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Un viaje alucinante por México Bizarro

Épocas y personajes que han estado vinculados al país son expuestos en la obra literaria

Las historias de Alejandro Rosas no dejan a los lectores indiferentes, pues es un provocador, sarcástico y gran investigador. (EL SIGLO DE TORREÓN)

Las historias de Alejandro Rosas no dejan a los lectores indiferentes, pues es un provocador, sarcástico y gran investigador. (EL SIGLO DE TORREÓN)

YOHAN URIBE

Escribir con un humor tan ácido como para corroer el asombro de los lectores es una capacidad que siempre ha explotado el historiador Alejandro Rosas.

Sus historias no dejan indiferente a quien las consume, pues es un provocador, sarcástico, pero sobre todo un gran investigador.

Al lado del periodista Julio Patán, narra una serie de historias que muestran de nueva cuenta que si algo hay democrático en México es lo bizarro.

Esto es México Bizarro II, un viaje alucinante por distintas épocas y personajes de nuestro país. Julio Patán y Alejandro Rosas te cuentan qué hay detrás de la fortuna de un pepenador millonario, un portero secuestrador y un poeta caníbal. O aquella vez que vino Queen y odiaron tanto la burocracia que juraron nunca volver.

Pero eso sí, fuimos fans de Tohuí hasta el punto de cantar con enjundia -Osito panda, que aún no andas…-.

Ya entrados en gastos, ¿un taquito de manatí o un pozolito humano? Ambos, platillos del menú bizarro de nuestra historia.

Alejandro Rosas es divulgador de la historia y escritor. Habla con los muertos desde hace 30 años y le han revelado sus historias para obras como Mitos de la historia mexicana, Sangre y fuego, 365 días para conocer la historia de México y 99 pasiones en la historia de México. No aspira a ser "rockstar", pero le gustan los medios. Luego de terminar la trilogía Érase una vez México buscó ayuda psicológica y terminó escribiendo México Bizarro.

El escritor compartió algunas anécdotas sobre el segundo volumen de su libro con los lectores de El Siglo de Torreón.

EL ESCRITOR NOS CONTÓ

´: Con tantos destapes que se están dando en los tiempos de la Cuarta Transformación, ¿fue más fácil seleccionar la segunda serie de historias bizarras?

Para México Bizarro II, igual que en la ocasión anterior, no queríamos publicar un libro de coyuntura sexenal, es decir, no queríamos que de pronto se llenara el libro de puras cosas de la 4T, o de las elecciones; realmente está muy diversificado. Hay historias de la época de López Portillo, de Salinas, de Peña Nieto; hay algunas historias también donde está López Obrador, pero en realidad es un libro muy diverso y creo que eso fue parte del éxito de México Bizarro en su primer volumen.

´: ¿Es un rescate de humor y la crónica en su máximo esplendor?

Tanto Julio Patán como yo compartimos la idea de que el humor no puede ser expulsado del país, quizás al Gobierno le cuesta mucho trabajo entrarle al humor, no hubiera sido Peña Nieto en cualquier caso que todo el mundo se mofaba de él o de su gobierno, incluyendo la 4T, que ahora ya no, parece que se les acabo el sentido del humor ahora que son gobierno.

´: ¿Relajarse un poco con la realidad que es muy compleja?

´Y: ¿Y viene bien el humor con argumentos en un momento de polarización, más allá de la hoguera pública de las redes sociales?

Yo creo que el humor cuando se debe, evidentemente en las redes sociales, creo que todo el mundo quiere reírse a expensas de los demás, pero no son capaces de aceptar que se pueden reír de uno, por eso está tan encrispado todo, es decir, si la pifia del presidente de los 10 mil años realmente es una cosa de 'no pasa nada' ni se acaba el mundo ni se acaba el régimen y, sin embargo, sus seguidores buscan la manera de cómo justificarlo. A ver, señores, hay que relajarnos todos, es el poder, hay que criticar al poder y el humor es una buena manera de criticar, a quien sea, no importa si es a nivel local, estatal, nacional, como ciudadanos nos toca criticar y hacer eco de las cosas que no nos gustan.

´: Las cosas bizarras no son exclusivas de la política o la historia, también la delincuencia es bizarra, el crimen es bizarro, luego ¿es democrática la bizarrez?

Dedicamos por ejemplo un capítulo a los peores monumentos de México. Acá en la Ciudad de México hay uno horrible de la Cabeza de Juárez, o en Michoacán uno dedicado a la paleta helada, imagínate. También abordamos las comidas extrañas, por ejemplo la torta de flautas, o el pozole vegetariano, que es una sopa de verduras y que uno no entiende por qué se le llama pozole.

Una muy buena es la manera en como se convirtió el famoso "pelón pelorrico" en "pelón ponerrico", porque en Ecatepec empezaron a producirlo, pero con droga. Era prácticamente una piratería absoluta del producto original, que era un dulce de tamarindo; terminó siendo "ponerrico" porque todo el mundo sabía que sí te ponía en la luna, digamos.

´: No podía faltar la mirada a la clase política…

No, los "goberladrones", desde el 'góber' precioso hasta Javidu, cuyas historias son ejemplo de hasta dónde llega lo bizarro en la política, que son cosas actuales, aunque también te puedes encontrar con cosas de Juárez, de la época colonial, o de mitad del Siglo XX... La idea también es realizar un recorrido por nuestra historia a través de estos episodios.

´: Si hace falta que se relaje la realidad política, ¿también hace falta que se relaje la academia? ¿Existe necesidad de contar la historia desde otra trinchera más atractiva?

Creo que este tipo de libros, que no son ficción, y eso es lo interesante, que en sí el espectador lee cualquiera de los dos volúmenes, puede decir 'esto no es posible', 'esto es ficción', 'es una novela'... Pues no, México Bizarro I y II son ejercicio de divulgación de la historia, trabajados con un sentido de la crónica periodística, aunque lo que debe provocar en el lector, a mi parecer, es despertar la curiosidad por saber más y de ahí ir buscando la biografía, el ensayo o demás, como para complementar algunos temas; yo creo que son historias que dejarán picados a muchos lectores.

´: También es, hasta cierto punto, un manual de periodismo…

A: Exactamente. Yo creo que esa es la herramienta, además es una lectura muy fácil. Te tomas tres minutos con un café y lees dos o tres historias, dependiendo de la velocidad del lector. No necesitas un separador para ver dónde te quedas, porque puedes pasar de la página uno a la cien; no tiene que tener un orden cronológico y eso es muy cómodo para el lector.

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Escrito en: Alejandro Rosas

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