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¿Proteccionismo?

Diálogo

YAMIL DARWICH

El trato a los indocumentados y sus niños en EUA, se ha transformado en otro motor para repudiar la administración Trump, que de pronto se ve intolerante, otras veces intentando la reconciliación, para luego regresar a la agresión en su forma más brutal: con abuso de la fuerza.

La pregunta: ¿qué motiva al psicológicamente desarticulado presidente de los EUA? La respuesta no ha sido contestada satisfactoriamente, aunque haya muchas hipótesis.

La primera idea habla de impulsividad, que le lleva a comunicarse informalmente - Twitter - y luego buscar revertir o atenuar sus torpezas políticas.

Para otros, es simplemente su forma de negociar, conforme a las afirmaciones en el libro que el mismo patrocinó buscando beneficiar su imagen: "si es débil lo aplasto, si es fuerte negocio". La diferencia estriba en hacer tratos políticos, no empresariales y/o de negocios.

Quienes le apoyan creen en su buena intencionalidad: "hacer a América grande de nuevo", al prometer proteger los intereses y empleos de los trabajadores anglos basándose en acabar con la competencia latinoamericana; regresar industrias; e incrementar salarios. "América primero", fue otro lema de campaña. A la fecha sólo ha deteriorado la unidad.

Apoyar a la economía de EUA, logrando una balanza positiva entre importación y exportación, otro resultado contraproducente.

Sin lograr sus objetivos, a la fecha ha logrado concentrar desaprobación de países con quienes EUA construyó afanosamente relaciones políticas y comerciales, trabajadas en decenas de años; China y Rusia son dos ejemplos y no deje de lado a la Comunidad Europea, Canadá, México y toda Latinoamérica.

Con una temeridad irresponsable, amenaza a la comunidad internacional, agraviando a países hasta hace poco socios y amigos, máxime a los considerados enemigos, como Corea del Norte.

En el camino, suma más animadversión de los afectados directamente y de todos aquellos que resienten las consecuencias de sus acciones cargadas de antihumanista insensibilidad.

Con la premisa de buscar "el beneficio económico y mayor calidad de vida del norteamericano", maltrata y ofende a los latinoamericanos, generalizando su descripción de animales y criminales; luego, tratándo de enmendar su error afirmando referirse sólo a la Mara Salvatrucha. Otra tontería.

Desata una guerra contra organizaciones internacionales, las que se manifiestan agraviadas por sus ofensivas peticiones que bien pudieran considerarse amenazas, terminando por ordenar a sus colaboradores abandonen los foros ¡en defensa de los intereses estadounidenses! Así, va logrando aislar a su país.

Algunos más hablan de sus ideas de proteccionismo nacionalista, abandonando el concepto de globalización y apertura comercial, para retomar aquel en donde su país sea líder de opinión - por la fuerza - y todos acaten sus órdenes voluntariosas, mas que propuestas de intercambio. Brutal irracionalidad.

Recordemos la definición del proteccionismo: "doctrina económica opuesta al librecambismo, que intenta favorecer la producción nacional frente a la competencia extranjera haciendo pagar impuestos por la importación de productos extranjeros y favoreciendo a los nacionales con medidas especiales".

Los analistas políticos consideran que el sistema económico basado en esta doctrina forma parte de una política demagógica que sólo se interesa en beneficiar a una minoría y finalmente fracasa. Recuerde el populismo de Venezuela.

Otros economistas creen que las decisiones de Trump, finalmente serán beneficiosas sólo para la plutocracia, grupo social definido como: "clase social formada por las personas más ricas de un país, que goza de poder o influencia a causa de su riqueza". Pretende, bajando impuestos a los más ricos, promover la reinversión interna con incremento de productividad. Propuesta económica socialmernte desequilibrante.

También participan los promotores de las teorías del complot, que describen a un Trump, dispuesto a generar un conflicto mundial que deje beneficios económicos por encima de pérdida de vidas, una ganancia secundaria. ¿Será exageración?

Lo cierto es que nada justifica su nula sensibilidad humanista y sus declaraciones difamatorias y denigrantes para etnias no anglosajonas; es el abusivo capaz de separar a los niños de sus padres, enjaulándolos para generar presión, utilizándolos como "moneda de cambio" para sus propósitos de negociación pro muro y promoción adelantada de sus intereses electorales.

Cada día se suman más países y asociaciones no gubernamentales en el repudio a sus acciones; crece el número de políticos que se deslindan de sus actos, incluyendo a republicanos que le apoyaron para llegar al poder; y, lo más triste, crea animadversión internacional contra el pueblo norteamericano inocente, que no ha sido suficientemente sensibilizado del daño que el racista xenofóbico puede causarles a ellos y al planeta.

Con Trump, el mundo posmoderno ofrece un ejemplo de antihumanismo, siendo personaje poderoso y desequilibrado emocionalmente: peligroso; pareciera que nos va arrastrados a una conflagración que disminuiría la población de la tierra. ¿Será ese su fin último?, porque pensando en términos de productividad, por encima del humanismo, pudieran haber algunos orates que lo piensen como alternativa para organizar el nuevo orden mundial. ¿Será posible?

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