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Manipuladores del Deseo

Diálogo

YAMIL DARWICH

El deseo es definido como "interés o apetencia que una persona tiene por conseguir la posesión o la realización de algo". "Cosa que una persona desea".

Desde luego que es uno de los principales motivadores para que los humanos alcancemos logros para bien, aunque también es provocador de malas acciones y entre los diferentes apetitos que podemos sentir esta el sexual, hoy día manipulado por los provocadores del consumismo.

Ya hemos dialogado sobre el tema y señalado el peligro que permanentemente vivimos con el manejo de la publicidad tramposa y mal intencionada; cuando lograr que deseemos para poseer lo hacen imperioso, haciéndole más importante que pensar y considerar la jerarquización valoral para decidir y actuar.

El instrumento favorito es la manipulación de nuestra sexualidad y los más jóvenes resultan mayormente afectados por razones propias de su edad y fisiología hormonal, sumado el descuido de la educación familiar y escolar.

Hoy día "no tenemos tiempo" para las cosas importantes de la vida.

Dan Ariely es un israelí radicado en NY, físico matemático, filósofo, master en psicología cognitiva y doctorado en negocios; además es profesor, investigador del MTI, autor de libros y columnista de periódicos reconocidos.

Su actividad como investigador docente le ha llevado a estudiar sobre la excitación sexual entre universitarios y la toma de decisión de ellos, comparándola entre la serenidad y la provocación del deseo.

Ha llegado a conclusiones que por su trascendencia le comparto, considerándolas como otra prueba del daño que genera entre la sociedad occidental el manejo poco ético de las condiciones humanas y los apetitos materiales -sexualidad-.

"Las trampas del deseo", libro en que hace análisis de los efectos - trucos - mercadotécnicos contra los consumidores, escribe: "todas las personas suponen que se conocen a sí mismas. Pero cuando se ven arrastrados por la pasión, de repente se acciona un interruptor interior y todo cambia".

(…) Aún la persona más inteligente y racional, cuando se ve arrastrada por la pasión parece ser total y absolutamente ajena a la persona que creía que era (…) nos quedamos cortos a la hora de predecir hasta que punto dicha excitación niega completamente nuestro super-yo y el modo en que las emociones pueden tomar el control de nuestra conducta".

No olvide que se trata de uno de los conocedores de la materia y que ha trabajado en investigación seria, con métodos de mercadotecnia científicos y rigurosos.

Hace una crítica a la carga de materias que se llevan en las escuelas de los EUA y que para nuestro caso nos vienen como anillo al dedo, considerando el incremento de embarazos no deseados en adolescentes y el alza estadística de las enfermedades venéreas, solo por citar dos de los efectos negativos en cuestiones de educación sexual.

En tanto se daña a nuestra juventud con la promoción del deseo no analizado en programas escolares inefectivos, seguimos discutiendo sobre las enseñanzas en educación sexual, politizando su imperiosa necesidad y llevándola a los radicalismos que para el caso son nefastos.

Ariely recomienda:

"La educación sexual debería centrarse menos en la fisiología y la biología del sistema reproductor y más en las estrategias para abordar las emociones que acompañan a la excitación sexual".

Gran verdad que nos acomoda, cuando conocemos lo divulgado en libros de texto de educación básica y media superior, que contienen vaguedades generadoras de confusión, tratando de evitar la censura de los radicalizados en una falsa moral y, en contraparte, los cientificistas que solo piensan en la información material sin la adecuada digestión intelectual.

Especial mención para los profesores y sus directivos, quienes en lo general no cuentan con la adecuada educación sexual para su propia vida; esa, suficiente para generarles criterio y mucho menos la orientación en la aplicación didáctica, cumpliéndose aquello de "un ciego que guía a otro ciego".

Más adelante propone: "una estrategia mejor para quienes desean garantizar que éstos - los jóvenes - eviten el sexo, consiste en enseñarles que deben apartarse del fuego de la pasión antes de hallarse lo bastante cerca como para ser atraídos por él" (…) "evitar la tentación es más fácil que luchar contra ella" (…) "antes que la tentación haga imposible resistir".

Habría que incluir acciones educativas y ocupacionales que limiten la sobreexposición a los estímulos sexuales que recibimos por los todos sentidos: televisión, cine, prensa escrita, redes sociales, panorámicos implícitos sobresaturando las ciudades y otras provocaciones como el manejo de poder y sexo, que hacen casi imposible que escapemos de ese deseo provocado por el sobre estímulo; de paso, bloqueando la reflexión para la mejor toma de decisión.

Si nos afecta a los adultos, imagine el daño que hace en los menores.

Encontremos los medios para prepararnos y hacer nuestra parte; exijamos a los profesores su capacitación y acción educativa adecuada. ¿Actuamos?

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