Nosotros Desayunos Eventos Salud

Pequeñas especies

PINKY Y PUNKY

PINKY Y PUNKYPINKY Y PUNKY

Una de las razas que más atendemos los veterinarios dedicados a las pequeñas especies es la "Poodle" o "Caniche", es un perro inteligentísimo, audaz, con un carácter bondadoso, adora a los niños, muy sensible, adiestrable resultando un excelente acróbata ideal para la farándula, no presenta pelecha como la mayoría de las mascotas, limpio y su olor no es tan característico a "perro" como otras razas. La principal actividad en estas mascotas en las clínicas veterinarias es el servicio de estética, por lo regular el mantenimiento del corte de pelo es mensual y en más de las ocasiones el "Poodle" que llega con meses de no ir a la peluquería son simplemente una alegre masa de pelos de todos colores, exceptuando el blanco como debería de ser por lo regular, al ser entregados a sus dueños completamente transformados, hay quienes dudan de que sea su propia mascota, a los niños les causa risa ver el nuevo "look" de su perrito, los que más dudan son los señores, incluso nos piden que nos cercioremos si efectivamente es su mascota y disimuladamente buscan en las jaulas de al lado para ver si no nos hemos confundido. La prueba más convincente de que realmente son sus mascotas, es la algarabía que hace el perro dentro de la jaula al ver a su amo que llegó a recogerlo, los ladridos y el llanto no se dejan esperar, como queriendo decir "Sáquenme de esta cárcel que estoy sufriendo" siendo más dramáticas las mascotas consentidas. En una ocasión llegaron para estética dos perritas de la raza "Poodle" del mismo color, tamaño, complexión y nombres parecidos, además de llevar el mismo corte de pelo. Pasó lo que nunca debería de haber pasado, se entregaron a diferentes dueños. "Pinky y Punky" son las perritas que se fueron a casas distintas. Cuando entregaron a "Pinky", después de un cambio total de apariencia por la estética, la niñita de seis años la más pequeña de la familia que acompañaba a sus padres, dijo: ¡Esa no es "Pinky", con más clientes en la clínica, ladrando los perros en la sala de espera, no se le prestó mucha atención a la niña por parte de sus padres, además de que había salido completamente diferente a como había llegado, se fueron sin ninguna preocupación. A la verdadera "Pinky", la había recogido confundiéndola el empleado del dueño minutos antes, y al llegar a la casa inmediatamente corrió a esconderse y comentó la dueña sin prestarle la mayor importancia. - Ay "Punky" ni te enojes, que ya te hacía falta un buen baño y corte de pelo. Al día siguiente se presentó a la clínica el dueño de "Pinky" y dijo seriamente: ¡Donde está mi perrita! - Señor ayer se le entregó. En unos instantes cambió la expresión de su rostro y dijo. - Sabe perfectamente a que me refiero, así que ¡Haga el favor de entregarla! Cuando se dio cuenta que realmente desconocíamos el problema, se tranquilizó, le pregunté cuál era la causa por la cual dudaban que no era su mascota la que se había llevado el día anterior. Al principio creíamos que estaba nerviosa, pero luego al llamarle por su nombre no respondía y al negarse a comer su galletas favoritas, rompió en llanto mi esposa y mis hijas, menos la más pequeña, ellas creían que "Pinky" estaba perdiendo la razón o tenía una de esas enfermedades raras que existen hoy en día y de nuevo la pequeñita comentó, ¡Esa no es "Pinky"! fué entonces que se nos hizo razonable tanta insistencia de parte de la niña y al observarla detenidamente, comprobamos que no se trataba de nuestra mascota. Le revisé la dentadura para verificar su edad, efectivamente se trataba de una perrita mayor, al checar el libro de pacientes que ingresaron el día anterior quien coincidía con todas las características era "Punky". Al llamarle por teléfono a la dueña de "Punky" y preguntar por su mascota; ¿Le ha notado algo raro en el comportamiento?, asintió, diciendo que su perrita estaba muy enojada y sentida con ella, ya que jamás le había dejado de "hablar" tanto tiempo y solo quería estar debajo de la cama, pero la conocía mejor que a su marido y que ya se le pasará el capricho. Las palabras de la señora fueron la solución a la pesadilla, pues el malestar del dueño de "Pinky" no había pasado por completo.

Al recibir a las mascotas en la clínica y son muy parecidas, les ponemos un papel con el nombre de la mascota en la jaula para no confundirnos y todos los datos se registran en un libro, además de ser pacientes que conocemos durante años.

Al realizar el cambio de mascotas, inmediatamente al ver a sus propietarios corrieron como niños desesperados que han encontrado a su familia, como si hubieran estado extraviados durante meses. El llanto de "Pinky y Punky" y el de sus dueñas fue una prueba más de que las mascotas indudablemente "forman parte de la familia".

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1523743

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx