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¿Quién le teme a Nancy Pelosi?

SIN LUGAR A DUDAS...

PATRICIO DE LA FUENTE
“Soy fuerte, soy ambiciosa y sé exactamente lo que quiero. Si eso me convierte en una perra, está bien.”— Madonna

Más grande que el océano. Así, de tal tamaño, es el ego de Donald Trump. Su psique se asemeja a la de un niño de kínder que explota cuando algún compañerito le arrebata la plastilina. Peor aún para el Trump adulto (si es que existe) pues el que otros ganen es equiparable al arrebato de plastilina o a que le roben sus crayolas y cuadernos para dibujar. No exagero, así funciona su entendimiento de las cosas.

Y bueno, que para sus arrestos y óptica de macho alfa donde el sexo opuesto es un elemento meramente decorativo y de divertimiento, seguramente fue difícil y lastimoso que una mujer lo venciera y en el ínter también lograra ponerlo en ridículo. Eso se llama justicia poética y heme aquí, francamente encantado, observando las palizas que le propinaron . Ojo, vendrán otros rounds, como en el box.

No me refiero a Hillary Clinton, a quien Trump definió como una “nasty woman” (mujer nefasta) sino a otra dama, también muy curtida en la política y maestra de los vericuetos del Capitolio, sitio donde lleva más de 30 años desempeñando el oficio.

Como dice la canción de Luis Fonsi: despacito. Así es como a sus casi 80 años Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y la mujer más poderosa en la escena política norteamericana, puso de rodillas al mandamás de Estados Unidos advirtiéndole que no habrá dinero para su muro con México, así que háganle como quieran.

“Es un berrinche del presidente. Tengo cinco hijos, nueve nietos, y reconozco un berrinche cuando lo veo”, dijo Pelosi en el marco de las negociaciones presupuestarias para reabrir el Gobierno, cosa que finalmente sucedió tras cinco semanas de cierre parcial que afectó a más de 800 mil empleados que no recibieron pago alguno.

Aunque dicha reapertura es temporal, Nancy Pelosi adelantó que dentro del nuevo paquete que se estará negociando no habrá, tampoco, partida alguna para edificar el capricho de Trump. Por ello, no es coincidencia que ayer el presidente haya elevado su retórica contra México cuando nos comparó con Afganistán. Como nadie le compró a Trump el cuento de que en la frontera sur se vivía una crisis humanitaria, ahora apela a su base (cada vez más incrédula) diciéndoles que México atraviesa por una guerra equiparable a los peores años de la cruzada de Bush contra el terrorismo.

Con ello, queda de manifiesto que Donald Trump está dispuesto a decir lo que se le venga en gana con tal de construir su muro. No importa lo que diga. Fracasará.

Nancy Pelosi bien vale un perfil completo. De entre lo destacable cabe decir que hasta hace poco se le veía con reticencia dentro de su propio partido (el Domócrata) y algunos pensaban que no sería capaz de unificarlo y crear un frente común contra las políticas totalitarias (si el que de política tienen algo) del presidente. Pese a haber sido “Speaker” en otra ocasión, aquella vez el escenario era mucho más amable y terso teniendo a una figura de su propio partido, Barack Obama, como presidente.

Ante la retórica y embates de Trump, muchos pusieron en duda que pese a su enorme experiencia, Nancy Pelosi tuviera los arrestos para poner en su sitio al presidente. Mientras Trump se desesperaba ante el cierre del Gobierno, Pelosi no dejó de sonreír y se dedicó a lo que mejor sabe hacer: política sin estridencias. En vista de que hacer política es idéntico a jugar ajedrez, Pelosi movió sus fichas con parsimonia, cálculo y un enorme sentido de la oportunidad mientras que Trump, cual el niño de kínder del que hablé al comienzo de esta colaboración, se dedicó a patalear y gritar al ver cómo le robaban la plastilina.

“Convertida en meme tras propinarle la primera tunda a Trump en el despacho Oval, Nancy Pelosi se ha convertido en uno de los ejes de la reconquista demócrata: un muro de contención frente a Trump y los desmanes de su legislatura formado casi íntegramente por mujeres: Alexandria Ocaso- Cortéz, Elizabeth Warren, Kamala Harris…Y la artífice de ambas derrotas ha sido Nancy Pelosi: italoamericana, católica, y máxima representante de las viejas dinastías políticas de Washington”.

Ironías del destino, la madre de Nancy Pelosi quería que fuera monja.

¿Quién le teme a Pelosi? Sin duda, Donald Trump.

Twitter @patoloquasto

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