EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Las obligaciones de la democracia

JULIO FAESLER

No son tiempos tranquilos. Por el contrario los hechos que nos rodean y las noticias que los acompañan nos inquietan en cuanto al futuro que nos espera. Hay una sensación de cambios inminentes sin que pueda saberse en qué consistirán. La proximidad de las elecciones presidenciales añade interrogantes a las que ya traemos. Desde hace muchos años el mexicano está acostumbrado a medir su existencia por sexenios y se acerca otro. Curiosa realidad.

Los medios nos han llevado a estar conscientes de lo anterior. El tema que más se destaca para la mayoría de la población es la decisión que tendremos que tomar el día primero de julio frente a las ansiosas urnas. No se ha enfatizado cómo los resultados electorales podrán afectar el ritmo y la suerte de nuestras vidas o la de la Nación en los próximos años.

Hay muchos aspectos de la vida cotidiana que tienen que ver con quien presida al país desde Palacio Nacional. La estabilidad de los precios de la canasta básica, el poder de compra de nuestros salarios, la seguridad de nuestros empleos, el acceso o facilidad para educar a los hijos, la posibilidad de emprender nuevas actividades, y más generalmente, las perspectivas buenas, o menos buenas, para el país. De esto último depende el interés que podamos tener en seguir apoyando con nuestra participación activa al sistema de democracia electoral en vigor.

Las elecciones próximas son importantes porque ellas definirán la persona que esté a la cabeza del Estado y, con ello, el tono que tendrá el país en cuanto a la solución que se dé a las situaciones pendientes de resolverse. Mucho dependerá de la actitud con que el Presidente de la República vea cada problema. Por eso hay que estar seguros de que ella coincida con nuestra forma de pensar y con los métodos que emplearía para responder.

Las opciones tienen que ver tanto con la personalidad como del partido o coalición que lo postule. El candidato independiente puede significar novedad en el análisis y planteamientos. Falta aún completar las normas para que su candidatura sea competitiva. Falta igualmente establecer la segunda vuelta para consolidar gobiernos.

La presencia del partido como elemento definitorio de la actuación del candidato es sólo interesante en los primeros pasos que dé el futuro presidente, pero la personalidad del individuo debe prevalecer. El que el Presidente esté atento sólo a las indicaciones de su partido no es virtud, sino un serio defecto.

Lo que más debe tomarse en cuenta el primero de julio es detectar en los candidatos la intención de introducir una forma nueva de atender la problemática nacional. Limitarse a continuar con los programas que se han instituido a lo largo de los años será contraproducente y expondrá al gobierno al estancamiento o al violento rechazo popular. Este último peligro es fuerte en un ambiente como el que hoy se vive en el mundo. En México no tenemos el régimen parlamentario que lo resuelve.

Muchos países se encuentran hoy en plena efervescencia interna porque sus sistemas políticos y económicos no son eficaces para resolver los problemas que afectan a las mayorías. La acusación debe sustentarse bien. No es justo que la ineptitud de los políticos se atribuya al sistema que, bien interpretado y aplicado, satisfaría plenamente las necesidades de la comunidad.

Las prioridades políticas están en las tareas urgentes, pero pendientes. La lección que nos dejan las experiencias de otros países es que no bastan los esfuerzos ciudadanos, por mucho que se organicen en grupos muy activos. Es imprescindible la labor igualmente consciente y constante de los legisladores, autoridades locales, jueces y de los legisladores que en México siempre han faltado.

No hay que perdernos en grandilocuencias. El asunto es sencillo. El México que anhelamos se construye a diario, paso a paso, con la responsabilidad de cada ciudadano. En los próximos días la tarea está en votar sensatamente, de acuerdo con nuestras exigencias y creencias. Una vez que conozcamos el que ocupe la presidencia a partir del primero de diciembre, habrá que hacer llegar sin demoras al equipo de transición nuestras demandas para insertarlas en los programas de gobierno que correspondan. Al mismo tiempo, habrá que comenzar a trabajar con los nuevos diputados y senadores que tomarán sus lugares el primero de septiembre insistiendo en que despachen la mucha legislación que quedó pendiente para emprender las nuevas.

NO SON TIEMPOS TRANQUILOS PARA NADIE

La democracia efectiva que hay que realizar en los comicios de 2018 demanda un primer esfuerzo que es votar en las casillas, el segundo en comenzar a monitorear el rendimiento de los legisladores que elegimos y en tercer lugar obligar al Presidente de la República a impedir la corrupción en su gobierno y a cumplir inteligentemente sus promesas de campaña. La tarea no será fácil, pero es inaplazable. Hay que prepararla desde ahora.

[email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Editorial Julio Faesler

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1470889

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx