Comparto primero una anécdota para contextualizar el nombre de esta colaboración: hace unos días platicaba con un reconocido académico e investigador. Sus publicaciones e investigaciones son numerosas en el terreno de las ciencias del campo.
Esa última vez que nos vimos me platicó que sus padres, él y sus hijos son orgullosamente laguneros. Las tres generaciones nacieron en esta tierra. Sin embargo, acotó, "no estoy seguro de que vaya a haber una cuarta generación; mis hijos están por concluir la universidad y, además de que tienen la inquietud de hacer un posgrado fuera del país, no visualizan que en el mediano plazo puedan hacer una carrera profesional en esta región por ausencia de oportunidades."
Su dicho me recordó a las encuestas que se han hecho y que de manera reiterada levantan la opinión entre jóvenes acerca de su deseo de buscar otras ciudades para desarrollar sus carreras profesionales y para vivir. Aunque es un dato repetido, no lo había visto yo desde la perspectiva compartida por el investigador.
La Laguna posee una diversificada actividad económica. En números redondos, la comarca duranguense representa casi la mitad del valor de la producción del estado de Durango; para el caso de Coahuila los municipios comarcanos generan un tercio del valor total. Y en lo que se refiere al valor del sector agropecuario, este significa el setenta y cinco del total para ambos estados.
Si hacemos un acercamiento a las actividades productivas, encontramos una diversidad tal que lo mismo se tiene una sólida industria metalúrgica que cadenas consolidadas en los sectores metal mecánicos, de la cadena automotriz, electrónica y química, mueblero, textil, entre otras.
En el campo se tiene el liderazgo nacional en producción de melón y se crece sistemáticamente en nogal y sandía, además de mantener uno de los primeros tres lugares en producción algodonera. En el ámbito pecuario, además de la leche, se destaca en producción de huevo, pollo y cada vez más en carne especializada. Esto último ha favorecido el arraigo en el campo de la región, a diferencia de las zonas rurales de otros estados del país que se han convertido en áreas caracterizadas por la migración rural.
A todo lo anterior habría que agregar la enorme red educativa en todos los niveles, destacando que se cuenta con más de sesenta opciones de educación universitaria. También habría que mencionar la infraestructura hospitalaria que, pese a casos específicos de inadecuado funcionamiento, sigue creciendo.
El sector comercial se ha expandido de modo notable. Hace dos décadas no había un solo centro comercial. Hoy se cuenta con cuatro y uno más en construcción. La conectividad aérea nacional es más robusta que la de las capitales estatales. Y en el ámbito de la industria del deporte, la región alberga equipos profesionales en futbol, beisbol y basquetbol, además de uno de los maratones más importantes del país.
Toda esta fotografía da la impresión de una región productivamente dinámica y relativamente sólida por su diversidad de actividades. Y, sin embargo, no solo a nivel de percepción en encuestas sino de realidades del mercado: el gran reto es la generación de oportunidades para la cuarta generación y las que le seguirán.
Este reto no tiene en un solo actor la solución. Incluso ni siquiera está la respuesta solo en factores endógenos. Pero tampoco se modificará el escenario sin una activa participación de los sectores involucrados en generar condiciones de atracción de nuevos socios para la Comarca.
Así como han sido exitosos los modelos de trabajo que incluyen la coordinación de los tres niveles de Gobierno en torno a metas específicas y con la participación de la sociedad civil organizada, la cuestión del crecimiento económico no debería ser excepción ni dejado al azar o la tarea del destino.
La ampliación de oportunidades para el desarrollo profesional y laboral en la región es el gran reto de la Comarca Lagunera. No sé si alguna vez se volverá a ser una región atractiva para miles de familias que trasladaron a esta tierra su residencia en diversos momentos, principios del siglo XX, o durante el periodo del desarrollo estabilizador. Pero con independencia de ello, crecer en oportunidades es el gran reto.
@letrasalaire
