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Ninis

Diálogo.

YAMIL DARWICH.

Así nombramos a los jóvenes que NI estudian, Ni trabajan y representan un problema económico-social que debe atenderse por el bien común.

Son personas que a pesar de tener todos los derechos otorgados en nuestra Carta Magna, no pueden beneficiarse con ellos ni tienen una expectativa clara de poder hacerlo; estudiar o trabajar les es dificultoso por pertenecer al grupo social que no recibe las oportunidades para poder salir adelante por sí mismos.

Ellos representa a un grupo de más de 20 millones de latinoamericanos y al menos 3.5 millones están en México.

El presidente electo les ha prometido un subsidio de 3 mil quinientos pesos mensuales, otorgados para que puedan estudiar y evadir la condena de vivir en pobreza o miseria, pero desgraciadamente eso no resolverá el problema y por el contrario, el Banco Mundial ha denunciado que el grupo se está incrementando. La lógica es simple: la crisis económica desfavorece la creación de empleos y los malos oportunistas la aprovechan para utilizar fuerza de trabajo barata e informal y claro, habrá muchos que encontrarán un mayor beneficio en ser declarados ninis, que percibir pagos menores al subsidio recibido.

A ellos los han estudiado y descrito los organismos nacionales e internacionales: son jóvenes entre 19 a 24 años de edad, mayoritariamente varones en relación de 3 a 1 con respecto a las mujeres; por lo general no tienen escolaridad más allá de la educación básica, quizá secundaria y su aprovechamiento académico fue deficiente por causas propias y del sistema educativo, lo que les limita en la comprensión, comunicación y desarrollo de habilidades intelectuales; presentan deficiencias en el manejo del lenguaje - escaso - y tienen dificultades para realizar operaciones matemáticas fundamentales.

Buena parte de ellos proceden de unidades familiares disfuncionales y/o monoparentales, eso les genera encono por sus desventajas, incrementándose ante su falta de oportunidades para el trabajo, llevándolos al resentimiento social.

Con esas particularidades Usted podrá comprenderlos y sin justificar sus acciones, si dimensionar las consecuencias: buscar formar parte de la ilegalidad, que va desde la piratería hasta el narcotráfico - con todas sus variantes - buscando ingresos para cubrir sus necesidades básicas y las de sus familiares. Pongámonos en su lugar.

El círculo vicioso de la pobreza y miseria se incrementa con otros factores importantes, entre ellos: la unión de ninis en pareja o matrimonio con el temprano embarazo de la mujer - muchas de ellas menores a los 18 años - que tiene nula o muy pobre educación sexual; la ineficiencia y pocas alternativas existentes de programas educativos orientados a generar en ellos sentido de productividad y autoempleo.

Ayudarles a desarrollar competencias para el trabajo - ese sector desfavorecido no las posee - y ofrecerles medios para iniciar un pequeño negocio que les genere ingresos honestos es tema desatendido y que no se resuelve con las carreras técnicas, bachilleratos tecnológicos o programas nacionales de apoyo - inalcanzables por ellos - que aportan soluciones, pero excluyen a esos muchachos.

Se trata de desarrollarles competencias para aplicarlas casi de inmediato, sin mayores pretensiones y que sean capaces de reparar, instalar, ofrecer ayudantías, etc. En el caso, capacitarlos para realizar trabajos como obreros y luego especializarlos.

Enfrentar la realidad se basa en aceptar y atacar la baja escolaridad y educación en México; dejar de justificar las acciones de gobierno con cifras de graduados de todos los niveles, que en realidad no entregan personas con capacidades para desempeñarse productivamente en la vida.

Incluya una celosa supervisión y apoyos para el desarrollo de calidad académica, desde educación básica hasta profesional y posgrado. El compromiso político sindicalista es un reto a resolver.

Reconozcamos nuestras responsabilidades como ciudadanos: empresarios que apoyen programas educativos con objetivos claramente definidos, medibles y evaluables; profesores preparados, lo que representa regresarlos al aula como estudiantes y darles estímulos para el aprovechamiento académico; acostumbrarnos a pagar lo justo por los servicios elementales - a ellos si les regateamos … ¿verdad? - y exigir a las autoridades que cumplan con sus funciones, en tiempos y formas y que nos lleven a la superación educativa.

AMLO tiene detectado el problema, pero … ¿estará dispuesto a atacarlo y enfrentar las resistencias? Al menos ya dialogó con empresarios.

El reto: contener el incremento del número de "ninis" y luego disminuir sus tasas a lo menos posible, atendiendo la poca, nula o mala educación escolarizada y su empleo informal.

Este problema y otros más, que tenemos como mexicanos, solo será posible encararlos con el trabajo coordinado de todos los sectores; requerimos la confianza a partir de resultados dados por las nuevas autoridades que buscarán "reconciliación y la Cuarta República", incluyendo desarrollo nacional con justicia y equidad.

El camino es largo, pero mejor empezar a andarlo ¡ya!, aunque sea lentamente, pero con pasos firmes, cada cual haciendo lo que nos corresponde.

¿Acepta hacer su parte?

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Escrito en: Yamil Darwich

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