Cultura

Teatro en señas del alma

Miradas y Señas es un proyecto de teatro para sordos que aboga por la inclusión

Valores. Amor entre telones comparte tres historias de amor a través de valores y teatro, los actores utilizan mímica para comunicarse con el público.

Valores. Amor entre telones comparte tres historias de amor a través de valores y teatro, los actores utilizan mímica para comunicarse con el público.

SAÚL RODRÍGUEZ

El teatro es un bálsamo para curar el espíritu, no sólo del público, sino también de quien actúa. La libertad que otorga el escenario permite otro tipo de paisajes en la vida, deja pasar la luz tras el telón y amplía las perspectivas.

Miradas y Señas es un proyecto de teatro para sordos. Su guión perora en la inclusión teatral y trata de llevar un mensaje a una sociedad aletargada. Sus integrantes salen a escenario con la ilusión de quien se expresa. Son artistas natos, poetas que dialogan con el alma a través de señas.

Hace una semana, el colectivo presentó la obra Amor entre telones, en la biblioteca José García de Letona, dentro de las festividades del Jolgorio (evento cultural organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México). Su libreto ofreció tres distintas formas de ver el amor a través de los valores.

Cony Múzquiz, directora de Miradas y Señas, declaró que fue Alberto Lomnitz quien la inspiró a trabajar en el proyecto, pues él pretendía establecer el teatro para sordos en varios puntos del país.

Recuerda que la primera obra que escribió y dirigió con esa temática, se estrenó en marzo de 2009. Desde entonces, la actividad del grupo ha sido continua.

"La comunidad sorda ha sido muy agradecida porque, así como no hay oportunidades de trabajo, tampoco las hay en las artes".

Actualmente, Miradas y Señas es el único grupo de teatro para sordos que aborda el espectro escénico de la ciudad. El arte ha cambiado la vida de sus actores, les ha brindado seguridad y otorgado una sensación de inclusión al trabajar en equipo, pues no sólo personas sordas integran al grupo, también hay oyentes e incluso está el caso de Sofía, una joven con síndrome de Down.

ENSEÑANZA DEL ARTE

José Luis Castro es un joven con hipoacusia y tiene cerca de dos años y medio dentro de Miradas y Señas, proyecto al que fue invitado por otros amigos. Mencionó que en un principio no le interesaba el teatro, pero su curiosidad le hizo amar la escena.

"Tuvimos una experiencia en Paseo Colón, en la que faltó un integrante y tuve que salir al quite. No sabía nada del guion, pero ya había visto la obra antes y me acordaba de los diálogos".

En aquel momento, muchos esquemas se rompieron dentro de José Luis; se abrió culturalmente. Para él, pisar un escenario es un sentimiento profundo, por eso resalta la interacción entre actores y oyentes que su espectáculo posee. Sus dinámicas apuntan a que el público utilice la imaginación y genere comunicación a través de las representaciones.

"Hay una actividad de un teléfono descompuesto donde tienes que hacer unas señas iniciales y tratar de llevar el mismo mensaje a la última persona sin equivocarte".

El teatro le ha ayudado a conocer varios segmentos de la comunidad de sordos. Ha aprendido a desprenderse de miedos escénicos y a expresarse de mejor manera.

"Te enseña a comunicarte con las personas, a ser más abierto y a tener más autoconfianza (…) Lo que me gusta de Miradas y Señas es que no sólo incluimos a personas con discapacidad auditiva".

Además de ser actor y cantante, José Luis también da clases de lenguaje de señas los jueves y sábados en uno de los salones del teatro Nazas. Aseguró que en Torreón existe demanda por este tipo de talleres y le agrada percatarse que cada vez más personas estén interesadas en poder comunicarse con los sordos.

AMOR POR ACTUAR

La actriz Fabiola Sánchez tiene sordera. Su llegada a Miradas y Señas sucedió similar al arribo de José Luis, por medio de un amigo. En sus primeros pasos por el escenario experimentó nervios que le cuestionaron cómo se iba a comunicar con los demás.

"Cony me dijo que sí se podía, que íbamos a hacer ejercicios de mímica y que íbamos a aprender muchas cosas".

Poco a poco se sintió más tranquila, se fue divirtiendo y se proyectó a futuro como actriz. El teatro la integró con oyentes y con otras personas sordas.

Algo que caracteriza a Fabiola es la sonrisa que se traza en su rostro cada que interpreta un papel. El escenario le otorga una felicidad que no logra describir, pero sí transmitir.

"Yo quiero, en un futuro, ser una actriz profesional y poder enseñarles a otros niños a cómo hacer expresiones, a animarlos a que sean actores y poder apoyarlos siempre".

Por su parte, Yacét Martínez, siempre tuvo el sueño de hacer teatro a pesar de ser sorda. Conocer Miradas y Señas le ocasionó una gran emoción, la cual sostiene tras 11 años en el colectivo.

"El teatro puede mostrar que los sordos somos capaces de entendernos con las personas oyentes y que de esa manera nos puedan conocer".

Las artes escénicas le han auxiliado a abrir su mente y percatarse, de una manera amplia, de lo que significa el teatro para sordos a nivel nacional, pues al igual que sus compañeros, ha viajado por el país a distintos congresos y festivales.

"El teatro está preparando nuevas obras, así que los invitamos. También hay un curso de lenguaje de señas y los invitamos a que se integren", finalizó.

(CORTESÍA)
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Escrito en: Miradas y Señas

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