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Derecho a la vida

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LUIS F SALAZAR WOOLFOLK

La insistencia en presentar sendas iniciativas para legalizar el aborto provocado del ser humano, tanto en el Congreso de la Unión a nivel Federal, como en el Congreso del Estado de Coahuila, renueva el tratamiento de este tema.

Como ha ocurrido en el pasado, el asunto ha generado la reacción en contra de la iniciativa, en esta ocasión bajo el impulso de la denominada Ola Celeste, tendencia Pro Vida que ha cundido en América Latina, a raíz de que dicho movimiento descarriló en agosto pasado la legalización del aborto en Argentina.

Los argumentos esgrimidos por la Ola Celeste se sintetizan en la expresión "Salvemos las dos Vidas", que busca desactivar la oposición dialéctica que la llamada Nueva Izquierda, plantea entre los derechos de la libertad de la Madre "a disponer de su cuerpo" y el derecho a la vida del Hijo en formación en el seno materno. El valor superior del derecho a la vida del niño sobre la susodicha libertad es evidente y, además, el niño en gestación es sin duda, una entidad distinta a su progenitora.

De acuerdo a la propuesta "Salvemos las dos Vidas", las políticas públicas sobre el tema están obligadas a proteger a la madre que enfrenta un embarazo no planeado, y a ofrecer tantas soluciones cómo demande el caso concreto para asegurar la vida del niño que está por nacer, al propio tiempo que se pongan a disposición de la madre, opciones de apoyo tanto si conserva al crío, como si quiere darlo en adopción.

El principio según el cual el orden jurídico debe proteger el derecho a la vida desde el momento de la concepción data del Derecho Romano y permanece en nuestro sistema hasta el día de hoy. En efecto, el artículo 22 del Código Civil Federal reconoce el derecho a heredar y a recibir bienes en donación, en favor del ser humano que se encuentre en formación en el vientre de su madre.

El empeño de legalizar y hasta promover el aborto mediante políticas públicas de población o por simple capricho derivado de un individualismo irresponsable, coloca a nuestro sistema jurídico en la contradicción de privar de protección a la vida humana desde la concepción como derecho fundamental, mientras lo protege para efectos meramente patrimoniales.

Lo más lamentable es que la falta de un enfoque adecuado y profundo en el tópico que nos ocupa, deriva de que el tema está incluido en la agenda de organismos financieros internacionales que en su intento por manipular el destino de los pueblos, promueven políticas deshumanizantes para efectos de control.

Esta tendencia tiene su origen en la ideología emergente de la Nueva Izquierda, que ha substituido la lucha de clases por una estrategia de pulverización de las causas sociales, y que utiliza la división de los ciudadanos y las organizaciones no gubernamentales para enfrentarlos entre sí, como herramienta de control político. Lo anterior ocurre con el pretexto de luchas de toda índole que mantienen a la sociedad en pleito constante consigo misma, para beneplácito de malos gobiernos que en la fragmentación resultante, sustentan su autoritarismo y su falta de rendición de cuentas.

Es cierto que en una sociedad democrática que garantiza la libertad de opinión y de expresión, es lógico que exista el debate en cualquier tópico, sin embargo, no es el contraste de las ideas lo que genera el odio y la división, sino el olvido de que nuestros derechos terminan, justo donde comienzan los derechos de los demás.

De la estrategia de división y lucha de contrarios a la que me refiero con anterioridad, trata la obra "La Trampa de la Diversidad" escrita por Daniel Bernabé, cuyo libro comenta el lunes de la semana pasada Arturo González de modo brillante, en este mismo espacio editorial, y que hoy cito para efectos de atento reconocimiento, remitiendo a la liga https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1508560.la-destruccion-de-lo-comun-y-colectivo.html.

La alerta que propone la tesis en comento frente al Estado y los poderes fácticos mundiales, no prejuzga sobre el bien o el mal, ni sobre la verdad o la justicia, ni lo fundado o impertinente de cada causa. Lo anterior porque para dividir a la sociedad, lo mismo se cuestiona el Derecho a la Vida, que se manipula el sistema anticorrupción, los "derechos" de los animales, la protección del medio ambiente, la ideología de género, la participación de los transexuales en el concurso Miss Universo", etcétera, etcétera, etcétera.

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