Es angosto y tiene baches. En el Periférico de San Pedro abundan los baches y es angosto, hay riesgo, pues corre con un canal de riego. (RAMÓN SOTOMAYOR)
Con baches, sin señalamientos, sin rayado en los carriles, sin acotamientos, sin iluminación y sin vigilancia, las carreteras que atraviesan los municipios de la Comarca Lagunera no reciben el mantenimiento suficiente para la gran afluencia vehicular que manejan, por lo que la mayoría están en condiciones muy deterioradas.
El Siglo de Torreón realizó un recorrido por las carreteras Gómez Palacio-Tlahualilo, Viesca-Jimulco-El Huarache, Parras-Viesca, San Pedro-Cuatrociénegas, Cuencamé-Durango y Jiménez-Gómez Palacio para constatar las condiciones en que se encuentran y el riesgo que implica el circular aquí para los conductores.
Por el lado de Durango, la carretera Gómez Palacio-Tlahualilo ha recibido inversión en el área de Gómez Palacio, donde incluso cuenta con cuatro carriles, pero a la altura de Gregorio A. García se hace de dos solamente, uno por cada sentido, y aquí hay un fuerte problema de congestionamiento vial porque hay muchas rancherías, además de que circula tráfico pesado como camiones y tráileres junto a pequeños automóviles que salen de las comunidades.
A partir de aquí, el pavimento está dañado, no hay acotamientos ni señalamientos y el alumbrado es el propio de las comunidades, pero no hay en la carretera, también hay hundimientos y baches.
Por el lado de Coahuila, hay una carretera de Mieleras a Jimulco que luce en muy buen estado debido al poco uso que recibe, sólo requeriría de iluminación por las noches. Al llegar a Juan Eugenio, se constató la reconstrucción de la carretera que va al Tanque Aguilereño, recién pavimentada.
La carretera San Pedro-Cuatrociénegas fue concluida en su totalidad, tras más de 10 años de construcción. En la Viesca-Parras también se observa una mejora en la infraestructura, pues ya fueron terminados los cuatro puentes, con lo que se espera reducir considerablemente los accidentes viales, sin embargo, un pendiente al que no se atendió fue la promesa del exgobernador Rubén Moreira con los pobladores de Matamoros, a quienes les dijo que ampliaría la carretera, luego de que el 29 de septiembre de 2012 murieron 15 personas a la altura del ejido Congregación Hidalgo. Iban a una quinceañera y aún se observa ahí la enorme cruz que recuerda a los conductores de la tragedia, mientras el camino sigue igual, sin iluminación, angosto, sin acotamientos, sin señalamientos, sin semáforo a pesar de la salida de vehículos que se suman al tráfico pesado.
