Está ampliamente documentado la situación de deterioro y degradación del agua que ocurre en los países en desarrollo. La escasez y la contaminación son características comunes que tienden a agravarse a medida que se aumenta la demanda y se destruyen los ecosistemas que nos proveen del vital líquido.
A lo anterior hay que sobreponerle la desigualdad en la distribución del recurso y la problemática social caracterizada por una elevada proporción de la población que se encuentra en pobreza.
En México, la información de que disponemos proviene principalmente de los informes que ha publicado la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) , que a su vez se basan en las estadísticas e informes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
De acuerdo con datos publicados por la SEMARNAT en 2005, en México la disponibilidad natural media total de agua es de 476 kilómetros cúbicos (Km3), de los cuales 396 .5 escurre superficialmente y 79.5 recargan acuíferos. Como referencia de comparación en Estados Unidos la disponibilidad natural media de agua es de 2460 Km3, en Canadá es de 2740 Km3 y en Brasil es de 5418 Km3.
El número de acuíferos reportados en el país es de 650. El volumen estimado de agua que se extrae es de 27 km3/año, que corresponde a 38 por ciento del estimado de recarga anual, indicando un balance positivo. A nivel regional la situación es de balance negativo, el déficit estimado para la región de las cuencas centrales del norte es de 38 porciento, con 20 acuíferos sobreexplotados de 70. La mayor parte del agua extraída se destina al uso agropecuario, seguido por el uso para abastecimiento público. Aproximadamente 110 acuíferos subterráneos se encuentran sobreexplotados y el 57 por ciento del volumen de agua subterránea usada proviene de estos acuíferos.
Es importante resaltar que la tendencia en el número de acuíferos sobreexplotados es a la alza, prácticamente lineal a partir de la década de los ochenta. Esto debido principalmente a la reducción de los volúmenes de recarga, a la deforestación, al cambio de uso del suelo y a un mal manejo de las concesiones.
De acuerdo con el informe citado, la disponibilidad natural media per cápita de una región calculada dividiendo la disponibilidad natural media entre el número de habitantes, en el 2003 fue de 4,547 m3 anuales por habitante, lo cual corresponde a una categoría de disponibilidad baja. Esta disponibilidad ha disminuido notablemente desde el año de 1910 cuando se tenía una disponibilidad de más de 30,000 m3 anuales por habitante.
Estrechamente relacionado con la disponibilidad per cápita, es el grado de presión sobre el recurso, medido como el porcentaje que representa el volumen total de agua extraído con respecto a la disponibilidad natural media de agua. "En las regiones hidrológico-administrativas del norte del país y el Valle de México es donde se tiene un mayor grado de presión sobre los recursos hídricos, mientras que en el sur se tiene un grado de presión bajo. Las regiones administrativas con mayor extracción son Lerma-Santiago-Pacífico, Pacífico Norte, Balsas y Río Bravo."
En relación a la calidad del agua, Julia Carabias señala que México ocupa el lugar 106 de 122 países evaluados en calidad del agua, 70 por ciento de los cuerpos de agua están contaminados y la contaminación de la industria equivale a la que generan 100 millones de habitantes.
Estos datos coinciden con un reporte consignado por Animal Político, en el que se indica que un "70 por ciento de los lagos, lagunas, ríos, y otros cuerpos de agua en México tienen algún grado de contaminación; según el Primer Informe Contraloría Social, realizado al Programa de Tratamiento de Aguas de la Conagua, el gobierno desconoce la calidad en la que están más de la mitad de los 653 acuíferos que hay en el país. En el informe se advierte que el programa de Conagua vigiló apenas el 1.7%, de las 275 mil 300 concesiones registradas, para hacer extracciones de agua del subsuelo en todo el país. No se inspeccionaron las descargas de aguas residuales en 5 de cada 6 acuíferos, lo cual hace muy difícil saber a ciencia cierta cuánta del agua residual se vierte sin tratar a los ecosistemas, y dimensionar los riesgos que esto implica para la salud de la población"
Las cuencas más contaminadas son las del Alto Lerma, Alto Balsas, Bajo Bravo y Alto Panuco.
El origen de la tendencia declinante de la disponibilidad de agua por habitante, del incremento en el número de acuíferos sobreexplotados y del deterioro de la calidad del agua es uno solo: el sistema de producción predomínate.
