(Segunda y última parte)(Segunda y última parte)
Efectivamente, AMLO es el mismo. Llegó caminando, con una discreta seguridad de estado mayor vestida de civil, acompañado del Gobernador del Estado; ambos muy sonrientes. El Presidente en turno se paró a saludar en repetidas ocasiones, casi permaneció más en llegar al estrado que la duración de toda la reunión.
Fue interceptado y en el trayecto de menos de 100 metros recibió peticiones y quejas, sobre todo respecto al tema de la Sierra San Miguelito, pulmón y centro de recarga acuífera de la zona metropolitana de San Luis Potosí, que durante casi cinco semanas estuvo incendiándose; se perdieron más de 2,000 ha de bosque, en una región semiárida. Entró caminando como en campaña, acompañado de dos consignas que gritaban grupos acarreados opositores entre sí. Los gritos cesaron hasta que él mismo pidió silencio al estar hablando en su turno como orador principal, ya que los gritos eran de muchos decibeles y le impedían ser escuchado. Pidió silencio señalando que si bien en México hay libertad de expresión, también había que respetarse y trabajar todos por un México unido. Esta es la primera ocasión en que no divide en dos al país; lo reconozco sin cortapisas.
Sin embargo, en su improvisado discurso, volvió a expresar que va a cumplir lo que dijo en campaña, que la 4T ya se inició, y que el país por fin va a transitar por el camino de la justicia y a acabar con la pobreza. Recordando los programas sociales más importantes, una vez más demostró que no sabe hacer cuentas aritméticas elementales. Las cuentas no le salen.
Primero, el dinero del gobierno federal no alcanza para todo. Eso ya lo sabemos, y el recorte presupuestal a programas sociales y de primera necesidad humana, está a la vista. Segundo, va a buscar resolver y mitigar la pobreza con dádivas a niños jóvenes y adultos, a través de programas sociales para buscar votos para su movimiento y su 4T.
Ante la exigencia de la mayor parte de la audiencia, ofreció atender la conservación de la Sierra de San Miguelito, lo cual es loable a todas luces. Dijo que le tornaría el caso a la Secretaria de Medio Ambiente, misma que renunció 15 horas después a su cargo; desconozco si le dio miedo atender este tema tan importante para los potosinos. Cero y van dos que se van del Gabinete.
Lo que queda muy claro es que sólo le interesa quedar bien con el público que lo está escuchando, porque en el tema del medio ambiente, todos sabemos los errores que ha cometido como mandamás único del gobierno federal: la refinería de Dos Bocas en Tabasco, el Tren Maya en el sureste, el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y por supuesto haber recortado abruptamente el presupuesto de CONAFORT. El resultado de este tema está la vista, grandes extensiones del país están o han estado incendiadas.
Terminó su discurso hablando de las luchas liberales y democráticas realizadas en San Luis Potosí durante el siglo XX. Para su beneficio político personal, habló de los hermanos Saravia y del Doctor Salvador Nava Martínez, potosino, combativo luchador social y cívico por excelencia en México durante más de 40 años y modelo a seguir en la lucha por la democracia en todo el país, misma que él está contribuyendo a destruir a pasos agigantados.
Desde aquí le digo a AMLO, refrendando lo que le dije en el mitin de su cierre de campaña en San Luis Potosí en junio de 2018 y se lo repetí el viernes pasado en la Plaza de los Fundadores: él no tiene ningún derecho a sumarse ideológicamente a la lucha del Doctor ni abrogarse el derecho de utilizarlo como modelo de la lucha democrática. Debe de entender que el Doctor está a años luz de él, como modelo de la lucha por hacer de México un mejor país con justicia, libertad y democracia. ¡Al tiempo!
México lindo y querido, México de mis amores, vamos trabajando por ti y por todos sus habitantes, con respeto, con tolerancia y con apertura. Sin fifís ni chairos. ¡Todos somos México!
