Para las nuevas generaciones "subirse al tren del mame" significa emitir una opinión, escrita o gráfica, sobre un tema con el único motivo de que está de moda, especialmente en las redes sociales. En realidad, no importa lo que se dice ni si se argumenta de forma correcta o no, lo único relevante es no quedar por fuera de ese asunto del que todos están hablando.
La semana que estamos concluyendo, por ejemplo, el "tren del mame" se movilizó gracias a un vendedor de la empresa Bimbo que fue grabado en video robándole producto a uno de sus clientes. De manera simultánea, se hablaba masivamente de una serie de Netflix (en particular de un personaje interpretado por la actriz Cecilia Suárez); de la muerte de Aretha Franklin, la llamada reina del Soul y de la liberación de Elba Esther Gordillo, entre otros asuntos.
Al "tren del mame" se sube por distintas puertas: desde aquellos que siguen al cardumen emitiendo una opinión que coincide con lo expresado por la mayoría (indignación, alegría, tristeza, temor, etc.) hasta aquellos que ven en cada tema una oportunidad más para "intelectualizar" a sus congéneres, mostrándoles una realidad más amplia que contrasta con el sentimiento generalizado de las mayorías; como hicieron los que construyeron todo un ensayo sobre la justicia mexicana, al comparar los casos de "la maestra" y el "roba gansitos". Hay que insistir: lo importante con el tren es treparse, sin importar qué tal elevado sea el paso que se da para subir.
Rara vez duran los temas, más bien se trata de asuntos efímeros que pasan al olvido tan pronto como aparecen nuevos "entretenimientos". Por supuesto, hay algunos que se superponen, pero, eso también opera de manera fortuita, sin que medie en ello ningún plan. El "tren del mame" tiene una vida propia y caprichosa.
Desde que estuvo al frente de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador mostró su enorme capacidad para dictar la agenda pública y mediática de México. Su sentido del tiempo (eso que se indica muy bien con el vocablo inglés "timing") le permiten ser la fuente de noticias más relevante del país, incluso sin gobernar. Se habla de lo que a él le conviene, cuando él lo decide y en el tono que mejor le parezca. Sabe crear conflicto y entiende cómo salir airoso siempre. Vive de y para las primeras planas.
Visto desde las extrañas prácticas contemporáneas, Andrés Manuel sería algo así como la locomotora del tren nacional del mame.
