir.
Luego conocer los sucesos del siglo XX; la tragicomedia mexicana de José Agustín nos puede servir de Guía. Aunque de todos los sexenios hay, cuando se busca. Comparar a Cárdenas Con Alemán. Meditar sobre el 68. Echeverría y López Portillo. Miguel de la Madrid, Salinas, Llegamos al 2000 con los sexenios panistas y los últimos días que vamos viviendo en medio de la corrupción, de la desesperanza, de la inseguridad y de la inestabilidad.
México es todo lo que nuestra historia nos pueda decir que somos; pero también lo que los mexicanos nos demuestran a diario que son. Para ello nos debemos de mover por el país para que nuestros horizontes se ensanchen. Nos acostumbramos a ver siempre lo mismo y no nos damos cuenta que en otras partes se crece y se tienen aspiraciones.
Ir a Chiapas y a preguntarte porque si los mayas fueron grandes, nosotros no lo podemos ser. Ir a Teotihuacán con el mismo espíritu. Estar en la ciudad de México y ver que no niega la modernidad. No todo es el juego de los cárteles, hay hombres con empuje que todavía pretenden aferrarse a una esperanza.
Conocer tus costas y tus montañas, tus selvas, las caídas de agua, el mismo desierto, la barranca del cobre. La naturaleza nos ha beneficiado. Lo demás debió de haber dependido de nosotros pero no estamos acostumbrados a ser emprendedores y no nos han dejado serlo. Lo que sea. Yo creo que existe lo necesario para salir adelante y nos dejarnos manejar con una cultura paternalista que a todo mundo le quiere dar lo que ya nos han dado, un clima apropiado para ser alguien.
Los héroes son héroes porque se esforzaron; nuestro problema es que ya se nos hace inútil esforzarnos. El nuevo sistema es querer acostumbrarnos a que se nos dé sin pretender nada por parte de nosotros, como si tuviéramos derecho a todo, a exigir nada más.
Nuestro peor pecado es la corrupción. Dejamos de creer en nuestros políticos porque son corruptos. Debemos madurar, México no son ellos, somos nosotros. En una democracia son los ciudadanos los dueños del país. Si un político es delincuente que pague, si roba que devuelva, si tiene un puesto que cumpla y si no, que se vaya. Necesitamos devolverle la grandeza a nuestra nación.
Chichenitza, Uxmal, Teotihuacán, eran grandes. La ciudad de México es de las más grandes del mundo. Nuestro volcanes y las selvas, la suave patria. ¿Dónde están los mexicanos actuales? ¿Qué país vamos a heredar a nuestros hijos?
Tiempos de reflexión. Octubre es el descubrimiento. El semen que fertilizó el óvulo prehispánico. Somos eso también. No es hora de negarnos. Retomando a Carlos Pereyra, tiene una biografía de Cortés. Está de moda la de Duverger. Y sobre Colón encontrarás los escritos de su hijo y las bitácoras de viaje. Si de leer se trata, hay mucho que leer.