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La cooperación internacional es fundamental para salvaguardar los intereses nacionales

JORGE ÁLVAREZ FUENTES

Hoy en día, cuando en el escenario internacional parecen avanzar en forma imparable las medidas de fuerza, la imposición de sanciones, las disputas comerciales, la pretendida y falaz supremacía de una nación sobre otras, el uso de amenazas y decisiones unilaterales, -al margen del derecho internacional y en abierto desdén a las instituciones multilaterales- cobra suma importancia, destacar el valor de la cooperación internacional como norma de conducta, en un mundo cada vez más interdependiente y globalizado.

Algunas reuniones internacionales recientes han puesto lo anterior de manifiesto. Tal es el caso de la pasada reunión del G20 en Osaka, en la que, con la desalentadora, si bien previsible, excepción de los Estados Unidos, las otras 19 economías refrendaron sus compromisos firmes para cooperar de manera eficaz y pronta en el combate al cambio climático, para cumplir con el Acuerdo de París. Y fue en esa misma cumbre del G20, en una comunicación escrita, que el presidente de México propuso y reiteró a los miembros del grupo, la opción de la cooperación internacional en favor del desarrollo para atender la migración forzada en el mundo. Resulta cada vez más evidente, que, tanto respecto de la crisis de la sustentabilidad planetaria, como los desafíos de la migración internacional o las severas dificultades por las que atraviesa el sistema multilateral de comercio, entre otros retos globales, ningún país o grupo de países, por poderoso que sea, puede ni podrá encontrar respuesta y solución por su cuenta, actuando en forma aislada, sin contar con la participación y colaboración de los otros actores.

Por ende, resulta determinante que, países con peso e influencia en el escenario mundial, que deben atender de manera balanceada tanto factores de orden interno como múltiples presiones externas, como México y otras potencias medias, incluidos Japón y otros países desarrollados, la propia Unión Europea, perseveren en sus esfuerzos. Ello, a fin de procurar, por todos los medios a su alcance, que la cooperación internacional continúe siendo la vía idónea para resolver juntos, naciones soberanas y organismos de la ONU, de manera concertada y sustentable, los múltiples y diversos desafíos globales que hace tiempo ya no se circunscriben a las fronteras nacionales. Ello implica, también, reconocer que la cooperación internacional no es, ni será, desinteresada, que responde a móviles políticos los cuales van más allá de la voluntad de ayudar, habiéndose registrado en los últimos dos decenios cambios profundos en la concepción estratégica, tanto de los países donantes como del resto de los actores internacionales, esto es, entre los Estados, organismos y organizaciones de la sociedad civil, y tenido lugar una evolución positiva en las modalidades y alcances de la cooperación entre países en desarrollo, la cooperación Sur - Sur.

Aun cuando los recursos financieros, materiales y humanos que el gobierno de México ha venido destinando a la cooperación resultan insuficientes respecto del tamaño de nuestra economía y de las capacidades institucionales, nuestro país debe perseverar en llevar a cabo acciones y programas, para ser partícipe de los esfuerzos internacionales de cooperación. El gobierno de México está plenamente convencido que, en la promoción del desarrollo integral de Centroamérica, ésta constituye una prioridad impostergable que responde, además, a la legitima defensa de los intereses nacionales, incluido el desarrollo y bienestar del sur sureste de México. Acierta el presidente López Obrador al señalar en su carta a los jefes de Estado del G20 que: "Debemos actuar de manera solidaria. La Agenda 2030 acordada por los miembros de la ONU, llama a impulsar actividades productivas, crear empleos y bienestar en los pueblos más pobres y marginados de la tierra. Esta sería la manera más eficaz y humana de lograr que las personas puedan trabajar y ser felices en el sitio que nacieron, donde están sus familias, sus costumbres y su cultura. Por encima de las fronteras está la justicia y la fraternidad universal".

En este mismo tenor, y a manera de ejemplo, cabe mencionar los acuerdos alcanzados en el reciente Encuentro Internacional de Alto Nivel para la Atención del Sargazo, celebrado la semana pasada en Cancún, cuyo objetivo central fue construir, conjuntamente, una agenda de cooperación a fin de impulsar propuestas de solución, de mediano y largo plazo, teniendo presente el actual contexto nacional y sus vastas implicaciones internacionales, el cual reunió a representantes de Centroamérica: Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, y del Caribe: Cuba, Guyana, Haití, Isla Guadalupe, Jamaica, República Dominicana y Trinidad y Tobago. El problema del arribo de grandes volúmenes de sargazo, no sólo se ha extendido y agudizado en las costas del Caribe mexicano como resultado del calentamiento global, provocando una grave situación de crisis para un polo turístico importantísimo para la economía del país, sino que constituye un problema global que amenaza al Golfo de México, la Cuenca del Caribe, extendiéndose de manera rápida hacia las costas de África, el Mediterráneo y del Mar del Norte. En efecto, hoy sabemos que en los océanos de todo el mundo se está incrementando la temperatura del agua y va en aumento la acidez, provocando una reducción en la concentración de oxígeno. Ante este fenómeno los países debemos actuar juntos y cooperar en los ámbitos regional e internacional para enfrentar las causas y los efectos de la proliferación de los organismos vivos provenientes del Mar de los Sargazos. Está en el interés de todos.

@JAlvarezFuentes

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Escrito en: editorial EMBAJADOR JORGE ALVAREZ FUENTES

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