El Profe
Las cifras oficiales hablan por sí mismas. Poco después de la medianoche, la página de Internet del Comité Directivo Estatal del PRI, el equivalente al PREP del IFE, revelaba que una vez contabilizado el 80 por ciento de los centros de votación, el torreonense Heriberto Ramos Salas tenía sólo el uno por ciento de los sufragios a su favor, algo así como tres mil 555 votos; Alejandro Gutiérrez, con todo y lo que quedaba de la ?Ola Verde? operando a su favor, sólo alcanzó 41 mil 452 votos, el 13 por ciento del total. El de San Pedro, Javier Guerrero quedó en un lejano segundo lugar con poco más de 55 mil 900 votos, el 18 por ciento y el Profe cumbianchero, el alcalde de Saltillo con licencia, Humberto Moreira, contaba a su favor con 195 mil votos, el apabullante 64 por ciento del total de la votación.
Resulta ocioso el ponderar hoy esos miles de votos nulos o que sólo salió a emitir su sufragio cerca de la mitad de los militantes y simpatizantes del PRI que tenían por ahí una boleta esperándolos. Tampoco resultaría beneficioso para nadie el hacer énfasis en los acarreos o el reparto de despensas y mucho menos en la ?línea? que recibieron ciertos líderes sindicales. Lo que importa hoy es que la maquinaria priista está intacta en Coahuila y que sus tácticas siguen funcionando. En esta ocasión -y sobre los de la propia casa-, Humberto Moreira se colocó en la trompa de la máquina, arriba de la aplanadora y por lo visto, más vale que empiecen a sudar frío los panistas, ya que si así se juega entre hermanos, qué no harán contra los ?verdaderos? rivales políticos.
Lo único que realmente queda claro en Coahuila es que Humberto Moreira, el hombre que gusta de bailar ballenatos, que es caracterizado por sus detractores como un populista que ha logrado navegar con éxito en la política regional gracias al abuso de la mercadotecnia, pero que en cambio es colocado en el sitial de los funcionarios con alta sensibilidad social y verdadero apego a las causas más sentidas de la población, según sus simpatizantes, es ya el candidato del tricolor a la gubernatura y muy probablemente podrá imponerse en la elección constitucional si es que el Partido Acción Nacional no logra remontar la abismal desventaja que arrastra hasta el día de hoy en el escenario estatal, que si bien posible, se antoja una tarea titánica. Así están las cosas.
