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CRÓNICA GOMEZPALATINA

La Toma de Gómez Palacio y la terrible Batalla del Cerro de la Pila (marzo de 1914)

MANUEL RAMÍREZ LÓPEZ

Segunda y última parte

Recordemos que en la crónica anterior se mencionó, que el ataque a las fortificaciones de la federación ubicadas en la cresta del cerro de La Pila, había iniciado la tarde del día 25 de marzo de 2014, cuando empezó el duelo de cañonazos de la artillería y las incesantes descargas de la fusilería por parte de los bandos que se enfrascaban en esa cruenta batalla, al caer la noche siguieron con su fatídico mensaje de muerte y de nefastas consecuencias para los combatientes, con el fragoroso retumbo de las explosiones de las bombas de dinamita que con gran determinación y audacia eran arrojadas por los villistas a sus contrincantes, creando un ruido infernal que semejaba un torrente de mar embravecido y una dantesca sinfonía de rayos y centellas, salidas de las bocas de miles de fusiles que atronaban ese campo de guerra, iluminando la campiña cual si hubieran llegado a esa serranía parvadas de brillantes luciérnagas, pues en ningún momento de esa trágica noche quedó el cerro en tinieblas

Por su parte, el enemigo huertista defendía con encono sus poderosas instalaciones, sacando provecho de sus fortines y ametralladoras, para batir con gran ventaja a las fuerzas revolucionarias que con un esfuerzo inaudito y vigoroso les costó enormes pérdidas de vidas, ya que la artillería de los villistas tuvo que suspender sus acciones para no alcanzar a sus propios compañeros quienes lograron ascender por el lado poniente y apoderarse de los dos fortines enclavados en esa posición de la serranía, consiguiendo que los defensores se replegaran hacía el lado contrario. Lo lograron combatiendo desde la llanura del lado sur escalando penosamente la elevación rocosa, sufriendo grandes pérdidas hasta alcanzar los bastiones más cercanos, que hacían una defensa sólida y muy desesperada, batiéndose con denuedo, defendiendo sus posiciones y vendiendo muy caras sus vidas, perdiendo sin embargo dos fortines, que para afrontar la delicada situación del combate eran para las fuerzas federales un grave descalabro, quedando parcialmente vencidas en una jornada espantosa, pero sus estrategas sabían que si las tropas villistas lograban apoderarse de los tres fortines restantes del cerro de La Pila aniquilarían a sus fuerzas que estaban dentro de la ciudad, por lo que a las nueve de la mañana emprendieron un vigoroso contraataque sobre las fortificaciones vencidas la noche anterior y las recuperan después de haber perdido a varios centenares de hombres. Las dantescas escenas de la jornada anterior se repiten a la vista de todos desplazando a los vencedores de la jornada nocturna, quienes se ven obligados a abandonar sus posiciones ante la superioridad numérica de los federales y ante el peligro inminente de un flanqueo que les hubiera sido de fatales consecuencias. La Brigada Contreras que estaba de reserva ataca para tratar a su vez de recuperar el terreno ganado antes, pero después de una fuerte lucha se retira a la parte baja, y después de un breve descanso reiniciar su embestida, para ser rechazados nuevamente y en seguida volver a reanudar sus intentos de apoderarse de los fuertes enemigos, en una lucha intensa que durante cuatro días se abatió sobre los defensores y sobre los atacantes, debatiéndose en un río de sangre en el que decenas de miles de balas se cruzaron entre los contendientes, que en determinado momentos luchaban cuerpo a cuerpo con la valentía fervorosa de quien defiende a su causa, por convicción o por disciplina.

Al apoderarse de los fortines la gente revolucionaria, se inició la retirada gradual de las tropas enemigas para concentrarse en la ciudad, consientes sus mandos que la situación estaba muy comprometida y la derrota estaba próxima. Al caer la noche y ya con el parte de guerra confirmando el triunfo de las fuerzas constitucionalistas en Horizonte, Sacramento y Porvenir. Previamente Maclovio Herrera había tomado Lerdo, entonces Villa convocó a junta de jefes para decidir el ataque a Gómez, organizando al resto de la columna para iniciar el asedio a la ciudad formando un amplio semicírculo, desde la estación del ferrocarril hasta las orillas de la población lerdense, ubicando a sus más fuertes contingentes y a la artillería en posición frente a la ladera sur del cerro de La Pila en un número mayor de 5,000 hombres. En la mañana del día 26 el general Villa dio descanso a las tropas y preparó el asalto final a Gómez Palacio, encabezando por la noche el ataque el propio Centauro, a la Casa Redonda, también a la Jabonera La Esperanza y a las casas ubicadas al norte de la población. Al día siguiente el Jefe de la División del Norte instaló su cuartel general en Gómez Palacio para dirigir la fase final de la trascendental confrontación,

Amanece el 28 de marzo de 1914, con el total de las fuerzas federales concentradas en Torreón, mismas que inician un bombardeo masivo sobre Gómez Palacio, sin obtener resultados positivos, nuestra ciudad es una sufrida población lagunera, que ha cargado con los estragos de los fieros combates de la revolución maderista de 1911 y desde la primera Batalla de La Laguna en septiembre de 1913 y nuevamente volvía a ser escenario de las cruentas batallas de la División del Norte del Ejército Constitucionalista en 1914, en combate contra las fuerzas huertistas.

En respuesta los artilleros al mando del general Felipe Ángeles y el coronel Manuel García Santibáñez bombardean la vecina ciudad coahuilense, con certeros disparos. Presionados por una imponente ofensiva constitucionalista, unos 2,000 hombres del enemigo, con apoyo de una numerosa fuerza de caballería y con dos trenes en la retaguardia, intentan escapar del cerco esa madrugada por el rumbo del cañón del Huarache, pero son obligados a regresar al centro de la ciudad. Es 29 de marzo, el general Villa ordena un ataque nocturno y cerca de las 3 de la mañana sus fuerzas despliegan combate en el ala derecha de Gómez Palacio, logrando tomar las fortificaciones de los cerros de Santa Rosa, Las Calabazas y el Cañón del Huarache y los huertistas por su parte, bombardean la Jabonera La Esperanza

Los combates ya empezaban a generalizarse por todos los frentes de batalla. Las campañas de cerco y aniquilamiento emprendidas por los villistas causaban severos estragos en las fuerzas del general Velasco, Comandante de la División del Nazas, temprano las fuerzas del ala izquierda tomaban posiciones por el rumbo de la Alameda de Torreón, y al mediodía se inicia la embestida al centro de la ciudad y las tropas del ala derecha obligan a los defensores a replegarse a la ciudad, no cesando las hostilidades hasta la caída de la noche. Ya es el día 31 de marzo de 1914 y se estrecha el cerco sobre Torreón y se incrementa el bombardeo de los federales sobre el cerro de Santa Rosa, esas fuerzas de nuevo intentaron escapar por el rumbo de la Cuesta de la Fortuna, pero una respuesta feroz los obligó a regresar de inmediato a la ciudad y en represalia disparan cerca de 400 granadas sobre Gómez Palacio, atacando a los trenes villistas que se retiran varios kilómetros al norte.

El día 2 de abril los bombardeos fueron más intensos y las tropas de infantería se batían en toda la ciudad. Era el preludio de un final inminente, a favor de las fuerzas de la legalidad. A las cuatro de la tarde, ya sin opciones de triunfo y aprovechando una fuerte tolvanera, el general José Refugio Velasco Comandante de la División del Nazas abandonó la plaza junto con cuatro mil efectivos por el rumbo de Viesca. A las 9 de la mañana del día 3 de abril de 1914, el General en Jefe de la División del Norte del Ejército Constitucionalista Francisco Villa, sale de Gómez Palacio rumbo a Torreón, Haciendo su entrada triunfal a las diez horas, siendo aclamado como el artífice de la victoria de las fuerzas de la legalidad sobre los traidores que habían usurpado el poder democrático en nuestra Patria.

Este martes 26 de Marzo de 2019, se conmemoró el 105 Aniversario de la Toma de Gómez Palacio por parte de representantes de la autoridad municipal que colocaron una ofrenda floral y montaron una guardia de honor en el monumento dedicado a la Revolución Mexicana, ubicado a la entrada norte del Puente Plateado sobre el río Nazas, haciendo lo mismo en el Monumento a l general Villa en el cerro de La Pila y más tarde en el Parque la Esperanza donde se develó una placa alusiva a la relevante gesta guerrera, ratificando que La Toma de Gómez Palacio fue un significativo triunfo de las fuerzas de la legalidad y contra el usurpador y traidor Victoriano Huerta Márquez, como está plenamente reconocido en las páginas de la historia Nacional, hecho que enorgullece a los gomezpalatinos que ven a su terruño como Una Ciudad Heroica y Cuna de la Revolución Mexicana en Durango.

Ojalá que este meritorio homenaje incremente nuestro reconocimiento para los hombres que nos liberaron de la nociva y opresora dictadura porfirista y que nos permita al contemplar a nuestro cerro de la Pila y a nuestra amada ciudad de Gómez Palacio, como un bastión de libertad y dignidad ganada por la fuerza de las armas y la convicción de los corazones, por la valentía y determinación de sus hijos e hijas que supieron responder a nuestra nación, cuando fueron requeridos.

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Escrito en: Crónica gomezpalatina

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