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Tomar en serio el cambio climático

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

Hoy en día con frecuencia escuchamos acerca del cambio climático, término generalizado en la academia, los medios de comunicación, la escuela, la casa y la calle. Sin embargo, pocas veces reflexionamos sobre su significado y las implicaciones que esta teniendo en nuestras vidas.

Es reconocido que el planeta se está calentando debido a la carbonización de la atmósfera. Una y otra vez se nos dice que las actividades humanas realizadas durante los últimos tres siglos han emitido gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono y metano, que al acumularse en la atmósfera impiden la salida de los rayos ultravioleta que recibimos del sol.

Se estima que durante el siglo XX la temperatura promedio del planeta aumento entre 0.3 y 0.7o C, y se cree que de seguir las mismas tendencias los efectos del cambio climático serían catastróficos; si se incrementara entre 1.5 o C y 5.5 o C subiría el nivel de mar entre 20 y 165 centímetros, inundando por completo zonas pobladas de Egipto o Bangladesh, o parcialmente otras como las ubicadas en la costa del Golfo de México. De ahí que los esfuerzos internacionales se hayan propuesto evitar que suba más de 2 o C.

Pero no es fácil detener el proceso de carbonización de la atmósfera porque la economía y la población mundial siguen dependiendo de los combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón) como fuente de energía para realizar sus actividades productivas y domésticas; cualquier transición energética requiere un enorme esfuerzo que las grandes empresas y los gobiernos se resisten a realizar o lo hacen a paso lento, particularmente los países que mayores emisiones de gases de efecto invernadero incorporan a la atmósfera, como Estados Unidos y China.

Esta situación que vivimos y las tendencias que presenta nos indican que el cambio climático es un fenómeno que ya nos alcanzó y amenaza la supervivencia de la especie humana. Los expertos dicen que los impactos globales que tendrá el cambio climático en la naturaleza y la sociedad nos obliga a esforzarnos en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, para lo cual no solo hay que presionar a nivel mundial y evitar que la temperatura siga aumentando, también debemos hacer esfuerzos locales, donde los ciudadanos podamos incidir en la toma de decisiones, en el ámbito gubernamental y empresarial.

Habrá que apostarle a la participación ciudadana, particularmente incidir en los gobiernos locales que deciden la asignación de fondos públicos a quienes no les ha caído el veinte de la situación que vivimos, para que elaboren e implementen planes para enfrentar el cambio climático en nuestras municipalidades o regiones. La elección misma de estos debe estar condicionada a que asuman compromisos en este tema, ya no basta elegir a aquellos que se dicen honrados si se encuentran desfasados de la realidad que vivimos.

El cambio climático se expresa en fenómenos meteorológicos extremos, y en el caso de Torreón y las otras ciudades y comunidades de la región, particularmente aquellas que resintieron el insuficiente abasto de agua el año pasado cuando enfrentamos incrementos en las temperaturas durante el verano, o de aquellos familias y empresas que resintieron las afectaciones patrimoniales y en sus actividades laborales o domésticas por las inundaciones que provocaron las fuertes precipitaciones pluviales, es importante continuar la participación ciudadana no solo para que se atiendan sus demandas, sino que propongamos nuevas formas de tomar las decisiones que nos aseguren la asignación prioritaria de fondos públicos para atender dichas contingencias.

Quizás ha llegado el momento en que los ciudadanos nos involucremos mayormente en los asuntos públicos, que gestionemos nuevas formas de participación que nos permitan ser escuchados por nuestros gobernantes, sobre todo de aquellos que padecen autismo frente a los problemas que enfrentamos. Pero también ya es momento que las nuevas generaciones, los jóvenes y adolescentes, se involucren en estos asuntos porque la generación actual, la que toma decisiones sobre el desarrollo de nuestra región, se ha visto rebasada.

Es en ese contexto que podemos ubicar la convocatoria que a nivel mundial vienen haciendo adolescentes sensibilizados por el futuro poco promisorio que les estamos heredando los adultos, aquellos que se empiezan a manifestar por los impactos que tiene y tendrá el cambio climático en sus vidas. Es el caso de los adolescentes y jóvenes europeos como la sueca Greta Thunberg con su huelga escolar por el clima, o aquéllos que también están expresándose en Estados Unidos, India y otros países.

Esta convocatoria también ocurre en Torreón, donde Astrid González y otros adolescentes y jóvenes nos están convocando para este próximo viernes 15 de Marzo a manifestarnos para hacer algo para enfrentar el cambio climático. Con justa razón están preocupados porque viven en una región donde se realizado un mal manejo del agua de modo tal que no se aseguran reservas de este recurso para el futuro, donde las amenazas que sufren nuestros ecosistemas naturales son cada vez mayores, donde no se observan acciones decididas para orientar nuestro desarrollo regional hacia un futuro que les garantice una mejor calidad de vida. Por esta y otras razones hay que apoyarlos, se están tomando en serio el cambio climático.

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