El ministro argentino de Producción, Dante Sica; el presidente, Mauricio Macri, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en rueda de prensa ayer.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, recalcó ayer en una rueda de prensa ofrecida en Córdoba (centro) el "atractivo mundial" que supone la final de la Copa Libertadores que disputarán los argentinos Boca Juniors y River Plate los próximos 10 y 24 de noviembre.
"Además de ser maravilloso desde el punto de vista deportivo, va a tener un atractivo mundial porque Boca y River es un partido conocido en el mundo del futbol de todos los continentes", aseguró el mandatario en declaraciones a la prensa.
Macri dijo que se trata de "algo único" y "una final histórica que tal vez jamás se repita".
También consideró que es una "gigantesca oportunidad" para que el país vuelva a mostrar el "nivel de madurez" que, a su parecer, mostró en octubre durante los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.
"Más de un millón de personas hicieron colas para ver todas las disciplinas, todo salió perfecto", apuntó, y dijo que es la oportunidad de mostrar "lo mismo".
Macri insistió en que hubiese preferido una final distinta.
"Lo dije desde el lugar del hincha. Teniendo en cuenta que además soy presidente, ya tengo estrés por mi trabajo, agregarle el estrés de una final Boca y River... prefería una entre un argentino y un brasileño", explicó.