El filósofo marxista Antonio Gramsci creó el concepto "Hegemonía Cultural". Figura política consistente en una ideología completa que un grupo o comunidad dominante genera para someter otros grupos sociales. Un proceso de contención a través del control, no precisamente militar, que permea en todos los ámbitos de la vida social en cada época histórica; se ejerce desde la cultura, la educación, la religión y los medios de comunicación, imponiendo un escenario para culturizar, de manera irremediable, al dominado en la misma estructura doctrinaria del dominador. El término hegemonía deriva del griego "eghesthai" que significa "guiar", "conducir", "estar al frente" o "gobernar".
La hegemonía cultural tiene consecuencias no sólo en el plano económico y/o político, sino además sobre la moral, el conocimiento y la filosofía. Por tanto, la revolución, entendida por Gramsci como la construcción de un nuevo orden, incluye una reforma intelectual y mental; no solamente como dirección política, sino también ética, cultural e ideológica. Su conductor, (el proletariado para él) es el "hegemón": guía transformador y destructor de mitos.
Entrar en este tema requiere un brevísimo análisis histórico de las hegemonías pasadas: Antes de la conquista (1521) los mexicas poseían una cosmovisión que dominaba todo el universo prehispánico; los demás pueblos vecinos eran sus súbditos y debían adaptarse a su religión y a sus sistema económico y político. La conquista eliminó el "quinto sol", principio y finalidad de esas civilizaciones.
Colonia (1521-1821) Una segunda hegemonía surgió de un sistema económico europeo. justificado religiosa, étnica y políticamente. Los peninsulares se impusieron sobre los demás grupos sociales, implantando una ideología que nunca fue absolutamente pura, ya que asintió sincronías religiosas y sociales que permitieron identidades que más tarde impregnaron al mexicano.
Independencia: Miguel Hidalgo, uno de los varios insurrectos al virreinato nada cambió; la transformación mental llegó con Morelos y la política con Iturbide.
México Independiente: durante el Siglo XIX la hegemonía dominante mantuvo a las "castas" étnicas como en la colonia. Los reformadores, con Juárez al frente, trastocaron el poder eclesial por el civil en lo jurídico, pero quien generó la verdadera hegemonía de una clase dominante en lo político y económico fue Porfirio Díaz; él transformó radicalmente al país, convirtiéndolo en una nación moderna y próspera, pero con indígenas, campesinos y obreros viviendo en la miseria y un control férreo de voluntades en todos los ámbitos.
Revolución: El candidato contra la dictadura fue el porfirista Francisco I Madero, quien utilizó a los revolucionarios para llegar al poder conservando la misma hegemonía. el cambio social vino con la constitución de 1917 que destruía, inicialmente, el latifundismo. Concluida la lucha armada, Calles creó el más nefasto cartel que los mexicanos hayamos padecido en nuestra historia: un partido político surgido de la Revolución Mexicana, cambiante de "alias" durante su dictadura. Una hegemonía de caciques y líderes sindicales que se enriquecieron con el control político, educativo y social; aunque manteniendo cierta distancia con el poder económico y en múltiples ocasiones complicidad. En el Mexico del siglo XX la máxima cultural fue la corrupción que el PRI perneo en todos los ámbitos.
Neoliberalismo: En los años 80´s del siglo pasado, surgió un cambio hegemónico muy profundo que no requirió de balazos ni cuartelazos, los tecnócratas, con supremacía científica al estilo porfirista, desalojaron a los "revolucionarios" y cambiaron la faz del país de manera determinante. Los grupos de los poderes político y económico se unieron para jugar en el mismo equipo, usando la filosofía priista: "Un político pobre es un pobre político", surgiendo alianzas para una nueva hegemonía cultural.
Convirtieron a los líderes sindicales en sus vasallos: encumbraron a los empresarios multimillonarios, la mayoría de ellos provenientes de la propia política donde habían amasado fortunas inmensas nacidas de los diferentes erarios y hasta del narcotráfico, invirtiéndolas en las finanzas e industria, principalmente de recursos naturales, antes propiedad de la nación ahora suyas, así como en medios de comunicación y tecnología de telecomunicaciones. Esta última élite sumió, a más de la mitad de los habitantes del país en una miseria nunca antes vivida. Su último virrey erró con reformas estructurales que fueron un fracaso absoluto y abrió la puerta a una nueva supremacía cultural que habla de una "cuarta" transformación.
El ejecutivo federal y su partido buscan un cambio de hegemonía cultural; pero este no se finca sobre podridas arenas movedizas sosteniendo un odiado y corrupto sistema. Después de cada cambio sociopolítico los antiguos sultanes fueron castigados, incluso destruidos en todos los sentidos; pero en esta cuarta transformación las fétidas aguas seguirán bañando a los deshonestos detractores de los mexicanos; el grupo de ambiciosos que han manchado el nombre de Mexico estarán carcajeando y hasta defecándose sobre extenuados patos.
La praxis hegemónica lleva unida la teoría social con la acción ¿A dónde nos conduce una supuesta metamorfosis política con un "hegemón" timorato que perdona todo?; Villa y Zapata los habrían fusilado; Obregón y Calles desaparecido y "carranceado"; dejándolos en la inopia, no haciendo borrón y cuenta nueva. Al menos exigiéndoles devolución, cárcel y menosprecio público.
¿Debemos entender que la cuarta transformación es impunidad?: Imposibilidad histórica es ir sólo hacia adelante y olvidar lo pasado; millones de mexicanos no estamos de acuerdo con el borrón y cuenta nueva; queremos que paguen todos los saqueadores; incluidos aquellos a los que ahora quieren hacerles chalecos de pureza; y claro, que ya no haya más estafas y malversaciones. No es gracia que el ejecutivo y los suyos den a conocer sus bienes; es obligación legal y ya se habían tardado.
