Nosotros Desayunos Eventos Salud

Piénsale piénsale

UNA MANO LAVA LA OTRA Y AMBAS LAVAN LA CARA

Hoy tenemos todos juntos la oportunidad histórica de salir finalmente de nuestras lógicas de acusación y rechazo. De comenzar un nuevo ser como país. Para ello, es necesario que estemos convencidos de una cosa: es seguramente con la izquierda que nuestro México tendrá una cita consigo mismo. Es ésta la cita más decisiva de todas para nuestro vivir juntos como país. La limpieza todo lo que hemos acumulado como sociedad se hará con ambas manos o no se hará nunca. Ésta será la prueba crucial. ¿Por qué? Por que México tiene nuevamente en la confrontación de tendencias político-económicas la oportunidad de unidad y de reconciliación, como lo ha caracterizado su devenir histórico, que anuncia y proclama al mundo entero la grandiosa armonía de México, que unió lo europeo y lo indígena, la antigua y la nueva religión. Es a la vez una prospectiva cargada de esperanza y una responsabilidad de continuar su misión en el mundo.

Ante la violencia y la crisis post-electoral que está enfrentando izquierdas y derechas, México puede encontrar en el valor de la unidad y la idiosincrasia nacional su proyecto cargado de responsabilidad mundial, pues la crisis social, económica y ecológica se extiende más allá de nuestras fronteras. Este proyecto es favorecido por un lugar estratégico, una coyuntura histórica y una fuerza cultural.

Ante el incumplimiento de las expectativas neoliberales. Las izquierdas y derechas tienen que buscar un sistema común basado en una economía centrada en el hombre y no en el dinero. La resistencia de quienes se benefician con este sistema, aunque poderosos, no es más que el 1% de la población mundial, pero controla decisiones y recursos, y provoca violencia, injusticia e inequidad. Continuar enfrentándonos será perder la oportunidad de superar esas resistencias.

Seamos lo que siempre hemos sido: pueblo solidario; entonces, nuestro pueblo continuará siendo "un" pueblo reunido con sus diferencias por la adhesión de todos al proyecto fundamental: "la patria es primero", frase que preside las sedes de los poderes de la unión. Sin este interés mayor, la presencia de tendencias ideológicas encontradas serán, tarde o temprano, motivo de división interna y de confrontación.

Las izquierdas son una oportunidad para México y México es una oportunidad para las izquierdas. En medio de ideas cuestionables, también nos cuestionan nuestros propios males como nación. Es la ocasión y el desafío de quitarlos, pero a condición de no perder la imagen que México tiene de si mismo, de sus valores y riquezas, de su capacidad de ser mosaico que renueva los espíritus imaginarios. Es necesario aprender a reconocerse al mismo tiempo, sin contradicción, una y diversa, invisible y múltiple, fina y fuerte, cristiana y precolombina. La patria íntima, leve, cuya unidad castellana y morisca, rayada de azteca, no proclama la violencia. Esta Patria nace contra la lucha fratricida, contra el domino homicida de Caín. Es la Patria de mirada mestiza que une la provincia y la Capital, el establo y el petróleo, el México antiguo y el México moderno, lo católico y lo pagano… La Patria dibujada por Velarde en epítetos inolvidables sigue ahí "impecable y diamantina", "alacena y pajarera" es una patria fiel a su espejo diario, pero alejada de la violencia de las horas.

La supremacía de la barbarie, que pulveriza o enloda todo, nos invita a pensar en lo profundo y descubrir nuestra suave Patria más allá de ideologías, radicalismos o dogmatismos. Ante la miseria que desplaza la pobreza, las caravanas del hambre que han levantado sus casas en la ciudad perdida que ha ido ciñendo - estrangulando - a nuestras ciudades. La delincuencia que se ha vuelto penosamente cotidiana con crímenes de todo tipo, secuestros como vasta organización y crecimiento a niveles insoportables de la deuda y desempleo, la Patria nos llama a volver a una nacionalidad que desde hace mucho no escuchamos, esa Patria, en fin, como el íntimo y mejor refugio anta tanto terror y desamparo. No ya la Patria del oropel, no ya la Patria de lo irracional y tonto: no ya la corrupta ni la inicua, sino la trásfuga de lo trivial, de lo obvio. La gran Patria de la virtud, a lo que no pueden manchar los que intentan destruirla porque es etérea, es íntima, ingrávida, insustancial, disociada de lo álgido, de lo "no Patria"

Renuente a prácticas deshumanizantes, divisoras del país, La suave Patria perdura, opuesta a quien quiera exfoliar a México, y llama a la conversión desde dentro a cada uno de sus hijos a sentirse parte de ella, estar a la altura de esa Patria que supera lo irracional, lo egoísta, lo particular, que une y cohesiona. Nuestra sociedad mexicana está llamada a permanecer fuerte, no obstante las amenazas, pintada por el dedo de Dios para ser mensaje y proyecto divino de armonía en México y el mundo.

  Por: Arturo Macías Pedroza

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1484497

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx