ES IMPORTANTE CELEBRAR A LOS PADRES
Para decirnos cómo es Dios y manifestar cómo se relaciona con nosotros, no halló una mejor imagen que la de un padre. Revelado en Cristo como "padre bueno", se relaciona íntimamente con Él, llamándolo "abbá" (que en su lenguaje arameo significa papito, papacito, papi). No es pues poca cosa celebrar hoy el día del padre, si el mismísimo Dios quiso ser llamado así.
El día de la madre tiene mucha importancia, sobre todo en nuestro país. Para los antiguos pobladores de Mesoamérica, el dios originario de todos los demás, el único dios del cerca y del junto, era "padre-madre".
El cuarto mandamiento habla de darle honor a ambos: "Honrarás a tu padre y a tu madre", (Ex. 20,12). Por tanto este día debe ser un llamado a resaltar el gran valor de nuestros padres de familia, no menor al 10 de mayo, pero sí diverso, debido a las diferencias complementarias que existen entre ser padre y ser madre.
Muchas mujeres ante la ausencia del progenitor, realizan verdaderas proezas al realizar actividades sin el apoyo de los padres de familia, (siendo padres y madres al mismo tiempo); sin embargo hay un rol insustituible que por naturaleza tiene el hombre en la familia. No haya mejor madre que la Virgen María, madre de Dios y madre nuestra, y sin embargo necesitó de un esposo para poder formar a Jesús como un hombre perfecto. Jesús necesitó también un padre y eligió a San José para que cumpliera su misión propia e insustituible dentro de la Sagrada Familia de Nazaret. Cada quien tiene su función específica para formar a una persona y transmitir la vida humana en plenitud; en algunos es posible encontrar esta imagen paterna en el abuelo, el tío, el hermano mayor, el padrino… La falta de un padre no puede ser tomada como algo sin importancia en la formación. Dar la vida en plenitud significa formar a las personas en todas sus dimensiones propias del ser humano, y esta función pertenece no sólo a la mamá ni sólo al papá sino a ambos.
En Lerdo no sólo se cuenta con el primer monumento a la madre en México (en el parque Victoria) sino también el del Padre (en la plazuela Juárez). Inaugurado en 1997. El de Gómez es el tercero en el país, celebrando el día del padre del año 2010. (El segundo en San Luis Potosí, del 14 de junio de 1908, es obras del mismo escultor llamado Mario Alberto Cardón). La presencia de estos monumentos y esta fiesta son el fruto de muchos años de trabajo de María del Carmen Alicia Tostado Gamboa, quien motivó y contagió a escritores, obispos, sacerdotes, maestros, autoridades, comerciantes, medios de comunicación y pueblo en general, a celebrar el día del padre. La primera celebración oficial del día del padre en el país fue aquí en la Laguna el 15 de junio del año de 1946. Las gestiones de un grupo entusiasta de damitas encabezadas por Carmelita, tuvieron no pocas dificultades. Autoridades civiles, eclesiásticas, escolares de toda la Laguna fueron llamadas a colaborar para esta primera celebración, que luego hubo que promoverse año tras año. Con esta celebración manifestamos el aprecio que tenemos a los padres de familia y los animamos a que sigan su misión, no obstante las nuevas dificultades que hoy enfrentan para formar a sus hijos y ser parte fundamental en la institución familiar.
El cambio de época con todas las transformaciones que conlleva, no debe hacernos sentir a la deriva; hay instituciones como la familiar que, adecuándose a los nuevos tiempos, siguen siendo garantía de continuidad, de solidez, de verdad. Siendo la familia la base de la sociedad, el papel del padre en ella es digno de ser apreciado y resaltado en este día.
El mundo capitalista, neoliberal y consumista que impera en nuestro tiempo, se basa en la lucha y la competencia, en el triunfo a costa de lo que sea, en la búsqueda de los primeros lugares pisando a los otros; estas actitudes se contraponen diametralmente a la dinámica de relaciones interpersonales que consideran al otro como un "TÚ" que personaliza y me hace ser "YO" y construye el "NOSOTROS". Confrontar la imagen materna y paterna es caer en esa dinámica suicida que destruye las relaciones familiares y convierte en enemigos al hermano, marido, esposa o hijo. De ahí la importancia actual de celebrar este día a la figura paterna; así rechazamos las relaciones de competencia en la relación hijos-padres; rechazamos también a los que se benefician de este combate permanente; rechazamos a los que niegan el valor de la persona, porque les conviene que se sienta despersonalizado, desesperanzado, deshumanizado, para poder aprovecharse de él más fácilmente, considerándolo simplemente como un número, un voto, un consumidor, un instrumento.
Celebrar el día del padre es reconocer el papel formativo que tienen las relaciones intrafamiliares que necesitan ser protegidas de injerencias que hacen del hombre un simple individuo aislado y en continua lucha. Celebrar el día del padre es decirle al mundo que la familia sigue siendo la mejor opción personalizadora, en la cual las relaciones nos forman: decir papá es decir hijo, diverso pero con la misma dignidad: "tú, hijo, me haces crecer como persona-padre"; tú, padre, me haces crecer como persona-hijo; tu paternidad reafirma mi fraternidad, me hace hijo con otros hijos y le da valor al hermano y a mí mismo.
Felicidades a los papás en este día y también a quienes tienen un padre y lo saben apreciar y valorar; a los que lo tuvieron y construyeron con él la vida de persona; felicidades también a los que, sin serlo biológicamente, son muy padres; felicidades a los que han descubierto en Dios, al Padre Celestial, de quien toda paternidad es participación.
Por: Arturo Macías Pedroza
