Este parece el mundo al revés. Bueno ni tan al revés, depende de las conveniencias. Esto viene a cuento por sendos hechos acontecidos en esta semana en las sedes de los poderes legislativo a nivel local, en este caso en la capital Saltillo donde se aloja el Congreso de Coahuila y lo sucedido en la Ciudad de México, donde se encuentra el Palacio de San Lázaro, recinto oficial de la Cámara de Diputados, quienes representan a todos los mexicanos.
En el primer caso, en el Congreso local el día de antier se llevo a cabo una acalorada discusión entre los diputados opositores del PAN y de UDC, versus los oficialistas legisladores del PRI y ahora sus aliados, el diputado por el PRD Édgar Sánchez (partido por cierto en franca extinción) y nada menos que por una diputada del Movimiento de Regeneración Nacional, Elisa Catalina Villalobos (MORENA. Sí, el partido de Andrés Manuel López Obrador).
El debate se centraba en la propuesta de otro diputado de Morena, Benito Ramírez, quien impulsaba crear un punto de acuerdo para crear una comisión mixta que vigilara en su caso las renegociaciones de la deuda pública de Coahuila.
Ante la asistencia de los 25 legisladores locales, se llevo a cabo la votación para en su caso subir el punto de acuerdo y el resultado fue un empate doce a doce. A favor del punto de acuerdo para la creación de comisión votaron en bloque los panistas (10) más un voto de un diputado de Unión Democrática de Coahuila (UDC) y el del propio morenista Ramírez. En contra los 10 diputados del PRI, más el voto de Édgar Gerardo Sánchez Garza, declarado independiente pero que llegó al congreso por la UDC y del perredista Sánchez. El voto que hubiese desempatado la votación lo tenía en su manos Villalobos de Morena, que extrañamente había salido del recinto cuando se llevo a cabo el recuento de votos, haciendo que con el empate quedara sin efecto por ley la redacción del punto de acuerdo.
Evidentemente que a nivel local, el partido en el poder ha maniobrado para que aun cuando no tiene los votos para construir mayoría por sí mismo, con sus artes ha logrando allegarse de los sufragios de diputados del PRD, de MORENA y hasta de independiente, para conseguir los resultados legislativos a su favor.
Pero ironías de la vida. Mientras en Saltillo el PRI obtiene lo que merece a través de diputados locales de MORENA, en San Lázaro se vive el lado reverso de la moneda. Durante la comparecencia del Secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio González Anaya, la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, la morenista Dolores Padierna quien presidió la sesión en ausencia del presidente de la Cámara Porfirio Muñoz Ledo, aprovechó su posición de poder luego de las intervenciones del Secretario y de diversos diputados que se habían anotado en el orden del día para hacer uso de la palabra, para arrebatar el micrófono proclamando un mensaje a todas luces de corte partidista, alejado de la institucionalidad de la envestidura de su cargo le obligaba.
Haciendo alusiones a la Cuarta Transformación, eslogan del nuevo gobierno que entrará en funciones a la cero horas del próximo primero de diciembre, Padierna fustigó al Secretario de Hacienda y a la disminuida fracción del PRI, quienes a manotazos reclamaban por el abuso que estaba cometiendo la diputada Padierna.
Lo irónico es que los legisladores priistas más reactivos se encontraban René Juárez, ex presidente nacional de ese instituto político; y los ex gobernadores de Durango Ismael Hernández Deras y de Coahuila, Rubén Moreira Valdés, quienes fueron aplastados porque a nivel federal porque ellos que fueron faraones en sus estados, son apenas pertenecientes a una fracción parlamentaria que no alcanza ni el 10% de la misma (son 47 miembros).
A simple vista no parece haber lógica, mientras que la diputada de Morena Elisa Villalobos acá simplemente ayuda al partido gobernante (El PRI) en la capital de la república otra morenista, Dolores Padierna abusa de ellos utilizando la mayoría que posee, la misma mayoría que Villalobos le confiere al priismo. ¿Quién está mejor o peor? ¿Dolores o Elisa Catalina? Es cuestión de análisis.
