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ARTURO MACÍAS PEDROZA

HOMBRE Y MUJER LOS CREÓ PARA UNA VÍA DE DIÁLOGO SOBRE LA CUESTIÓN DEL GENDER EN LA EDUCACIÓN

La iglesia ha definido claramente su posición sobre la ideología de género desde el aspecto de la educación en un documento oficial. No es el Papa Francisco quien la escribe directamente, pero está llena de citas de él y de otros Papas de la Iglesia, que a quien lo lea, tendrá una idea clara del problema de la ideología de género. Publicado por la Congregación para la Educación Católica, y contra lo que se podría pensar que se tratase de una condenación directa de la ideología de género, es una enseñanza basada en el método del diálogo que incluye escuchar, razonar y proponer, aunque sin dejar de poner en claro la doctrina de la Iglesia en este punto.

En verdad hacía falta, pues aunque se sabía en general la posición de la Iglesia, es necesario una afirmación clara, sobre todo para quienes, abrumados por una verdadera invasión publicitaria, habían caído en la incertidumbre de no saber exactamente que es verdad y que es mentira. La ideología de género tiene atractivas ideas basadas en la libertad y derechos humanos que ha logrado engañar a muchas personas de buena voluntad. Confrontadas muchas veces la Iglesia y la ideología de género por radicalidades y por dogmatismos (que contra lo que se podría pensar, son más radicales e irracionales los de la ideología de genero que la Iglesia misma), este documento en cambio enfrenta con calma el problema sin mucha tinta y con la suficiente profundidad, poniendo en claro, sobre todo para los preocupados por la educación, lo que estaba en duda para muchos.

En este documento llamado: "Varón y Mujer los Creó". "Para una vía de diálogo sobre la cuestión del gender en la educación", firmado el 2 de febrero por el cardenal prefecto Giuseppe Versaldi (se puede encontrar fácilmente en la página oficial del Vaticano) con apenas 57 números (menos de 28 páginas), "dirigido a quienes se preocupan de corazón por la educación" (n. 7).

Reconociendo la emergencia educativa, especialmente en lo que se refiere a afectividad y sexualidad, reconoce la falta de una recta antropología que ha contribuido a desestructurar la familia (n. 1) que lleva a una desvinculación de la realidad biológica entre hombre y mujer, en el amplio horizonte de la educación al amor. Al definir una recta visión antropológica (n. 4) y poner la sexualidad como parte integrante del desarrollo de la personalidad que comprende los planos biológico, psicológico espiritual y social, afirma que deben por tanto integrarse en la educación.

Con una actitud positiva y de diálogo, el documento trata de escuchar y comprender el fenómeno llamado "gender", como un fenómeno social dentro de un contexto cultural que trata de comprender y explicar descubriendo puntos de encuentro como la lucha contra injusticas y discriminaciones, concluyendo que es necesaria la proclamación de la igual dignidad entre el hombre y la mujer y por lo tanto el respeto a cada persona, pero además comprender los valores de la feminidad dentro de las diferencias sexuales que niega el "gender". Sin embargo, también determina con claridad los términos que considera equívocos en la ideología, desde la proclamación positiva de la realidad y las consecuencias negativas que se ha tenido en la cultura y la legislación.

Sin dejar de ser un documento eclesial, la segunda parte del dialoga incluye argumentos de razón y no sólo de fe. El análisis de esta parte no deja de ser profundo, pero para los avezados en la materia, no es difícil descubrir la contundencia de los argumentos y la claridad con la que ilumina la realidad y pone en evidencia las fallas, sin hacer una condenación directa a los errores de la "gender" (análisis filosófico sobre la diferencia sexual, el proceso de identidad, la complementariedad fisiológica y la dimensión trascendente).

En la parte de la propuesta es donde brilla la experiencia de una Iglesia "Mater et magistra" que con su recta antropología fundamenta la relación unitaria del ser humano (bio, psico, social y espiritual). Sus líneas definiendo la familia están llenas de luz que ilumina bellamente esta realidad; emitida por la Congregación del Vaticano sobre la Educación, no podía tampoco faltar líneas iluminadoras del proceso educativo, hablando a los educadores en particular, a las diversas comunidades educativas e incluso a las universidades en su labor de investigación; la sociedad también es llamada a tomar adecuadamente su papel, poniendo sus obligaciones y limitaciones; concluye con un motivador llamado a la labor educativa por parte de todos los involucrados, "incluso para defender con herramientas organizativas y programas didácticos" que hagan efectivo "el derecho de los padres a tener una opción de educación libre, siempre de acuerdo a la dignidad de la persona humana" (n. 55).

Sirva este documento para que, en medio de tantas opiniones, tengamos claro qué es el "gender" y lo que la recta razón proclama desde la Iglesia, y trabajemos por llevar a cabo rectamente nuestra labor educativa a las nuevas generaciones.

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