(ESPECIAL)
La vida es preciosa. Un regalo maravilloso que debemos aprender a apreciar cada día. Pero la vida también tiene momentos difíciles, épocas duras que nos hacen sentir deprimidos y roban nuestra alegría. Es importante saber que todo tiene solución. Podemos caernos, pero no quedarnos en el suelo.
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Acepta los tiempos difíciles
La vida se trata de subidas y bajadas. Debes aceptarlo. Todos tenemos problemas. Es imposible pasar por este mundo sin sufrir muchas dificultades. Por tanto, debes aceptar que los tiempos difíciles llegarán.
Cuando aceptas que las nubes grises se posan sobre todos, será menos traumático cuando lleguen los problemas. Es una situación similar a cuando se pierde un familiar. Mientras más rápido se acepte el duelo, más pronto llegará la sanación.
La importancia de la automotivación
La motivación no llegará de fuera. Si pones tu alegría en algo externo, ¿qué ocurrirá cuando eso se vaya? La motivación para superar los momentos duros de la vida debe provenir de tu interior, de tu corazón y tu mente.
Diversos estudios científicos han confirmado el poder incalculable de la mente. Tu cerebro te puede hacer sentir feliz o deprimido con un solo pensamiento. La buena noticia es que la mente no tiene vida propia, aunque a veces lo parezca.
Tú controlas tu mente y los pensamientos que se anidan en ella. Es cierto que vendrán pensamientos negativos, pero tú decides si meditar en ellos o no. No puedes evitar que un pájaro vuele sobre tu cabeza, pero sí tienes la potestad de prohibir que cree su nido.
¿Cómo encontrar la motivación?
Los problemas van a venir de cualquier forma, no lo puedes evitar. Pero tienes el poder de decidir cómo actúas frente a cada dificultad. La reacción ante los momentos difíciles es lo que realmente te definirá.
Cometemos el error de ver los problemas mucho más grandes de lo que son. Peor aún, solemos preocuparnos por cosas que nunca ocurrirán. Pero cuando llegan los momentos difíciles, recuerda que no es lo único que tienes en tu vida.
También cuentas con una familia que te adora, amigos, salud, bienes materiales y, sobre todo, con tu libertad interior que nadie puede vulnerar si no lo permites.
Durante las tormentas, enfócate en los puntos positivos de tu vida. Deja de pensar en lo malo y dirige tu mirada en aquello que te hace feliz. Así, casi instantáneamente, comenzarás a ver la situación desde otra perspectiva.
Recuerda los problemas que has superado en el pasado. Seguramente sentiste que te hundirías, que no había mañana, pero aquí estás. Lo superaste. Todo problema tiene solución. Nada es tan grave como para no levantarse. Incluso las personas que han perdido a su familia en un accidente logran recuperarse con el paso del tiempo.
Recuerda tus victorias pasadas. Eso te ayudará a comprender que de esta situación también saldrás fortalecido. Las dificultades son pruebas que nos hacen más fuertes y nos preparan para mayores desafíos en el futuro.
Vive el presente
Alguien dijo: “Vive el presente, porque allí estarás el resto de tu vida”. Tiene sentido. El pasado ya pasó y el futuro nunca llegará, porque vamos de instante en instante.
Cuando aprendemos a vivir el presente, no nos preocupamos por lo que ya ocurrió ni por lo que está por venir. Cada día trae sus propias preocupaciones, no vale la pena pensar en lo que todavía no ha ocurrido.
Si estás totalmente en el presente, te sentirás tranquilo y feliz. No es algo que se logra de la noche a la mañana. Debes disciplinar a tu mente para que te obedezca. Día a día intenta enfocarte únicamente en el presente, hasta que se convierta en un hábito.
Entender que siempre hay alguien que atraviesa una situación más difícil que la tuya también te ayudará a superar los problemas. Puedes crear un vínculo interno de empatía con las personas que están luchando su propia batalla. Ese problema que te agobia lo han superado otras personas y tú también lo harás.
