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EL SOBREUSO DEL TELÉFONO CELULAR: ¿HÁBITO O ADDICCIÓN?EL SOBREUSO DEL TELÉFONO CELULAR: ¿HÁBITO O ADDICCIÓN?

Una buena cantidad de fuentes de información continúan reportando una serie de problemas relacionado al sobreuso del teléfono celular o "teléfono inteligente" (smartphone), al grado de considerarlo una dependencia o adicción. Sin embargo, un estudio hecho por psicólogos e investigadores de la Universidad Ramón Llull en Barcelona, España, cuestionan esas conclusiones.

La mayoría de la gente tiende a checar aparatos digitales con cierta frecuencia: antes de ir a dormir o poco después de levantarse, frecuentemente durante el trabajo o clases en la escuela, en el cine, en el restaurante, en la mesa a la hora de las comidas, en el baño y cuando se maneja o se camina por las calles. Algunos lo colocan a un lado de la almohada mientras se duerme. Las razones de este uso difieren dependiendo de las circunstancias ocupacionales o momentáneas de la persona: necesidad de comunicarse con otros, transacciones bancarias, compras en línea, navegación por la ciudad (GPS), tomar fotografías y videos, y el mas común de los usos, conexión con las redes sociales para checar con regularidad sobre grupos de amistades y familiares.

Con frecuencia, leemos que el sobreuso de teléfonos inteligentes causa adicciones que provocan una serie de problemas físicos y psicológicos. Por ejemplo, fatiga o lesiones oculares, problemas en los músculos del cuello como resultado de tener la cabeza inclinada por mucho tiempo, infecciones debido a la acumulación de gérmenes en los teléfonos, etc. A nivel psicológico, los reportes incluyen problemas de dormir o insomnio, ansiedad, depresión, etc. A menudo, se observa que una persona muestra incomodidad y ansiedad al separarse del aparato. A nivel social, se dice que genera deficiencias en las relaciones interpersonales con amistades y familiares, ya que el contacto personal se limita a los mensajes en las redes sociales o llamadas telefónicas, además de que una persona se la pasa conectada al aparato descuidando sus interacciones en persona. Uno de los problemas mas serios de este sobreuso es el impulso a utilizar el teléfono cuando se esta manejando un vehículo, provocando accidentes.

Según la postura que ve al sobreuso del teléfono como una adicción, nuestro cerebro está diseñado para una búsqueda de gratificación inmediata, la cual es estimulada (en este caso, por el uso del aparato) por medio de una emisión de dopamina en el cerebro. La dopamina es un neurotransmisor que permite "sentirnos bien". Cuando se recibe una notificación a través de Facebook, WhatsApp, Twitter, etc., el cerebro reacciona y muchas veces la respuesta de la persona es inmediata.

"Nomofobia" es una palabra utilizada para identificar el sobreuso del teléfono inteligente y es definida como la ansiedad o temor de alejarse de un teléfono o no poder usarlo. Nomofobia es una palabra propuesta en Inglaterra, y no es un término clínico. Fue traducida al español de la palabra inglesa "nomophobia", que se deriva de la frase "no mobile phone phobia." De la misma manera, la adicción al teléfono inteligente no es una condición incluida en el manual estadístico de diagnostico de trastornos mentales 5 (DSM-5), utilizado por la mayoría de psiquiatras y psicólogos para determinar trastornos o enfermedades mentales.

Por otro lado, un estudio hecho por los psicólogos españoles Panova y Carbonell (junio 2018, Journal of Behavioral Addictions) reporta que el sobreuso del teléfono inteligente no reúne los requisitos de una adicción. Para que una conducta sea adictiva, los efectos a nivel físico y psicológico tienen que ser severos, y regularmente existen consecuencias negativas debido a la falta de control, por ejemplo, disfunción a nivel personal, laboral y social en general, persistencia al uso a pesar de los efectos destructivos y síntomas de abstinencia. Panova y Carbonell sugieren que, basado en lo observado durante sus investigaciones, el sobreuso del teléfono es una conducta problemática o de inadaptación, mas que una adicción o alguna otra psicopatología. Los investigadores usan como ejemplo el caso de un individuo quien se muerde las uñas en forma compulsiva al grado que se lastima los dedos. La conducta muestra pérdida de control y es hasta cierto grado destructiva, sin embargo, no reúne los requisitos de una adicción.

La realidad es que el teléfono inteligente se ha convertido en una herramienta esencial en las actividades de la vida diaria, particularmente en las áreas de trabajo o profesionales, académicas y de comunicación en situaciones de emergencia o necesarias a nivel social, especialmente con la familia. Sin embargo, siempre es recomendable que el uso excesivo no se transforme en hábito, no se le considere un sustituto de contacto interpersonal y estar conscientes del impacto de su sobreuso. Gracias por su interés en esta columna.

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