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La política de masas del obradorismo

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Mañana 16, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) inicia la "Gira de Agradecimiento 2018", en la ruta del Pacífico. Comienza otra etapa de la sucesión y regresa a las plazas públicas como presidente electo de México, a las regiones que le dieron los 30 millones de votos. Le esperan también la protesta y los desacuerdos con su proyecto de gobierno. La Laguna, donde tiene prometido un plan de desarrollo regional, no figura en la agenda de la primera semana.

Comenzará este domingo en Tepic, Nayarit, y en Mazatlán, Sinaloa. El lunes estará en La Paz, Baja California Sur; el martes en Guadalajara, Jalisco. Proseguirá el miércoles en Ixtepec y Juchitán, Oaxaca, y culminará la primera etapa el jueves en Mexicali, Baja California.

Manejó López Obrador una política de masas para ganar la presidencia de la República; identificó el hartazgo de la gente y diseñó una esperanza, encontró el medio de comunicación perfecto y explotó los puntos flacos de sus contrincantes; fue la base del triunfo. Ahora será diferente.

No serán actos de campaña ya en busca del voto. En la gira sostendrá, como presidente electo, encuentros con gobernadores y autoridades locales, institucionales, a quienes presentará su programa de desarrollo. Pero lo relevante, lo más importante, será el nuevo contacto de AMLO con la población abierta y la reacción de ésta en las plazas públicas, donde tiene previsto mítines.

Verá el país otra faceta, la de un político en transición, a 76 días de convertirse en Cabeza del Estado, en conexión directa, sin filtros, con muestras quizá representativas de los 30 millones de votantes, quienes acudirán a él en busca de la esperanza prometida y de la salida del hartazgo. Seguramente AMLO les pedirá, a ellos también, la reiteración del respaldo a su gobierno.

Como adelanto, el miércoles pasado obtuvo el aval de 12 gobernadores, priistas y panistas, a sus planes de gobierno, para impulsar a partir del primero de enero del 2019 lo que él considera el desarrollo de 15 ciudades de alta marginación. Las primeras en la frontera norte: San Luis Río Colorado, Tijuana, Matamoros, Acuña, Ciudad Juárez; las segundas en el sur y centro del país: Nicolás Romero, Chimalhuacán, Texcoco, Chalco, Cuautitlán Izcalli, Acapulco; y las terceras en la costa del Pacífico: Los Cabos, Bahía de Banderas, Nayarit, Puerto Vallarta y Solidaridad.

Pero la situación del país es mucho más complicada todavía.

Habitantes de Cabo San Lucas, Baja California Sur, anuncian que este lunes rechazarán durante el mitin de López Obrador en La Paz el proyecto minero Los Cardones-La Pitaya del empresario Ricardo Salinas Pliego, y de cualquier otro que amenace su territorio.

En Oaxaca, 17 pueblos zapotecos de la Sierra de Juárez forman un frente contra megaproyectos, supercarretera y transgénicos. Se reunirán el 25 de septiembre con autoridades municipales y comunales de la región para prever los impactos que podrían tener los megaproyectos que se pretenden implementar también en su territorio indígena. Someterán a Juicio Popular Comunitario al Estado y empresas mineras los días 11 y 12 de octubre en la ciudad de Oaxaca, pues desde el 2010 sin informarles ni pedirles su consentimiento, la Secretaría de Economía entregó concesiones sobre más de 25,000 hectáreas, entre otras a una empresa canadiense, para la extracción de oro y plata.

Dice su comunicado: "Se ha anunciado por el presidente electo la reforestación de un millón de hectáreas en nuestro país, sin mencionar explícitamente que somos un país megadiverso y que sembrar plantaciones de árboles con características genéticas homogéneas es contradictorio con nuestra naturaleza".

En el Istmo de Tehuantepec, donde el miércoles López Obrador presentará el plan nacional de reconstrucción, hay fuerte oposición a megaproyectos eólicos y a las Zonas Económicas Especiales.

En Chiapas, indígenas de Loma Bonita y Las Nubes, municipio de Maravilla Tenejapa, rechazan la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Presa Santo Domingo -que viene del sexenio de Enrique Peña Nieto-, así como el Tren Maya Peninsular anunciado por López Obrador. El primero, dicen, desaparecería centros ceremoniales y provocaría desplazamiento masivo de población. Y del segundo enfatizan que no dejarán que empresas extranjeras invadan sus territorios.

En el Valle de México crece la fuerza opositora al aeropuerto en Texcoco.

Comenzará así la "gira de agradecimiento", del obradorismo hecho gobierno.

@kardenche

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Escrito en: Yo Río Libre

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