Columnas Social

Pequeñas especies

M.V.Z. FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

NO LO VUELVO A LLEVAR A OTRO LADO

Me encontraba auscultando a un pequeño Poodle de nueve años de edad, “Vodka”, se notaba triste y débil, sin ese comportamiento alegre, típico de la raza, el motivo de la consulta eran sus ojos y párpados, se encontraban muy irritados con abundante lagaña, se trataba de una severa conjuntivitis, pero notaba una lesión más severa en los párpados, blefaritis bilateral, su dueña muy consternada había decidido suspender el tratamiento del anterior veterinario, pues en lugar de ver mejor a su perro sucedía lo contrario, había dejado de comer y lo veían más triste. Al revisar su historia clínica es muy importante ver las recetas o el medicamento aplicado al paciente, sobre todo en estos casos donde no hay mejoría alguna, lo hacemos para no aplicar el mismo medicamento en caso de coincidir con el diagnostico del veterinario anterior, pero en este caso me extrañó que no había receta alguna, ni tampoco sabían del medicamento que estaba aplicando el veterinario, les dijo que se trataba de “sarna” y necesitaba de varias inyecciones para que se aliviara y debido a la gravedad del problema había perdido la vista, y fue cuando decidieron suspender las visitas al notar que no mejoraba su mascota. No habían realizado algún estudio para la detección de sarna, tampoco sabían el medicamento que estaban aplicando, solo me enseñaron unas tabletas para problemas de alergia que les había recomendado. Al revisar sus ojos con el oftalmoscopio, vi que contaba con la visión de un perro senil, empezaba con problemas de catarata, pero no tenia pérdida de visión, suspendí el medicamento para alergias y sobre todo la sesión de inyecciones que me supuse que se trataba de ivermectina, lo utilizan para el tratamiento de ectoparásitos sin tomar en cuenta raza, peso, edad, lo que realmente me extrañó que no hayan puesto una sola gota de antibiótico en los ojos de “Vodka” después de varios días en tratamiento. Inmediatamente aplique gotas en ambos ojos que fue un bálsamo a su conjuntivitis, les di la receta con las indicaciones a seguir. No solo noté confort en mi paciente después de aplicar el medicamento, también noté tranquilidad y sobre todo, el agradecimiento sincero de sus dueños, después de haberles dicho que no había perdido la vista y su pequeña mascota mejoría en unos días. No pasaron dos semanas cuando llegó un cliente a la clínica y me pregunta con cierta suspicacia, si podíamos cortar el pelo y bañar a su perro, lo vi alegre y en buen estado físico, y me dijo su dueño, es que usted dijo que no lo bañáramos pues sus defensas estaban muy bajas, fue cuando reconocí a mi paciente, y con una gran sonrisa de su dueño me dijo que estaba mucho mejor, al preguntar si era “Vodka”, no lo creía, después de haber visto esos párpados casi en carne viva la última vez y verlos ahora, había una diferencia enorme, incluso había aumentado de peso y su carácter completamente diferente, alegre e inquieto. Al recoger a “Vodka” después de su estética parecía otro, su pelo completamente blanco y esponjado, con una pañuelo al cuello y su loción para perros, lo hacía lucir como un galán y sobre todo, un perro adolescente, que su dueño dijo, que bien se ve y sobre todo su problema desapreció doctor… “No lo vuelvo a llevar a otro lado”. [email protected].

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