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Primera Feria del Algodón de Torreón

Primera Feria del Algodón de Torreón

Primera Feria del Algodón de Torreón

MAESTRO ILHUICAMINA RICO

INTRODUCCIÓN

Según algunos mal informados, la primera Feria del Algodón era tan pequeña que parecía más una kermés. En realidad, quien dice estas cosas desconoce la historia de Torreón y de sus ferias. La Primera Feria del Algodón representa un momento de gran auge económico de la región, producto de los buenos precios del algodón. Se caracteriza por el derroche de adornos y fiestas que se desarrollaron entre el 5 y 16 de septiembre donde hubo desfiles, corridas de toros, exposiciones industrial, comercial y ganadera, la coronación de la reina y otros muchos eventos más.

PREPARATIVOS

La iniciativa, que presentó Eduardo Guerra, Secretario de la Cámara de Comercio, para la celebración del premio a la primera paca del año, con una Feria del Algodón fue entusiastamente aceptada. La Casa Figueroa y de la Mora había instituido la costumbre de otorgar un premio al agricultor que cada año presentara la primera paca de la cosecha del mismo.

Se procedió a la designación de un Comité Organizador de la Feria del Algodón, que quedó integrado por Pedro Franco Ugarte, como Presidente; Antonio Moreno, Vicepresidente; Eduardo Guerra, Secretario, y Juan Castillón, Primer Vocal.

Principiaron los preparativos y elaboración del programa de fiestas, concertándose un préstamo de 10 mil pesos para los gastos necesarios, convocando por medio de la prensa al público para elegir Reina de la Feria.

En conexión con los preparativos de la Feria del Algodón, la Junta de Mejoras Materiales, bajo la Presidencia de Plácido Vargas, tomó empeño en que se prolongase la pavimentación en toda la Avenida Morelos y se terminase el bulevar iniciado por Nazario S. Ortiz Garza, y que las administraciones siguientes habían abandonado, se obtuvieron donativos de las principales empresas y hombres de negocios de la región.

Personalmente, Plácido Vargas plantó las hoy hermosas palmeras de la Morelos. Lo más costoso de esta obra fue la instalación subterránea de la luz y los arbotantes que la sustentaron; esta bella mejora fue uno de los números más simpáticos, en su inauguración de la Feria.

El número más importante debería ser el de una Exposición Regional de Industria, Comercio y Ganadería, y para el efecto se tomó en arrendamiento la histórica Casa del viejo Torreón, que diera nombre a esta ciudad, y donde estaba en esa fecha el Hospital Militar. Se hicieron obras de adaptación y acondicionamiento, y sin excepción, todas las industrias comarcanas principiaron el arreglo de sus respectivos "stands". En el segundo patio se hizo un magnífico salón con artístico y atractivo decorado, en el que se instaló un escenario y en derredor de todo el salón, mesas, constituyendo un cabaret, que fue el éxito mayor de la Feria.

En la Calle Múzquiz y cerrando la prolongación de la Avenida Juárez, se levantó el gran pórtico de entrada a la exposición, por la Compañía de Ferrocarril Eléctrico, formado por cuatro columnas rematadas por capital triangular, orden grecorromano, con una esplendente iluminación de 1500 focos de luz; así mismo, toda la fachada y el torreón de la antigua Casa de la Hacienda del Torreón, lucía muy iluminada.

El concurso convocado por el periódico "El Siglo" para elegir Reina de la Feria del Algodón y princesas comarcanas hizo triunfar corno Reina a la hermosa señorita Elvira Torres, y Princesas, de Matamoros, Señorita Ana Rodríguez de la Fuente; de Gómez Palacio, señorita Dolores Faya; de Lerdo, señorita Felisa Carriles; la de San Pedro, señorita Sara Madero, y encabezando a estas princesas, la de Torreón, señorita María Gireud.

Con mucha minuciosidad, y prolijos en todos los detalles, se arregló el programa de la velada, que se debía coronar a la Reina de la Feria del Algodón.

El comercio, la industria y las cámaras prepararon sus respectivos carros alegóricos, y se acordó que la Feria abarcara un período de 10 días, del 6 al 16 de septiembre, para que abarcara dos celebraciones importantes, la de Covadonga, que festeja entusiastamente la numerosa colonia española y el Patrio aniversario del 16 de septiembre.

Se obtuvo de la Dirección de los Ferrocarriles Nacionales que se expidieran boletos de excursión con rebaja de precios durante la temporada de la Feria en Torreón, y se hizo propaganda en los vecinos Estados para traer contingente de turismo, que se consiguió con éxito.

La muy bien enderezada campaña de prensa, por los periódicos de la localidad, preparaba el entusiasmo de los torreonenses para la Feria del Algodón.

CORONACIÓN DE LA REINA ELVIRA EN EL TEATRO PRINCESA

El sábado 5 de septiembre de 1925, principiaron en noche inolvidable, las hermosas fiestas de la Feria del Algodón, cuya magnífica brillantez no fue opacada por una lluvia que cayó sobre la ciudad de Torreón, en las primeras horas de la noche y hasta cerca del principio de la velada, pues en medio del aguacero, los carruajes iban dejando a los concurrentes frente al vestíbulo del Teatro Princesa, que a las nueve horas presentaba un aspecto deslumbrador en luz y colorido, ostentando un bello adorno y pletórico hasta no caber una persona más.

El adorno de la sala, rico y de buen gusto; los antepechos de las plateas estaban engalanados con grandes cortinajes rojos adornados con franja de oro y con gran flor de Liz en el centro; el trono, levantado sobre tres plateas de la derecha, era magnífico, decorado también en rojo y oro, al centro el real sitial y banquillos para las altezas, servía de fondo un gran biombo de tres hojas forrado de tela roja plizada y completaba el decorado, la distribución de grandes jarrones de bronce ornados de flores. En el resto de la sala, grandes festones de musgo y gardenias y "paneaux" de azucenas.

A las 10 y 15 minutos, el vibrante toque de corneta: ¡atención!, de la banda de guerra situada en el pórtico, avisó a la concurrencia la llegada del Real Cortejo. Encabezaba la comitiva la Princesa María, quien llevaba como Chambelán al ingeniero Federico Cárdenas, a continuación la seguían guardando distancia entre unas y otras, la Princesa Dolores, de Gómez Palacio, con el doctor Francisco Madrid, la Princesa Felisa, de Lerdo, con José Llorente, la Princesa Sara, de San Pedro, con Arturo Celis, hijo, la Princesa Ana, de Matamoros, con Antonio de Juambelz y por último su Majestad la Reina Elvira con Pedro Franco Ugarte. Una ovación clamorosa, prolongada, formidable y única saludó, por la concurrencia, el paso del real cortejo, verdaderamente deslumbrador, en la hermosura de las damas, en la rica suntuosidad de sus vestidos.

En el escenario, se efectuó el acto en que tomando de un cojín presentado por un pajecillo la regia corona, Pedro Franco Ugarte la colocó sobre la blonda cabeza de la Soberana, depositando después en su mano el cetro, y le ciñó el collar, joyas todas de exquisito buen gusto y especialmente hechas para el acto. La orquesta ejecutó el Himno Lagunero, premiado en concurso especial, y compuesto por el señor Mena Vásquez, con letra de la señorita Leonor Flores, y fue cantado por un grupo de caballeros y señoritas, su letra:

Instaladas Majestad y Altezas en su trono y sitiales, el ingeniero Alfonso I. Jaime, en un hermoso discurso, en que presentó homenaje y pleitesía a la Majestad y Altezas, rindiendo alto tributo a sus bellezas. Cantó la magnificencia de esta tierra ensalzando las virtudes de sus hombres y terminó expresando el seguro éxito de su Reinado en la Feria del Algodón.

Su Majestad Elvira pronunció unas breves palabras: "Acepto agradecida el homenaje que se ha hecho no precisamente a mí, sino a la mujer lagunera con cuya representación se nos ha honrado. Hago sinceros y fervientes votos por la prosperidad de la Comarca y por la de sus habitantes". Y cuando terminó de hablar, entregó a uno de los Chambelanes un Real Decreto, escrito en pergamino para que fuera dado a conocer a los vasallos, decía así:

"NOS, ELVIRA, Reina del Algodón por la voluntad Divina y popular, a los habitantes de mis dominios sabed:

Que siendo urgente colocar a esta Comarca Lagunera a la vanguardia de las mexicanas, todos sus habitantes deben unirse para trabajar con entusiasmo por el engrandecimiento y la prosperidad de La Laguna.

Que siendo Torreón la capital de mis dominios, sus habitantes deben laborar para hacer de él un centro de riquezas y un centro de actividades fructíferas a base de tranquilidad y paz.

[email protected]

Coordinación de la serie: Yeye Romo Zozaya

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Escrito en: Siglos de Historia

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