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Tipología de la problemática lagunera

EDGAR SALINAS

Tengo la oportunidad de estar en diversos espacios de representación gremial, de planeación regional, de monitoreo de la dinámica regional y en grupos de reflexión y discusión acerca del acontecer regional, incluido el deportivo profesional. Esto me permite escuchar las preocupaciones, deseos y voluntades de diversos actores. Lo mismo de gremios empresariales que de redes de académicos, de grupos organizados de la sociedad civil en múltiples temas, desde el medio ambiente hasta el estado de derecho; también conozco de cerca muchas organizaciones filantrópicas y con frecuencia dialogo con comunicadores y periodistas.

Cada grupo, gremio, cámara y grupo organizado tiene para sí como más importante en su día a día los temas propios, los que les dan identidad grupal y sentido a sus redes. No obstante, todos esos grupos tienen en común una preocupación genuina por lo que suelen denominar "la situación de La Laguna". Con lo que he observado de esta dinámica me parece factible dibujar una tipología de la problemática lagunera, independientemente de si es más importante para uno u otro grupo. Los describo aquí más bien por el ámbito de intervención administrativa y social para su atención.

Antes de pasar a la tipología, anoto lo que entiendo por problema. De un modo muy práctico sería la situación que se presenta entre la realidad de una dinámica y la expectativa de cómo debería ser. Con esto como referencia, agrupo de la siguiente manera las diversas problemáticas laguneras y los ámbitos de intervención.

Grupo uno. Los problemas de grupos vulnerables específicos: Son todos aquellos que atañen a colectividades en función de cierta vulnerabilidad, por ejemplo, por alguna discapacidad; o por un tipo de enfermedad específico; por edad; por estado civil, etcétera. Ante estos problemas, hay un número importante de organizaciones civiles, predominantemente filantrópicas que han asumido de manera voluntaria atender y solidarizase con estos grupos vulnerables. Suelen buscar apoyos de empresas, actividades de procuración de fondos y cooperación voluntaria. Su alcance llega a ofrecer a las personas vulnerables mejores condiciones de enfrentar su situación. El interés en la atención de este tipo de problemas suele estar circunscrito a los grupos solidarios organizados.

Grupo dos. Los problemas de los servicios municipales: Suelen ser transversales a las ciudades o al menos a una porción importante de ellas. Van desde las condiciones del pavimento hasta las pésimas condiciones en la red de distribución de agua en varias zonas; o la acumulación de basura y desechos u otros temas como los riesgos por la permisibilidad con las velocidades en las calles. Este tipo de problemas despiertan el interés de la mayoría de la población afectada. Trasciende el compromiso de pequeños grupos y suele provocar la organización incluso a nivel de partidos políticos y organizaciones de colonos.

Grupo tres. Los problemas de la condición de conglomerado urbano. Se trata de situaciones propiciadas por el crecimiento de la mancha urbana y la complejidad asociada. Por ejemplo, la conectividad vial entre las ciudades; la homologación reglamentaria de ciertas conductas cívicas; el acceso a servicios básicos en áreas de expansión de la mancha urbana. Este tipo de problemas suelen ser puestos a consideración por grupos que poseen una perspectiva amplia del impacto de este tipo de situaciones en la dinámica económica y social regional.

Grupo cuatro. Los problemas de la viabilidad presente y futura de la región. Son los desafíos que se palpan a nivel bolsillo general, de recursos para el crecimiento económico y del desarrollo sostenible en general. Son los que yo denominaría retos-región puesto que condicionan la estabilidad, viabilidad y sostenibilidad regional. Por ejemplo, la seguridad en relación con la protección por actividades de crimen organizado; la atracción y retención de inversiones que generen empleo y, sencillamente, le den sentido a las nuevas generaciones para que se queden aquí; el uso sostenible de los recursos naturales que favorecen el empleo y una actividad económica y social en los cientos de comunidades rurales de la región, pero también que son palanca para la competitividad urbana.

Este último tipo de retos exigen visiones estratégicas que integren la complejidad de las situaciones a los análisis y alternativas de atención. Una región incapaz de comprender la complejidad de los fenómenos sociales, económicos, de comercio e inversión internacional, ambientales, etcétera, está en la ruta del autosabotaje de su propio desarrollo. Aquí es donde el talento técnico debe jugar un papel principal para evaluar alternativas que den sostenibilidad al futuro de La Laguna.

Twitter. @letrasalaire

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