Ya pasados algunos días del maremágnum que representó el efecto de Andrés Manuel López Obrador y donde naturalmente todas las miradas se centran en los cambios prometidos por el próximo presidente de México. Poco a poco, la vida provinciana vuelve a la normalidad y con ello empieza el corte de caja de lo que será el devenir de la vida pública en los estados de la república, particularmente para efectos de esta columna lo que se espera en la vida pública de Coahuila y Durango.
En primera instancia, despierta muchas inquietudes la propuesta de Andrés Manuel López Obrador de designar "súper delegados" federales que tengan la coordinación de todas las dependencias de ese orden, con el objeto de tener un mejor control de la actuar de todas las instancias del Gobierno de la República en las entidades federativas.
¿Qué implicaciones tiene esto? Más de lo que se puede pensar de primera. Hasta ahora, lo delegados federales ocupan posiciones que terminan manejando más presupuesto que poder o notoriedad pública, con lo cual se abre de manera natural una oportunidad para dado caso, poder actuar con cierta holgura. No es muy común enterarse en los medios cuál es el desempeño de los delegados federales en nuestros estados: ¿quién recuerda de primera el nombre de delegado de Comunicaciones y Transportes, de Salud, de Desarrollo Social? Todos ellos manejan ingentes cantidades de dinero público. Poco se les escruta.
Por ello estos nuevos coordinadores como los han llamado desde la ciudad de México, Reyes Flores Hurtado, coordinará en Coahuila; Enrique Novelo (a quien muy pocos conocen en la región) hará lo propio en Durango, serán relevantes y notorios de ahora en adelante.
En el caso del primero, Reyes Flores Hurtado tiene trayectoria de lucha. Fue presidente de Acción Nacional estatal bajo las órdenes del otrora poderoso Guillermo Anaya. Con el tiempo, Flores se apartó del quien había sido su líder y terminó recalando en el manto del ahora senador electo Armando Guadiana Tijerina, y con ello selló su arribo pleno a MORENA. Cosas del destino, éste ha colocado a Flores en los cuernos de la luna de la vida política mientras que Anaya Llamas por ahora está viendo menguar su estrella. Más allá de eso Reyes concentrará facultades suficientes para ser un contrapeso del gobierno local, al igual Novelo, quien a diferencia de su par coahuilense no tiene arraigo alguno en la región pero aun así hará la función propia en Durango, tal y como cada uno de los coordinadores que nombró el virtual presidente electo.
Con estas circunstancias es natural prever un futuro con historias inéditas en nuestros estados. Por el lado de Coahuila, donde nunca se ha vivido una alternancia en el poder ejecutivo estatal, el gobernador Miguel Riquelme tendrá que navegar con un presidente de la república de un partido distinto al de él, pero además con una pobre representación legislativa; apenas ganó 2 de 7 distritos federales y una senadora, además el ex gobernador Rubén Moreira también ocupará una curul. En el mismo tema, el Congreso local teóricamente es de oposición, pero en la grilla local el gobierno del Estado ya ha ido haciéndose de diputados suficientes para alcanzar la mayoría, lo que le da margen de maniobra. En el tema de los ayuntamientos, salvo la capital y la zona sureste en general, el ingeniero Riquelme tiene alcaldes de su partido. En su tierra La Laguna en cambio es otro escenario: Torreón, Matamoros, Francisco I Madero y San Pedro serán gobernados por oposición, con excepción del minúsculo municipio de Viesca. Lo mismo sucede con Monclova, Piedras Negras y Acuña. El panorama no está tan cómodo para Riquelme Solís.
Para el gobernador de Durango José Rosas Aispuro lo tiene más complejo. Tendrá a partir del primero de septiembre un Congreso mayoritario de Morena, lo que lo ata en gran medida. Su plano federal es igual de pobre, sólo un diputado de 4 y un senador. Difícil parece su interlocución.
Así las cosas, lo que además de la expectativa que genera el próximo gobierno de López Obrador, es importante entender que nuestros gobernadores están muy vigilados, y qué bueno, pero también comprender lo importante que será que tanto Miguel Riquelme como Rosas Aispuro encuentren los canales adecuados para una interlocución eficiente con el poder central, si queremos que nuestros estados progresen de mejor manera.
