La Casa de la Cultura Ernestina Gamboa, abrirá a exhibición el mural dedicado a Emiliano Zapata. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Con motivo del centenario de la muerte de Emiliano Zapata, el "Caudillo del Sur", la Casa de la Cultura Ernestina Gamboa de esta ciudad llevará a cabo la exhibición temporal de un mural dedicado a este personaje de la historia mexicana, a partir de hoy.
Se trata de la obra "El enterramiento de Zapata y otros enterramientos", del artista Alberto Gironella, a cuya exposición se invita a los alumnos de escuelas públicas y privadas, como una forma de difundir la vida y obra de Emiliano Zapata, quien fuera uno de los líderes militares y campesinos de mayor relevancia en la Revolución Mexicana, y el símbolo de la resistencia campesina en aquella época.
Este 10 de abril se conmemoran los 100 años del asesinato de Zapata, por lo que el gobierno federal considera 2019 como el año oficial del Caudillo del Sur.
De manera temporal, el mural estará exhibido en la sala Rodolfo Escalera de la Casa de la Cultura, cuya obra causó escándalo, ya que el rebelde cobraba vida en una fantasmagoría multicolor digna de los anteojos de Valle-Inclán.
El mural, cedido en comodato a la institución gomezpalatina por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), ha sido expuesto en otros países como China, y en esta ocasión será descubierto para ser mostrado a la niñez y juventud lagunera.
Y es que por obras que se desarrollan en el Museo de Arte Moderno de la Casa de la Cultura, el mural se encuentra debidamente protegido en la sala Rodolfo Escalera, a la que fue reubicado recientemente.
Sobre la obra de Gironella, se expuso que es un homenaje del artista a Zapata, y surgió de una fotografía donde un grupo de campesinos rodea el cadáver del caudillo.
A Gironella le asombró que todos miraran al cielo, improvisando una versión sin fastos de El entierro del Conde de Orgaz, una descarnada ronda de muerte y resurrección.
Jean Meyer ha recordado la relación entre la gesta zapatista y el mundo religioso. Acaso el mayor desafío simbólico de Gironella fue encontrar un motivo secular para el cielo. Colocó ahí un caballo blanco, con bríos de salir del cuadro. Las metamorfosis de Zapata pueden leerse bajo esa advocación: el caballo que se fuga, acaba de volver.
