Impulsa feminismo en la Comarca Lagunera

Académica, literata, activista, y pionera en el feminismo local, son algunas características para describir a la maestra Oralia Esparza, quien durante más de 20 años ha formado a las generaciones de feministas que actualmente luchan por los derechos de las mujeres.

Aunque ya con la inquietud de las desigualdades surgidas de la experiencia propia, un curso de verano del 94 en el Colegio de México, el que la impulsó para hablar de género en Torreón, desde el ámbito académico siendo la Ibero quien aceptó la apertura de un diplomado sobre Estudios de la Mujer.

En entrevista para El Siglo de Torreón, la doctora Oralia Esparza, comparte cómo recibieron al feminismo en la región, retos del movimiento así como uno de sus principales mecanismos para visibilizar la problemática de violencia y exigir a las autoridades que cumplan su trabajo: la Alerta de Género.

-¿Cómo era el contexto feminisita de aquel entonces?

Estaba un poco difícil, pero el tema era una novedad. En los medios de comunicación ya sabíamos de las feministas de la UNAM con su programa de género, sabíamos que existía una Graciela Hierro (+), que ellas iban a dar sus planteamientos universitarios a Estados Unidos, conocimos lo que ha sido tan criticado (el lenguaje inclusivo) y a una canadiense que nos dice 'necesitamos mover hasta las reglas del lenguaje para hacernos visibles' y fue cuando empezamos a incluirnos las mujeres' la 'a' por encima de lo masculino.

- ¿Qué pasó después de aquel curso?

A mi me gustó más el camino de Mercedes Barquet que se dedicaba en el Colegio de México a la Teoría del Pensamiento Feminista, yo abro un diplomado en la Ibero. Me dieron muchas facilidades, aunque tenían miedo de que las mujeres abriéramos muchas canchas en las que la Ibero no podría estar, pero finalmente cristaliza, dura 10 años y de ahí, el campo más abierto fue la UAC.

- ¿Cómo fue ese primer diplomado en la Ibero?

Al principio en la universidad sí era poco difícil, las muchachas me llegaron a decir '¡Hay Oralia!, ni novio tenemos y tú quieres hacernos feministas'. Como que la palabra feminista tenía una carga de resistencia. Pasa el tiempo y el movimiento comenzamos a hacerlo en la calle, no nada más en el ámbito cerrado de la Universidad y nace la Red de Mujeres de la Laguna.

- A 20 años de aquel verano, ¿Qué opina del movimiento feminista en la región?.

Lo veo muy entusiasta, lo veo decidido, para adelante, pero al mismo tiempo, desencajado, porque han luchado mucho; no se imaginan el tiempo de las que son sus líderes, le han depositado a la Alerta de Género para que sorpresivamente te digan que no, en un momento en el que se acentuó el problema de los feminicidios en esta tierra, decirle "no" a la Alerta de Género me parece una insensibilidad de contexto terrible porque eso habla de una insensibilidad política, entonces ¿De qué se están protegiendo? ¿No están adivinando ya cómo están cambiando los tiempos?, es decir ¿A quién quieren a proteger? ¿Al partido?, pues ¿Qué partido les quedó?.

- ¿Cree que no declarar la Alerta, fue una decisión política para no afectar al Gobierno del Estado?

Ni al partido, ni al gobernante, ni a mi confort que tengo y éstas que no me vengan a mover; es como un machismo clasista, 'yo soy así, ya decidí y aquí no va a haber poder humano que me mueva'.

- ¿Entonces es necesario que se pida una segunda Alerta?

Sí, alguien lo dijo, cómo va a ser posible que en Durango, se decrete la Alerta, cuando son ciudades conurbadas, eso me parece surrealista, incongruente y espero que esa incongruencia no dure mucho.

- ¿Cuáles son los retos que enfrentan las feministas actualmente?

Hay espacios, ahora hay que retomarlos para que sí se imparta la materia de género, la perspectiva de los estudios de género, transversalmente en las currículas, en las retícula de las materias. Yo voy a insistir, porque si están en el poder personas de la calidad de un José María Fraustro Siller que no entiende todavía qué es la perspectiva de género y por qué urge una alerta, estamos perdidos.

Oralia Esparza reconoció el trabajo de Adriana Romo y Ariadne Lamont, voceras de la Red de Mujeres de la Laguna, así como el de la doctora Rosario Varela, quienes han sido sus alumnas y desde la academia y la calle, siguen con su legado en favor de los derechos de las mujeres.