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TORREÓN, ¡CÓMO VA CAMBIANDO TORREÓN! / iV

(Primera parte)

"La vida moderna exige y está a la espera de un nuevo tipo de plan tanto para la casa como para la ciudad". Le Coubusier.

Durante todo el primer año de la carrera de Medicina, las tres casas de asistencia en las que me tocó vivir se ubicaban, la primera por la calle Comonfort entre Morelos y Juárez; el resto del año las dos se ubicaban, y se siguen ubicando, por la Avenida Morelos, a no menos de tres cuadras de la Escuela de Medicina, obvio es que lo hacíamos para no tener que pagar los carritos de ruta y otra que en pocos minutos llegábamos a ella.

Siempre me llamó la atención una hermosa residencia ubicada por esta misma avenida, muy cerca de la Alameda Zaragoza, y siempre que hablaba de ella, lo hacía refiriéndome a "esta gran casona", rodeada de un bien cuidado jardín, donde se apreciaban plantas y árboles de ornato y en todo su alrededor césped que siempre se mantenía muy bien podado. Creo que en ese entonces, fines del 68', todavía estaba habitada por sus propietarios; sin embargo, un día observamos que ya se encontraba vacía y tuvieron que pasar muchos años para que se convirtiera en un restaurante, al que irónicamente lo "bautizaron" con el nombre de La casona.

Por todo el trayecto de esta avenida, a partir de la Alameda Zaragoza hasta llegar al recién inaugurado edificio de la Escuela de Medicina, se ubicaron hermosas casonas, muchas de las cuales aún se conservan en su arquitectura origina, otras fueron siendo remodeladas y ya su giro fue meramente comercial y también en consultorios. Lo mismo sucedía con las Avenidas Matamoros y Allende desde la Calzada Colón hacia el poniente, donde se ubicaron hermosas residencias, incluyendo las que se encontraban por la Calle González Ortega hasta la Allende, algunas de las cuales siguen conservando su arquitectura original y otras que han sido "drásticamente" remodeladas.

Y qué puedo decir de mi Alma Mater, la ahora Facultad de Medicina, que siempre la he visto con ojos de amor, de cariño y perene agradecimiento, ya que en ella hice realidad mi sueño de llegar a ser médico. En ese entonces, la avenida estaba libre y tuvieron que pasar muchos años para que la cerraran al tráfico vehicular. En frente de ella, se encontraba el hospital civil, mismo que con el paso de los años se convirtió en Hospital Universitario.

Dirigiéndonos hacia el poniente de la ciudad, nos topábamos con el Bosque Venustiano Carranza, el cual muy poco visitábamos y enfrente del mismo, por la Avenida Juárez, ya con camellón central, precisamente a partir de la Calzada Cuauhtémoc y la Avenida Juárez, se encontraba la escuela secundaria y preparatoria del mismo nombre, y en la esquina, desde aquel entonces, una guardería infantil.

Algunos años antes de llegar a esta ciudad, había escuchado muy buenos comentarios tanto del Bosque Venustiano Carranza como de la preparatoria del mismo nombre, que venía equivaliendo al Ateneo Fuente de Saltillo y a la Escuela Preparatoria Federal de Nueva Rosita, las tres con edificios fuera de las construcciones escolares.

El edificio de la Venustiano, como solía ser nombrada por sus ex alumnos y los alumnos de la época, se me hizo un edificio muy fuera de la época, sabía también que en ella trabajaba una secundaria. Un día, se construye un nuevo edificio para la preparatoria ubicado por el Buolevard Revolución esquina con el Paseo de la Rosita y tan sólo quedan en el primero dos secundarias que trabajaban, al parecer una por la mañana y la otra por la tarde con distintos nombres.

  Por: Dr. Leonel Rodríguez R.

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