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La Revolución la hicieron los ricos y los de abajo

Las desigualdades sociales y la disputa entre la élite por el control del agua del Nazas, terminaron por convertir a La Laguna en la cuna de la Revolución Mexicana

Cañonazo. Desde Gómez Palacio, las tropas lideradas por Francisco Villa apuntaron al Casino de La Laguna, en Torreón, durante la toma de la ciudad en 1914. (FERNANDO COMPEÁN)

Cañonazo. Desde Gómez Palacio, las tropas lideradas por Francisco Villa apuntaron al Casino de La Laguna, en Torreón, durante la toma de la ciudad en 1914. (FERNANDO COMPEÁN)

FABIOLA P. CANEDO

Se celebraba el Grito de Independencia el 16 de septiembre de 1910 en Torreón. El alcalde, Leopoldo Escobar, salió al balcón central del Casino de La Laguna y, ondeando la Bandera Nacional, vitoreó a los héroes y a México, a lo que el público de la plaza respondió "¡Viva México!" "¡Viva Madero!" y "¡Viva la Revolución!".

Cuando terminó la ceremonia oficial, en el kiosco de la plaza Eugenio Aguirre habló sobre los bajos salarios, las largas jornadas laborales, y sobre todo, la cuestión democrática, pues en el país se reelegían todos los gobernantes apoyados por Porfirio Díaz, explicó Jesús Sotomayor Garza, cronista de Torreón.

"Eugenio Aguirre fue detenido pero la semillita ya estaba ahí", manifestó. Unos meses después, el 20 de noviembre de 1910 estallaría la Revolución Mexicana en la Comarca Lagunera, que ya contaba con antecedentes en Viesca y San Pedro, en 1907 y 1908: "la región se ha significado por sus ansias libertarias y porque la gente se ha entregado a la causa", comentó.

Torreón fue el modelo de población del Porfiriato, era el ejemplo de cómo debía construirse una ciudad, de la nada, de ser un rancho, pasó a ser una ciudad agroindustrial, con sus fábricas, comercios, bancos, hoteles, conexiones del ferrocarril, tranvía, iluminación, paseos públicos.

Sin embargo, a la par de esa riqueza estaba el otro lado de la moneda, que se parecía a lo que ocurría en otras zonas del país: había pobreza, mucho dinero se concentraba en pocas manos, había inequidad también por las condiciones laborales, ya que no existían todas las protecciones de Ley a los trabajadores, lo que podía derivar en explotación.

"Un autor del siglo XIX habla del 'capitalismo salvaje', es decir, un trabajo sin derechos, de explotación, que beneficiaba mucho a las empresas y dueños del capital, pero poco a la población", comentó Carlos Castañón Cuadros, director del Archivo Municipal.

Esta situación se venía arrastrando en el país y, si a las desigualdades económicas se le suma el hecho de que el sistema político del país estaba monopolizado por un grupo en el poder que ya tenía ahí 30 años, representado por Porfirio Díaz, los científicos, y todos los gobernantes que acompañaban esto.

"Había un malestar porque en México no había un cambio de gobernantes, eran siempre los mismos", expuso, "el destino llevó a que uno de los laguneros más destacados, Francisco I. Madero, nacido en Parras, pero lagunero porque su hacienda, su negocio lo tenía en San Pedro, publica el libro de La Sucesión Presidencial".

En su texto, Madero realiza un análisis, reconoce los progresos y beneficios del Porfiriato, pero también critica las inequidades económicas y señala la necesidad de un cambio político, que ya no gobiernen los mismos. Esto fue en 1908, desde San Pedro, donde aún se puede apreciar la prensa donde se imprimió el libro.

Por otra parte, en 1907 hubo unos rebeldes en Viesca, laguneros que retoman las ideas de los hermanos Flores Magón y que son de las manifestaciones más claras de resquebrajamiento del sistema político.

"Si estuviéramos nosotros en esa época, en 1907 o en 1910, diríamos que no pasa nada, que son unos 'revoltosos' y que todo el país está normal, pero en realidad era la punta del iceberg, porque de lo bien que aparentemente estaba la Comarca Lagunera, se empezaban a mostrar ya problemas", expresó Castañón.

Cuando el río Nazas llevaba agua, se generaba empleo, pero cuando no, se perdía miles de trabajos de campesinos que se quedaban sin nada en el campo. Era toda una economía muy integrada y la falta de agua impactaba negativamente. El año de 1907 fue un año de poca agua y se generó un gran malestar económico, lo que llevó a los rebeldes a manifestarse en Viesca, movimiento que se dispersó, pero fue retomado en 1908 por Madero, quien finalmente llamó a una revolución con el Plan de San Luis, en 1910, donde pone una fecha, el 20 de noviembre.

Un grupo de torreonenses, gomezpalatinos y lerdenses se levantaron en armas al llamado de Madero, se habla de una cifra de aproximadamente 200. El levantamiento duró varios días y finalmente fue sofocado, muchos de ellos fueron colgados, como escarnio, en el Parque Morelos, de Gómez Palacio, aquí nació una leyenda, pues los vecinos hoy aseguran que se escuchan lamentos.

No obstante, la llama del malestar ya había sido sembrada.

"Difícilmente sabríamos, si hubiéramos vivido en esa época, que se acercaba la Revolución, que eso estaba por emerger, y para pararlo fueron 10 años, de 1910 a 1920", expresó.

REVOLUCIÓN DESDE ARRIBA

La Revolución Mexicana ha sido un hecho que ha marcado de forma trascendente la historia de la Comarca Lagunera, en varios momentos, explicó Castañón. Señaló que las causas de que los laguneros hayan participado son tanto económicas como políticas, que se juntan en una explosión.

Refirió que la región Lagunera tenía una economía muy pujante, desde finales del siglo XIX, en la década de 1880 ya había una importante producción algodonera, las fábricas se instalaban y el trabajo no se limitaba al campo sino que era propia de una ciudad agroindustrial, por lo que incluso tenía fama, a nivel internacional, de que aquí se pagaban los jornales más altos del país.

"Se pagaban diariamente estos jornales y era con dinero líquido, se pagaban con moneda, no con la Tienda de Raya que conocemos, propiamente en las haciendas del centro y sur del país, esa es una diferencia del norte", comentó, "el hecho de que aquí se pagaran muy buenos salarios, en relación al resto del país, hizo que se convirtiera en un polo de atracción migratoria".

En 1892, Torreón tenía aproximadamente dos mil habitantes, pero en 1910 eran más de 40 mil, es decir, hubo una explosión demográfica que no se debió a la reproducción natural de la población sino a la llegada de los migrantes, que venían de Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Guanajuato, etc. También llegan minorías de extranjeros, algunos con gran solvencia y otros con necesidad económica.

"La Comarca Lagunera estaba generando muchos empleos, era una economía muy pujante, pero también tenía problemas de inequidad, esto se parecía mucho a lo que estaba pasando en otras partes del país", dijo.

Cabe destacar que en La Laguna, la Revolución Mexicana no fue un movimiento solamente de campesinos. Los motivos políticos también animaron a hacendados a sumarse al movimiento, el primero de ellos fue Francisco I. Madero, quien provenía de una de las familias más adineradas del estado de Coahuila, su abuelo había sido gobernador, contaba con intereses en la vinicultura, las minas, el guayule, el algodón, en la banca.

Otro personaje también acomodado que se fue incluso al movimiento armado fue Lavin, de Gómez Palacio, pariente de uno de los fundadores, Santiago Lavin.

En Chihuahua, también se observó a hacendados apoyando la revolución porque el cacique, Luis Terrazas, siempre tuvo diferencias con Porfirio Díaz. Algo similar ocurre en Coahuila.

"En el norte, la Revolución no la van a hacer solamente los de abajo sino también los ricos", expresó.

En esto coincide el texto de William Meyers en su libro "Forja del progreso, crisol de la revuelta", que detalla como las desigualdades sociales y la disputa entre la élite por el control del agua del Nazas, terminaron por convertir a La Laguna en la cuna de la Revolución Mexicana.

"La existencia de una gran población sin tierra en un área de elevada concentración de la propiedad creó una situación potencialmente explosiva (...) En tanto que los litigios por el agua dividieron a la élite, la lucha por la tierra dividió a la región entre propietarios y desposeídos", señala el libro.

La crisis de 1907 inició en Estados Unidos y terminó por impactar a la región, de modo que los ejércitos revolucionarios de esta zona fueron liderados por algunos terratenientes y la tropa era constituida por sus peones. Pero la guerra civil que se extendió hasta finales de los 20 frenó el desarrollo que había tenido Torreón.

GUERRA POR EL AGUA

Silvia Castro Zavala, directora del Museo de la Revolución, explicó que la efervescencia política y social que hubo en La Laguna a finales del siglo XIX y principios del XX se debió principalmente al problema del agua e incluso, los inicios de la politización de la lucha de Francisco I. Madero fue por esta causa.

"Ellos eran ribereños de abajo, en San Pedro, entonces el agua se iba quedando en el camino, llegaba cada vez menos", comentó, "él se va involucrando en la política por este motivo, primero se involucra en la alcaldía de San Pedro, luego en el estado, luego a nivel nacional".

Señaló que La Laguna tuvo un crecimiento muy acelerado, el pago de jornales atraía cada año a gente muy pobre a trabajar y muchos se quedaban aquí a vivir, por lo que se crea una situación de injusticia que aumentó la politización en la región.

"Un historiador señala que los crecimientos muy rápidos de la población crean muchas injusticias, entonces se va a crear una clase social fuertemente metida en los temas de la política y una clase alta que también estaba muy politizada", expresó, "teníamos una clase rica muy rica, dependiente del algodón y del guayule, lo que enfrentaría incluso a la familia Madero con la élite norteamericana de frente".

Refirió que, dada la ubicación geográfica de la región lagunera y que no se ha logrado cambiar la vocación, como agrícola y ganadera, los problemas por el agua han sido históricos, dadas las grandes extensiones de tierra por sembrar y el crecimiento de la población.

"La Revolución nos deja mucho, es un tema que nos da identidad, hay un fuerte involucramiento, todos sabemos que incidió en la región de manera importante, pocas ciudades se vieron tan afectadas", expresó.

La Revolución Mexicana dejó una gran huella en la Comarca Lagunera. Castañón consideró que es un estigma que se queda en la historia de la región y la hace parte de ella, al grado de que en la actualidad se enfrentan aún pendientes como la desigualdad, los bajos salarios y la problemática del agua.

Mitin. En la esquina de la avenida Matamoros y calle Juan Antonio De la Fuente se realizó una reunión de un numeroso grupo de laguneros con Francisco I. Madero, la finca histórica pertenecía al general José María Rodríguez.
Mitin. En la esquina de la avenida Matamoros y calle Juan Antonio De la Fuente se realizó una reunión de un numeroso grupo de laguneros con Francisco I. Madero, la finca histórica pertenecía al general José María Rodríguez.
Históricas. En la Alameda Zaragoza aún se observan los pilares de cantera en cada esquina, que conmemoran el año de 1914, cuando Villa tomó la ciudad.
Históricas. En la Alameda Zaragoza aún se observan los pilares de cantera en cada esquina, que conmemoran el año de 1914, cuando Villa tomó la ciudad.

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Escrito en: Desfile Revolución

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