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Verdades y rumores

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EL AGENTE 007

Quien tuvo que hacer una escala en Torreón antes de llegar a cumplir una serie de compromisos en los estados de Durango y Zacatecas fue el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, quien sorteó los bloqueos que los campesinos habían anunciado en el territorio nacional, aterrizando en La Perla de La Laguna y no en Durango o Zacatecas como hubiera sido lógico, bloqueos harto intensos en el estado del alacrán. Como de costumbre, y para no alejarse de la imagen de la Cuarta Transformación, el preciso llegó en un vuelo comercial al mediodía de este jueves, sin dar aviso a las autoridades de Coahuila, solo con el apoyo de un grupo de expolicías de la región para que lo custodiaran con algunas camionetas. A su arribo al aeropuerto de Torreón, quien esperaba al presidente con cara de seriedad era el oficioso titular de Tránsito y Vialidad de Torreón, Pedro Luis Bernal, quien para evitar que la entrometida prensa lo siguiera hizo que el convoy que acompañaba a don Andrés Manuel se metiera en sentido contrario a la salida del aeropuerto para agarrar la carretera Torreón-San Pedro, y así evitarse la vuelta que hace todo ciudadano hasta las Etnias; y ni así pudo evitar que los intrépidos periodistas en moto le dieran alcance al presidente y lograran robarle algunas palabras sobre la instalación de la potabilizadora en la región.

Cuentan nuestros subagentes, disfrazados de pancartas rotas, que el bloqueo en ciertos puntos de la Comarca Lagunera, como la unión entre Torreón y Gómez Palacio a la altura de la Puerta Amarilla, fue ordenado por la alcaldesa priista de Gómez Palacio, Leticia Herrera, con la intención de cobrarle al presidente el mal rato que le hizo pasar durante su última visita cuando le tocó una abucheada, cosa histórica para alguien de apellido Herrera.

Y hablando del bloqueo de campesinos, el que intentó dialogar con ellos fue el suspirante a una diputación David Flores Lavenant, exalcalde de Francisco I. Madero, y quien hoy día sigue aferrado a la nómina en una especie de oficina de atención ciudadana del Gobierno de Coahuila en la región. El funcionario, que quiso sacar a flote sus dotes de negociador, fue con los inconformes que tenían su bloqueo frente al edificio Coahuila para decirles que dejaran pasar a cientos de automovilistas afectados tanto del lado de Torreón como de Gómez Palacio; sin embargo, los campesinos, con cara de “¿y éste quién es?”, terminaron corriéndolo a empujones y aclarando que ellos solo obedecían órdenes de la capirucha del smog. Al escuchar el tono de los campesinos y el fallido intento de persuasión, a don David no le quedó de otra más que aplicar el “patitas, ¿pa’ qué las quiero?” y emprender una graciosa huida a bordo de su camioneta.

A quien le tocó recibir una cucharada de la propia medicina que suele aplicar la 4T a sus rivales políticos durante los eventos públicos, sobre todo cuando tienen como protagonista al presidente López Obrador, fue al alcalde del superbono… Perdón, de Matamoros, Horacio Piña, quien durante el evento que tuvo ayer por la mañana en la plaza principal del municipio del melón y la sandía junto al gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, se hizo acreedor a un entonado y nutrido abucheo por parte del respetable. Después de ponerse colorado tuvo que instruir a alguien de su séquito para que se trajera a la policía y empezara a cercar a los quejosos, creando un clima de tensión que empezó a poner nerviosos a más de uno. La cosa es que los enérgicos reclamos al alcalde se hicieron presentes por el bono vacacional que se adjudicó junto a la mayoría de sus regidores y directores. Nuestros subagentes, que todo lo oyen, dicen que una de las molestias que más generó indignación entre los ciudadanos fue la manera cínica en que don Horacio contestó a través de las inestables redes sociales mientras se paseaba en yate, que sus viajes lujosos los seguirá haciendo pésele a quien le pese; mientras tanto el desorden fue aprovechado por el exalcalde y suspirante a una diputación, Raúl Onofre, quien se vio favorecido con el aplausómetro. Vaya que don Horacio ya no es profeta en su tierra.

Luego de que nuestros subagentes conocieran la lista de los bendecidos en el PRI para buscar una curul en el congreso durante las elecciones del próximo año, los operarios del recontraespionaje les informan que más de un personaje de la grilla estatal hizo corajes con los nombres de los afortunados. Aunque sin duda los reclamos más asiduos que recibió el jefazo del tricolor en el estado, Rigo Fuentes, fueron porque a muchos priistas se les ha hecho inconcebible la posibilidad de ver en una boleta electoral el nombre de Álvaro Moreira, el tercer hermano de la dinastía más odiada en la provincia coahuilense. Y es que el reclamo de muchos militantes es que por una parte a la estructura le piden trabajar por la construcción de un nuevo tricolor, pero por otro siguen incluyendo cartuchos tan quemados como Shamir Fernández, uno de los diputados que aprobó la megadeuda en el sexenio del profe Humberto Moreira, o la exsenadora de la república del Facebook Hilda Flores, también cercana al ‘exgóber’ bailador, o los laguneros Alfredo Mafud y Antonio Gutiérrez Jardón, quien no pudo con el factor Zermeño en la pasada elección municipal, ni tampoco brilló mucho que digamos al frente de la Secretaría de Fomento Económico del estado con el ‘exgóber’ de las ocurrencias Rubén Moreira, con quien por cierto no debió ser nada fácil trabajar.

Nuestros subagentes, disfrazados de suspirantes comiéndose las uñas, nos informan que también hubo algunos corajes, como el de la regidora más estridente del Cabildo de Torreón, Dulce Pereda, quien ya se había visto haciendo campaña, o la síndica Isis Cepeda, quien incluso amenazó con salirse del PRI y llevarse a otro partido los cientos de miles de votantes que asegura tiene la estructura de su familia, encabezada por el eterno profe Mario Cepeda. La cosa es que algunos pocos nombres todavía pueden ser tachados de la lista.

Y nuestros subagentes, disfrazados de funcionarios prepotentes, nos informan que donde las cosas están color de hormiga es en los ayuntamientos de Lerdo y Gómez Palacio, pues a tan solo unos días de concluir con sus periodos, los Gobiernos salientes se resisten a iniciar con los procesos de entrega-recepción a los equipos de transición, quienes desde hace semanas se declararon listos para llevar a cabo estos procesos protocolarios, siendo encabezados por Gerardo Lara Pérez, en el caso de Lerdo, y en Gómez por Cuauhtémoc Estrella González, Omar Castañeda y Alejandro Adriano, sin embargo, estos no han sido posibles debido a que en el caso de la Ciudad Jardín, la alcaldesa María Luisa González Achem aún no supera el berrinche contra el PRI por no haberla apoyado para su reelección, razón por la que fue un secreto a voces que durante las campañas utilizó sus influencias y su poder como primera autoridad en contra de su partido ‘alma mater’ para ganarle la elección, apoyando abiertamente al partido Movimiento Ciudadano, donde su hijo participó en la planilla, y aseguró un lugar como regidor en el próximo Cabildo lerdense; sin embargo, sabe que al pupilo del eterno clan de los Medina de la Universidad Autónoma de Coahuila, Homero Martínez, donde por cierto aún aparece como maestro titular y delegado sindical, se le cuecen las habas por entrar en funciones y “devolverle la copa” a su manera ante los agravios recibidos, por lo que esta telenovela apenas está por comenzar y seguramente dará muchos señalamientos de que hablar.

En cuanto a Gómez Palacio, nuestros subagentes, disfrazados de asistentes mal encaradas, nos informan que la alcaldesa Leticia Herrera se niega a entregar el changarro, ya que está disfrutando sus últimos días de poder, el cual cada vez se ve más lejos que un día regrese; y es que nuestros subagentes comentan que no solo ella ha resentido la derrota en la que su partido perdió la presidencia, pues de igual manera los Rebollo andan cabizbajos. Y no es para menos, pues con la alternancia en la ciudad Cuna de la Revolución se esfumaron años de cacicazgo en la vida política de este municipio por parte de los clanes Herrera-Rebollo, por lo que ambos grupos saben que esto puede significar el fin de sus carreras políticas, pues como bien dicen, “el pueblo no tiene memoria”, y saben que existe la posibilidad de que pasen al olvido ante la llegada de Morena y nuevos cuadros con hambre de poder.

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