Día de Muertos. Este año hay un creciente interés de los niños pequeños por participar en la celebración e incluir a sus familiares fallecidos en el altar. (JESÚS GALINDO)
Para Diego, de 8 años, la conmemoración del Día de Muertos consistía en ir a casa de su abuela y comer tamales frente al altar que ella colocaba, pero cuando ella falleció, la tradición no siguió con sus padres, por lo que se redujo a llevar algún artículo para el altar de la escuela. Pero después de ver Coco, la película animada, el pequeño decidió que este año todos sus familiares, especialmente su abuela, serían celebrados.
"A raíz de estas películas, observamos que ha ido en aumento esta tradición, en el norte, en el sur sí está más arraigada, pero en el norte no", comentó Denise Duéñez Rodríguez, profesora de tercero de primaria, "es complicado, porque tuvo que venir Estados Unidos a decirnos que tenemos esta tradición, que es de las más antiguas que tiene México, hay niños que han comenzado a escuchar el mariachi porque sale en esta película, que se interesan por la tradición".
Las escuelas y colegios de educación básica, incluso preescolar, promueven cada año la tradición del altar de muertos, sin embargo, esta costumbre no había logrado un arraigo como ocurrió luego de que Hollywood decidiera incluirla en una de sus películas. Diversas instituciones en la región cuentan con las dos celebraciones para enriquecer la cultura de los niños, por lo que en Halloween van disfrazados de monstruos o superhéroes y en el Día de Muertos se maquillan como calaveras.
Con 10 años de experiencia como educadora, Denise señaló que hay una marcada diferencia en el interés que manifiestan los niños actualmente y como era hace 10 años, pues hoy los pequeños reconocen cada uno de los simbolismos del altar, saben cuál es la historia, por qué es importante celebrar a los familiares que han fallecido, incluso muestran preocupación si sus familiares no tienen foto en el altar, pues la película refiere que, de lo contrario, no pueden cruzar el portal para visitar a los vivos.
"Es triste que tuvo que venir del extranjero, que hubo películas que enseñaran a los niños sobre nuestra tradición, cuando esa debió ser nuestra labor, como maestros, como papás, tenemos que enseñarles sobre el amor y el respeto hacia la cultura y la tradición de nuestro país", expresó.
La profesora consideró que, al tener acceso a tanta información en la actualidad, los pequeños han dejado de sentir temor por las calaveras y, por el contrario, lo adoptan como parte de su cultura, tratan de enriquecer su disfraz con flores, velos, sombreros, trajes o vestidos, etc., mientras que otros solamente se maquillan la cara.
"La cultura mexicana se conoce alrededor del mundo, la tradición del Día de Muertos es sumamente apreciada, pero depende de nosotros que los niños la conozcan", dijo.
SE TORNA COMERCIAL
Establecimientos con mercancía dedicada al Día de Muertos, calaveras, catrinas, etc., vieron agotados sus anaqueles en unos días. También lo relativo al Halloween. Para Roberto López Franco, psicólogo e investigador, esto es indicativo de que el imperialismo cultural en los medios logró su objetivo: el consumo.
Señaló que la mayoría de los mensajes que llegan a los niños y los jóvenes mexicanos son imágenes que tienen que ver, principalmente, con las producciones que se hacen en Estados Unidos, con una forma muy particular de ver el mundo que llega a América Latina, se impone y se absorbe para generar un constructo cognitivo que tiene una idea de las tradiciones gracias a las recientes películas.
"Coco cultivó en la mente de millones de mexicanos una idea muy particular de cómo deben ser las fiestas para este período", explicó, "estamos hablando de una temática muy particular que tiene que ver con el imperialismo cultural, hay grandes consorcios que quieren transmitir mensajes para dominar la mente y las formas de expresión social, porque ahí ellos ganan millones de pesos, al ser productos de consumo que se asegura estarán vigentes año tras año".
Consideró que esta situación tiene como objetivo central el cultivar en los mexicanos una forma de ver el mundo y que podría desvirtuar la tradición de lo que se ha venido cultivando en el país en esta festividad, pues cada generación incorpora y reformula los mensajes y los adapta a una circunstancia muy particular en el siglo XXI, perciben el mundo de otra manera y los dispositivos digitales reciben imágenes de este mundo globalizado, donde México no sería la excepción, menos aún con la cercanía con Hollywood y Estados Unidos.
López Franco refirió que el escritor Octavio Paz ya desglosaba que el mexicano tiene una parte malinchista, en el sentido de que algunos han adoptado la celebración hasta que fue reconocida en el extranjero, sin embargo, indicó que esto no es lo más definitivo, sino que hay nuevos estilos de vida que se van formando.
"Yo sigo viendo que lo más significativo, para las familias mexicanas, sigue siendo la convivencia familiar, la unión familiar, el vivir juntos estos ritos, estas tradiciones mexicanas, que podrá influir o no la nueva forma en que Coco viene a cultivar en la mente de nuestros jóvenes y niños, puede ser, pero lo cierto es que se sigue cultivando todavía una dinámica familiar", expresó.
El investigador señaló que el impacto de la imagen tiene que ver con corrientes sociales muy amplias y efervescentes, pues hoy en día los niños pasan más tiempo en la escuela, con los amigos, fuera de casa o viendo imágenes televisivas, en internet, corrientes anónimas que se distribuyen de inmediato a los dispositivos móviles, así como el hecho de que estas nuevas generaciones tienen menos compromiso con el entorno social y con normas y valores sobre el mundo distintas a las de los Baby Boomers o la Generación X.
"Ellos están conformando una nueva idea sobre el mundo, van a tener una cosmovisión muy particular gracias a todos estos mensajes que les llegan y seguramente el resultado serán conglomerados culturales híbridos, como señalaba el argentino (Néstor García) Canclini y, a partir de estos híbridos, seguramente habrá nuevas formas de expresión cultural que nos podrán parecer extrañas o raras, pero que van a significar mucho para la gente que ahorita van a conformar esa cosmovisión del mundo", indicó.
SIN TEMOR A LA MUERTE
Rosario Varela Zúñiga, socióloga e investigadora, dijo que hay una influencia porque, aunque haya a quien no le guste por ser una película extranjera, se logra recoger el sentido de la tradición del Día de Muertos y se inmiscuye en un contexto familiar no muy ajeno, pues aparecen elementos del contexto social característico de México, del tipo histórico, cultural, y se logra una trama para introducir en la cultura mexicana.
"Es parte de un proceso social en el que es necesario que la gente de adentro se de cuenta de que sus tradiciones son valoradas por la gente de afuera, cuando esto sucede se pone en otra perspectiva, se observa entonces el atractivo, se busca recuperar esta parte de la historia, de la identidad cultural", expuso.
Refirió que en otros países hay una aversión a la muerte, mientras que en México es al contrario. Citó como ejemplo a las momias de Guanajuato, que algunos extranjeros no comprenden, pero es un atractivo turístico para los mexicanos.
"Para nosotros, el Día de Muertos es un acercamiento con los familiares que ya fallecieron, es unificarse en torno a todas esas personas que ya no están con nosotros, pero que seguimos recordando, lo que implica manejar símbolos mortuorios, forma parte de nuestra historia", dijo.
Consideró que esta fascinación de la muerte en México dista mucho de la popularidad que han adquirido los zombies en los últimos años a nivel global, pero indicó que hay un contexto social relativo a lo que viven los jóvenes, donde se trivializa la vida y se simboliza la automatización de los días, que es un sentir actual.
Varela Zúñiga dijo que una tradición puede mantenerse en sus orígenes hasta cierto punto, pero que más allá de la comercialización que se realiza tras la intervención de Hollywood, se trata de una celebración que se moderniza y se adapta a los nuevos tiempos.
"Hay cosas que se han ido agotando, yo pienso que, si en un momento dado, este contexto de comercialización está sirviendo para revalorar nuestras tradiciones, yo creo que está bien, porque finalmente tenemos que actualizar ese contexto, y yo pienso que la parte de mantener la visión tradicional y explícita de las cosas corresponde, en gran parte, a los investigadores, historiadores, antropólogos, sociólogos, etc., precisamente para ir dando vida a todas estas expresiones, aun en este contexto de modernidad", dijo.
Celebración es patrimonio
La celebración del Día de Muertos en las comunidades indígenas mexicanas está en la lista del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
Para la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la fiesta reviste una importancia considerable en la vida cotidiana de las comunidades por la dimensión de la muerte que propone.
La ONU considera que la institución de la fiesta de los muertos, que es una emanación de la religión popular y de las fiestas católicas, revela una sinergia cultural entre el pensamiento indígena y el sistema ideológico importado en el siglo XVI por los europeos.
"El Día de Muertos en la cosmovisión indígena implica el retorno transitorio de las ánimas de los difuntos, quienes regresan a casa, al mundo de los vivos, para convivir con los familiares y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares puestos en sus honor. Su origen se ubica en el sincretismo entre la celebración de los rituales religiosos católicos traídos por los españoles y la conmemoración del Día de Muertos que los indígenas realizaban desde los tiempos prehispánicos; los antiguos mexicanos, o mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano, la cual coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, principal cultivo alimentario del país", dice la ONU.
Esto incluye prácticas como el adorno de las tumbas o hacer altares sobre las lápidas, lo que tienen un gran significado para las familias porque se piensa que ayudan a conducir a las ánimas y a transitar por un buen camino tras la muerte.
OCASIONES
en 2018 se volverá a realizar el desfile que aparece en James Bond.
