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UNA COSTUMBRE MUY JAROCHA

Una costumbre muy jarochaUna costumbre muy jarocha

Los veracruzanos dicen e insisten en que ir a Veracruz y no visitar el Café de la Parroquia es como no conocer ese puerto. Me encantan los pimentosos jarochos enamorados de sus tradiciones, aunque la afirmación se me hace un poco exagerada, porque en el mismo estado, por ejemplo en Coatepec y en Xico, puedes conseguir un excelentísimo café preparado o sin preparar.

Claro que en el caso de la Parroquia cuentan también - y mucho - las costumbres centenarias que siguen prevaleciendo aún en la actualidad y el hecho de que grandes personalidades acuden regularmente y hasta han viajado especialmente a Veracruz para disfrutar el ambiente de este particular restaurante. Dicen que Agustín Lara iba con mucha frecuencia y que don Porfirio Díaz fue a tomarse un cafecito a ese lugar antes de abordar el buque Ypiranga que lo llevaría al destierro.

En algún momento, pensé que el nombre del Café de la Parroquia se debía a que una parroquia es un establecimiento al que acude con asiduidad un determinado grupo de personas, pero no. El nombre se debe a que estaba ubicado frente a la Iglesia de la Asunción, que era la Catedral del Puerto.

El pintoresco café fue fundado en 1908 por José Capdeville, un joven de origen catalán y originalmente se llamaba "El Caballo Blanco". Desde 1926, pasó a manos de una familia de apellido Fernández.

El famoso café tiene una serie de detalles costumbristas. Por ejemplo, no hay quien te acomode o te asigne una mesa. Tú llegas, y si ves una mesa disponible, vas y te apoderas de ella. Luego, para llamar al mesero porque quieres que te atienda, tienes que tintinear golpeando el vaso con una cuchara.

El café más popular ahí es el "café lechero", que obviamente está hecho con leche en vez de agua. Al primer tintineo, viene un mesero y pone en tu vaso un chorrito de café concentrado. Luego, hay que tintinear de nuevo para que venga otro con una gran jarra y te sirva la leche caliente.

El café se produce en un arbusto llamado cafeto. Aunque muchos creen que la costumbre nace en nuestro país, la verdad es que sus inicios se ubican en el siglo XV en Arabia, de donde pasó a Europa a través de los turcos y luego a América, donde por tener las condiciones climáticas adecuadas, se produce con inmejorable calidad en Colombia, Brasil, Nicaragua, Venezuela y desde luego, en suelo mexicano.

El cafeto requiere para su crecimiento de un clima cálido con altos niveles de humedad y el sol no debe incidir directamente sobre la planta, por lo que generalmente se siembra junto a palmas plataneras que le dan sombra.

Fuera de todo lo demás, usted siga disfrutando los inspiradores efluvios de una taza de café para hacer mejor su trabajo o para convivir cordialmente con su familia o con sus amigos.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios: [email protected]. Twitter: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA:

Enrique Cuauhtémoc quiere saber cómo se conjuga el verbo libertar.

LE RESPONDO:

En primera persona singular del modo indicativo, libertar es yo liberto, tú libertas, él liberta, nosotros libertamos, vosotros libertáis, ellos libertan.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

El hambre hace salir del bosque al lobo y del arte al escritor.

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